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Bailando En Un Mar Legendario – Novela Capítulo 11

Capítulo de novela - 116 párrafos

 Capítulo 11

Después de eso, Lokira se quedó dormida.  No, en realidad era correcto decir que constantemente perdía el conocimiento. A veces se despertaba cuando el barco se sacudía, pero pronto su espíritu murmurante volvía a hundirse en la oscuridad.

El sol se oscurecía más y más cada vez que abría los ojos. Cuando finalmente despertó después de estar acurrucada durante tanto tiempo hasta al punto de no poder volver a conciliar, las aguas azules se estaban volviendo anaranjadas.

El paisaje del mar también estaba cambiando, pensó Lokira sin comprender.

Ya no era un vasto océano donde sólo se podía ver agua. Pasaban constantemente cerca de islas deshabitadas y galeras se apreciaban en el horizonte. Lokira se dio cuenta vagamente de que habían entrado en un canal costero donde la gente iba y venía.

Después de remar todo el día en este pequeño barco finalmente habían llegado. Un lugar donde la gente vivía fuera del santuario….

—Toma bastante tiempo llegar hasta aquí.

—¿Bastante tiempo? Sólo se necesita de un remo para llegar hasta aquí, es un viaje muy corto. Las islas están cerca unas de otras en el mar Egeo, así que es posible.

Orión midió cuidadosamente la cantidad restante de agua en la cantimplora y tomó un sorbo. Entonces miró de reojo y pudo notar como Lokira abría los ojos como platos ante sus palabras de que había sido un viaje relativamente rápido.

Torció los labios al encontrar su expresión un poco graciosa.

—Más allá de este estrecho está el verdadero océano. Está lleno de agua salada hasta los confines del mundo. Asegúrate de saber que este es sólo el patio delantero, señorita.

—Sólo me sorprendí porque es la primera vez que salgo al exterior.

Lokira pensó que estaba alardeando y frunció los labios. No había forma de que ella pudiera conocer el Océano Atlántico localizado más allá del Estrecho de Gibraltar.

Sabía que la verdadera naturaleza de este hombre no era mala, pero ¿por qué seguía actuando tan insoportablemente? Lokira enfurecía cada vez que escuchaba su tono burlón. Concluyó que la menospreciaba por no saber nada.

Por otro lado, Orión estaba pensando que no era nada aburrido ver a la chica frente a él sorprendida, llorando y enfurruñada de vez en cuando. Era mejor para él pues desconfiaba del tipo de persona que ocultaba sus pensamientos intencionalmente.

Entonces señaló hacia un lugar específico sin mirarla.

—De todos modos, estamos aquí tal como lo prometí. Este lugar es Naxos.

El horizonte desapareció y se acercaron lentamente a tierra.

Cuanto más se acercaban al puerto, más barcos veían. Temiendo que alguien pudiera notar sus cuernos, Lokira se cubrió rápidamente la parte superior de la cabeza con la capa. Aun así, miró frenéticamente los edificios, carpas y barcos alineados a la distancia.

El paisaje era inconfundible. Era el mundo exterior visto desde la distancia en el Monte Quinto. Sólo recordaba haber visto este tipo de cosas en imágenes. Incluso a veces escuchaba historias de ello.

Naxos era una isla particularmente próspera para el comercio internacional. Como puerto principal, este lugar era espectacular a los ojos de Lokira. A diferencia de Delos, que tenía una solemnidad única en el santuario, los edificios eran de un color vivo.

—¡Hay tantas casas aquí, y barcos!

—Esto no es nada. La Atlántida es incluso más grande.

A diferencia de la emocionada Lokira, Orión parecía tranquilo. Lokira estaba más preocupada por contemplar la panorámica vista de la costa, así que ignoró la reacción del hombre. Era sorprendente. La procesión de carpas que parecía funcionar como mercado era maravillosa.

Mientras tanto, el barco pasó por una larga extensión de tierra que se extendía hacia el mar.

Allí había un santuario de Apolo. Lokira se dio cuenta con solo mirar el diseño que simbolizaba la luz.

La puerta de entrada en forma de 'Π' se elevaba y saludaba a los viajeros.

Bajo la majestuosidad del enorme mármol, Lokira volvió a recordar a Loxias. De hecho, no era el momento de estar inmaduramente entusiasmada con el paisaje que tenía frente a ella. La realidad de no saber lo que de ahora en adelante depararía el futuro de repente se volvió muy pesada. Eventualmente, se desanimó un poco y bajó la cabeza.

Era hora de dar la vuelta al puerto para encontrar un lugar donde atracar el barco.  Orión exclamó como si de repente se hubiera dado cuenta de algo.

—Espera un minuto, ¿viniste todo el camino hasta aquí?

Lokira miró a su alrededor preguntándose qué estaba pasando

Al otro lado del puerto estaba amarrado un trirreme diez veces más grande que su barco.

Una bandera ondeaba en la proa elevándose verticalmente. Lokira pudo notar que el tridente que simbolizaba a Poseidón estaba grabado en ella.

Debajo, un hombre con las manos detrás de la espalda miraba hacia el barco. Al principio, sólo pudo visualizar una sombra negra debido a la puesta del sol. Pero cuando Orión se acercó a la nave, la luz de fondo fue disipándose gradualmente y se reveló un rostro.

Era un joven que vestía una larga túnica y una corona.

—¿¡Podrías dejar de causar tantos problemas a donde quiera que vayas, Orión!?

De repente regañó con severidad.

¿Podría ser que fuera un cazador enviado desde Quíos o Delos? Asustada, Lokira se acurrucó lo mejor que pudo bajo la capa. Por otro lado, Orión sonrió y respondió.

—Seguiré tu consejo.

—¡Sube y cuéntame todo desde el principio! ¡He estado esperando demasiado tiempo!

Entonces varias personas corrieron y dejaron caer una cuerda por el barco. Orion, que ya había anclado el pequeño barco, le dijo a Lokira mientras empacaba sus cosas. 

—Vamos. Debemos subir.

—Es un barco Atlante. Pensé que tal vez podríamos encontrarnos con uno al llegar a Naxos. No fuimos tan desafortunados.

Orión agarró la cuerda con una mano. Lokira vaciló mientras aferraba la capa.

—¿Seré capaz de subir por mi cuenta..?

—No espero eso de ti. Discúlpeme un momento.

Orión sujetó a Lokira por la espalda y la envolvió a su alrededor. Ella se aferró a su cuello sin poder protestar. 

Además, colgó el arco sobre su hombro y se aferró a la bolsa de equipaje con la otra mano. Equilibrandose sobre un solo brazo y con ayuda de sus piernas subió al barco de tres pisos de altura.

Entonces se elevaron bruscamente. Temerosa de caer, Lokira lo abrazó con fuerza. Su ropa se arromolinó alrededor de los hombros, dejando al descubierto parte de su bronceado torso.

Su pecho era ancho y cuadrado a diferencia del de una mujer. Con cada respiración que daba la parte superior de su pecho subía y bajaba. Al poder comprobar de primera mano las diferencias de género de las que sólo había aprendido leyendo, Lokira olvidó su miedo y pensó que era maravilloso sin darse cuenta.

Lokira se escondió detrás de Orión tan pronto como llegaron a la cubierta. Su altura era perfecta para ocultarla mientras aprovechaba para echar un vistazo a lo que sucedía a su alrededor.

El joven al que habían visto antes corrió hacia ellos. Tenía un rostro y un físico bastante decente, pero nada comparado con el gran y distintivo Orión.

Lo inusual era que la ropa y el cinturón parecían caros a simple vista. Lokira se sorprendió un poco al verlo usando joyas parecidas a las que solía usar la suma sacerdotisa.

El hombre no miró a Lokira. Saludar a Orión parecía mucho más importante.

—¡Bienvenido bastardo!

—George. Parece que has estado bien durante mi ausencia.

Los dos chocaron sus manos, un gesto muy amistoso.

—Contaba con que los marines estuvieran esperando, pero no imaginé encontrarte aquí. ¿Puedes dejar el reino atrás sólo para venir hasta aquí?

—Por supuesto. He oído lo suficiente sobre el incidente en Quíos. Hombre, después de todo lo que sucedió tuve que venir personalmente a Naxos para verificar la situación. ¿Sabes cómo me sentí cuando escuché que había un tipo como tú en el puerto? ¡Eres el único sujeto que puede convocar a un rey! ¡Me alegro de que hayas vuelto con vida!

Sólo entonces Lokira pudo entender cuál era la identidad del hombre. Tenía que admitir que estaba un poco sorprendida. Era un joven bastante común para ser el gobernante de una isla. También estaba anonadada por la abierta actitud de Orión.

Todo parecía indicar que el hombre llamado Orionis era un verdadero miembro de la realeza.

«Entonces, ¿Qué hay de esa historia que me contaste? Dijiste que cuando eras más joven muchas veces no tuviste que comer…»

Dejando atrás la agitación del momento, George se sobresaltó al ver la cicatriz en el ojo derecho de Orión.

—Tu rostro. No fuiste atacado por los soldados de Quíos, ¿verdad?

—No. Los perdí de camino. De todos modos ya estoy aquí. No tenías que haber venido personalmente hasta aquí, George.

—¿De qué estás hablando? Quíos está arrastrando con tu reputación, a ti no te encontraban por ningún lado y los marines no actualmente no están al tanto de la situación. ¡Si las cosas siguen así, serás llamado a la reunión de la alianza! Maldita sea, Orión. ¡Pensé que me estaba volviendo loco!

George lanzó un grito.

Lokira, que había estado observando desde atrás, estaba un poco sorprendida. Que rey tan ruidoso. Había pensado que todos los atlantes serían como Orión.

El culpable de tal prejuicio suspiró y dijo.

—George, tú… Ah, sí, como amigo cercano y tu primo, lo lamento. Me disculpo de antemano ya que las cosas se pondrán más complicadas en el futuro.

—¡Es inaceptable hacerlo más complicado que esto! ¡El rey de allá se estaba volviendo loco porque su hija está herida!

—¿Merope está viva?

Orión preguntó en un momento de aprensión.

Lokira se alarmó al ver endurecer a Orión. Debería haberle dado esa noticia antes pero lo había olvidado debido al incidente. Tiró del dobladillo de su ropa, queriendo hacerle saber que no era un asesino.

—Así es. Pudieron salvarle la vida. Orión no la asesinó, Lox debe haber…

—Espera, no. Espera un minuto.

George notó tardíamente la presencia de Lokira.

Lokira palideció. Intentó esconderse de nuevo, pero ya era demasiado tarde.

George se inclinó e hizo contacto visual con ella. Lokira le devolvió la mirada, vacilante.

Al momento siguiente, la mandíbula de George se abrió de par en par y dio un paso hacia atrás a una velocidad vertiginosa. Un asistente, confundiéndolo con una caída, trató de sostenerlo. Sorprendida por la violenta reacción, Lokira se encogió, incapaz de hablar. Orión suspiró de nuevo y envolvió un brazo alrededor de su espalda.

Al ver eso, George pareció haber solidificado por completo su convicción. Dijo mientras señalaba con un dedo:

—Desapareciste y pusiste patas arriba al Senado. Mientras tanto, ¿has estado divirtiéndote con esta hermosa mujer?  No dejabas de hablar de esas supersticiones e incluso rechazaste todas las propuestas de matrimonio que te sugerí ¡Hijo de puta! Bueno, en realidad ella parece ser lo suficientemente…

—¡De ninguna manera! ¡Eso no sucederá! Esta chica... 

Orión la miró por un momento, contemplando cómo explicarlo. Entonces abrió los ojos y dijo.

—Dicen que es la hermana de Loxias. Me detuve en Delos de camino aquí.

Sus palabras no eran falsas, pero omitió deliberadamente la parte más impactante.

Sin embargo, era suficiente para explicar la complejidad del asunto. Al escuchar aquello, George se detuvo. Incluso los asistentes miraron a Orión con ojos sorprendidos.

Lanzó una pregunta estúpida.

—Si es Loxias...¿Es decir, el mediador de la alianza? ¿La encarnación de Apolo?

—Sí, bueno eso es lo que complicará más las cosas. Debemos bajar. 

Lokira, que estaba escuchando la conversación, apretó ansiosamente su capa.  Incluso aquí, Orión podía ser influenciado por los ojos y las conversación de otras personas.  La emoción del mundo exterior, que disfrutó por un corto tiempo, se desvaneció en un instante y revivió el miedo de que la realidad no iba a ser fácil.

En ese momento, una gran mano cubrió la parte superior de su cabeza.

Orión dijo como para tranquilizarla.

—Esta chica estará exhausta si se queda más tiempo en este barco. Permítele tomar un descanso.

George asintió de acuerdo con la explicación. La saludó con cortesía como para mostrar su dignidad real.

—Está bien. Habitante del santuario, bienvenida a bordo de la nave de la Atlántida en nombre del Rey George. Hermana de la encarnación de la luz, eh…

De repente, la majestuosidad se evaporó. Lokira habló rápidamente para ayudar al hombre en problemas.

—Es Lokira.

—Lokira, te recibiré como una invitada de honor en el reino.

Entonces, comenzó a tomar la iniciativa como cualquier otro joven.

—¡Entonces, bajemos! Le pedí al rey de Naxos que nos consiguiera alojamiento. ¡Debe estar cerca de aquí!

Lokira fue guiada por Orión y descendió cuidadosamente al muelle. La tierra era sólida, no tambaleante. Sus pies se sentían bastante incómodos después de andar en barco todo el día.

Pero lo realmente incómodo era su posición.

Sólo había estado un día fuera de su habitación pequeña y ya era una extraña que ni siquiera conocía cómo era la Atlántida. No mejoraba la situación al de repente verse involucrada con gente originaria de ese lugar.

De todos modos, se aferró al dobladillo de Orión pensando que no debería separarse de él. Entonces, Orión dijo mientras sostenía sus hombros para evitar que resbalara.

—Está bien. George es un poco quejilloso, pero es inofensivo. Estoy seguro de que tiene una idea de lo que está pasando. No es común que un residente del santuario esté fuera de ese lugar.

—¿En serio? Pero, si alguien más se entera de mis cuernos..

—Los atlantes no estarán tan sorprendidos.

Orión estaba realmente convencido.

Lokira se preguntó si tenía alguna base para decir aquello. Entonces miró a Lokira con una expresión extremadamente seria.

—Ese bastardo de ahí, George, es parecido a ti.

—¿Parecido?

—Te dije que algunas personas nacen con cola. Este tipo es una de ellas. Se la cortaron cuando tenía siete años.

—¡Espera, Orión! ¡No le digas tonterías a mis invitados!

Sorprendentemente George, que iba al frente, escuchó lo que estaban diciendo y gritó en su dirección.

Traducción: Claire

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