Bailando En Un Mar Legendario – Novela Capítulo 28

Durante los días siguientes, Kira se acostumbró gradualmente al hogar de Orión. Así como a compartir cama.

Orión se había mostrado completamente reacio hasta el final. Se había resistido a subirse a la cama al punto de parecer estar a unos pocos segundos de arrancarse el cabello. Sin embargo, cedió ante la triste mirada de Kira. Después de dejar escapar un suspiro tan grande como para hacer vibrar el suelo, se acostó en el borde de la cama con la mayor ligereza posible.

Era algo irrazonable de hacer. Habría sido más fácil recostarse en su mitad de la cama que arrimarse a una esquina.

Entonces tomó una decisión al darse cuenta de que era su turno de hacer concesiones. Kira gateó  y se acomodó en su propio lado. De esta forma, la cama sería lo suficientemente espaciosa para que entraran más de una persona. Solía conciliar el sueño rápidamente gracias a la sensación de estar protegida por una pared sólida.

¿Era posible que Orión no se hubiera acostumbrado todavía? Parecía muy cansado todas las mañanas.

Mientras tanto, a Kira le gustaba más y más su nuevo hogar. Al principio daba vueltas por ahí, dudosa, pero la situación mejoró una vez aprendió donde se encontraba cada cosa. Fue divertido apreciar los frescos pintados en cada habitación.

Sobre todo, lo que más le gustaba era poder dar un paseo por la cresta cuando ella quisiera. Incluso sacudir la tierra de sus zapatos de cuero era muy agradable.

El camino que recorría era un sendero marítimo adjunto a la casa, por lo que Kira no se había encontrado con nadie todavía. Sin embargo, Orión solía seguirla fielmente como un perro guardián cada vez que salía a pasear. Incluso cuando Kira trató de detenerlo diciendo que ahora era consciente de sus alrededores, su resiliencia no se rompió.

—Quienes apuntan a tu cabeza también son un problema, pero ¿cómo sabes si una bestia de las montañas aparecerá de repente? Te vigilaré hasta que llegue la criada. Esos dos están ocupados con otras tareas.

Era un tono indiferente, pero Kira lo sentía.  ¿Cuándo iba a poder dominar su poder y hacer su parte?

A medida que se acostumbraba lentamente a la casa, su curiosidad por la ciudad de la colina creció. El lugar llamado “Acrotiri” podía apreciarse incluso desde las escaleras frente a la puerta principal. A menudo se veía a los transeúntes y burros yendo y viniendo por encima de la cerca del camino de entrada.

Si tan solo viniera la criada. Entonces, después de llamar al vendedor ambulante y obtener sus propios muebles, definitivamente visitaría esa ciudad. Aquello no hizo más que aumentar su curiosidad, pero por otro lado, se centró en comprender la situación en la que se encontraba este nuevo hogar.

Como resultado, obtuvo una respuesta.

La casa no estaba muy bien cuidada.

En primer lugar, Orión, el dueño y la cabeza de familia nominal, era un adicto al trabajo. Había dicho que se abstendría de salir por un tiempo debido a Kira, pero no había hecho más que estar ocupado preparando armas y trampas. No tuvo el más mínimo interés en arreglar o administrar, parecía solo bastarle con tener un lugar donde descansar.

Suponía que esa había sido la razón por la que había dejado esta gran casa totalmente vacía. Además, dijo que cualquier mujer que se involucrara con él moriría, así que tampoco es como si hubiera una anfitriona de la casa.

Al final, las tareas del hogar dependían por completo de los criados, pero el límite de lo que podían hacer dos niños pequeños por su cuenta era notorio. Hacían lo que podían día tras día, pero no contaban con la experiencia para examinar cada rincón y grieta en detalle.

El incidente del escorpión había sido prueba de ello. Kira trató de ser lo más breve posible cuando Nikos y Lykos se enteraron del incidente a la mañana siguiente, pero ambos chicos se sobresaltaron y se inclinaron apenados ante ella.

—Lo siento mucho. Estoy seguro de que debe haberse quedado atrapado en la parte de abajo. La parte superior se limpió previamente al colocar el colchón.

—¡Tuve que haberme metido bajo la cama para limpiar completamente! Como era invierno, pensé que no habrían crias de insectos, así que no limpié esa parte. ¡Pero un escorpión malo…!

Los chicos temblaron de culpa. Habían temido que la bestia divina los convirtiera a ambos en cachorros de oso como venganza. Si Kira no les hubiera asegurado que todo estaba bien, no habrían dejado de clamar que se cortarían el cabello y se lo dedicarían como castigo por dicho error.

Kira lo entendió dado a ese incidente. Los chicos hacían lo que podían de acuerdo a su edad. No se podría decir que contaran con experiencia. Nikos era lo suficientemente inteligente como para guardar la llave de la caja fuerte, pero Lykos era un niño cuya única ventaja era su buena salud física.  

No podía creer que estuviera viviendo en una casa como esta. ¿Estaría bien agregar otro plato a la mesa?

Las dudas de Kira crecían día a día. Las lagunas en esta casa se volvían tan obvias una tras otra que ya no podía cerrar los ojos. Aunque ella no sabía cómo lidiar con el mundo exterior, había algunas cosas de este hogar que le molestaban ya que ella sí sabía cuidar de una habitación y un patio trasero sin falta.

«No sólo se debe lavar el piso. ¡También se tiene que limpiar el polvo de las barandillas!»

«¿Y si la tierra del patio llega hasta la casa? ¡Hay que barrer!»

Sin embargo, sería muy grosero que un visitante de repente viniera e interfiriera en tales asuntos del hogar. Kira contuvo lo que quería decir. No quería ser odiada por los chicos que la trataban con tanta amabilidad. Más que nada, tenía miedo de que Orión se enfadara más.

Orión no parecía estar muy insatisfecho con el trabajo de los chicos. Kira estaba segura de ello, pero probablemente dejaría que ésos dos se declararan en huelga de hambre durante ocho días si se lo proponían. Parecía que mientras él pudiera comer y dormir decentemente, no importaba nada más que eso.

¿Cuándo vendría la criada?

Incluso ahora Kira no había hecho más que aumentar la carga. Necesitaba desesperadamente que alguien reconociera esta situación.

De hecho, el propietario de esta casa ahora se encontraba en el patio central arrimado a la sombra de un árbol mientras afilaba y revisaba sus cuchillas.

Orión parecía serio mientras se enfocaba en preparar sus armas. ¿Era eso realmente un reflejo de la indiferencia?

Kira estaba ansiosa por hacer algo. Trajo un pequeño balde y regó el árbol. Había un solo árbol plantado en medio del patio. Había crecido como un pilar y sus hojas colgaban como un toldo.

—¿Cuál es el nombre de este árbol?

Orión levantó la vista. No apartó los ojos de Kira mientras esta apoyaba sus manos en el árbol, y dijo:

—Bugambilias.

—¿Es un árbol de frutas?

—Solo brotarán flores no comestibles. Será púrpura en la primavera.

Un árbol de flores. Kira estaba más emocionada por uno de flores que de frutas. Sería muy hermoso si el color púrpura se combinara con los colores blanco y azul puro de la casa.

«Sería una casa mucho más bonita si se le diera el respectivo cuidado.»

Kira miró a Orión.

Si tuviera horribles recuerdos en esta casa, bien podría haberla abandonado. ¿No se había ido Kira de Delos? No era fácil adivinar lo que pasaba por la cabeza de Orión para quedarse en este lugar a pesar de su disgusto hacia él.

Era increíble que la casa donde había vivido la princesa estuviera desolada. Tenía miedo de ingresar al sótano pues de allí había salido el escorpión. La cocina era extravagante, con dos fogones, pero el almacén era un desastre.

En primer lugar, los sacos y los frascos estaban mal clasificados y los suministros desiguales. Nikos apenas recordaba el inventario. Parecía que solo conseguían más suministros cada vez que algo se acababa.

Había una terrible falta de organización. Kira, que había ido a devolver el balde de agua, reprimió el impulso de volver a tratar de interferir.

Entonces Lykos preguntó mientras sacaba un puñado de frijoles de una canasta.

—¿Pasa algo con el almacen? ¿Quieres algo en particular para la cena?

—Oh, no. Está bien. Solo sentía curiosidad.

Kira lo descartó al instante. Lykos la miró con ojos redondos y sonrió.

—¡Pensé que querías volver a comer carne! Si se lo pides a Lord Orión, seguramente lo obtendrás antes del atardecer. Un día trajo un venado sobre su hombro, así que comenzamos a despellejarlo y…

El chico hizo una expresión aterrorizada.

—No puedes comer venado porque son tus amigos, ¿verdad?

—Como de todo al igual que tú y los demás.

Nunca antes había comido carne de venado. Kira respondió, sacudiéndose la carga de ser confundida con una diosa. Nikos ayudó desde un costado.

—Puedo conseguir pollo de inmediato. No dude en decírmelo si así lo desea.

—Eso estaría bien. Por cierto, ¿qué es lo que acostumbra a cazar Orión?

¿Podría ser que en esta casa habían estado comiendo estofado de conejo todos los días debido a que habían cerrado  temporalmente este lugar?

Al ver a Kira inclinar la cabeza, Nikos se encogió de hombros y dijo.

—A veces sucede. No caza todos los días. Lord Orionis podría extinguir a todos los conejos en esta isla si así se lo propusiera.

—Extinción.

Eso era muy exagerado. Pero Nikos dijo con más convicción.

—Sí, él es realmente genial. No son solo sus habilidades con el arco ¿viste las trampas y las redes en el piso de arriba? Se dice que es alguien que podría vencer a un león únicamente con fuerza bruta, pero escuché que es un cazador aún más aterrador ya que una vez recibes un disparo, no tienes ninguna escapatoria. ¡Cuando se lo propone, su paciencia para darle caza a su objetivo hasta la muerte es extraordinaria...!

—Pero Nikos, nunca has visto al Lord en acción. ¿Cómo es que sabes eso?

—Ruidoso. De todos modos, Lord Orionis es diferente del cazador promedio. Después de pasar todo el día fuera inspeccionando los bosques regresa a casa con lo necesario para un festín. Es fenomenal, no es el tipo de persona que se preocupa por contar cuántos dracmas valdría una piel de cuero para venderla lo más pronto posible.

—Así es. El otro día dijeron que había demasiados zorros en la isla, así que atrapó cinco de ellos. ¡Si un jabalí o un lobo bajaran y se adentraran en la ciudad, el Lord iría y acabaría con ellos de inmediato!

—Así que no hay razón para extinguir a los conejos de la isla.

Nikos terminó con orgullo mientras ella estaba eufórica.

Incluso para Kira que solo conocía a Orión como cazador, la historia de los niños había sido muy impresionante. Su arco había causado un gran revuelo en el santuario e incluso había conseguido lastimar a Loxias, por lo que conocía bien sus habilidades. ¿Es que acaso había alcanzado tan alto nivel de habilidad gracias a su concentración en el cuidado de su armamento incluso cuando estaba en casa? Cazar parecía divertido.

Pero la condición de este almacén era realmente terrible. No había ni una sola tablilla de arcilla en la que anotaran el inventario. Incluso hace sólo unos momentos Lykos había sacado un puñado de frijoles. ¿Realmente podrías recordar haber hecho uso de ellos tres días después?

Siempre había tenido que pedir permiso para obtener nuevos suministros, por lo que se había convertido en un hábito registrar cuándo y qué había recibido, así como lo que ya había usado. En retrospectiva, también fue parte de la opresión vivida. Sin embargo, esta casa ni siquiera estaba bien administrada.

Su corazón seguía queriendo mencionar aquello, pero ella era una invitada. No era fácil para Kira encontrar el coraje para decirles a los chicos quienes habían estado viviendo en esta casa por mucho tiempo que estaban haciendo las cosas mal.

«Esperemos un poco. Lo sabrán enseguida una vez venga la criada.»

Según Orión, fue una petición personal a la regente, Saphira. Ella enviaría a alguien con la experiencia y la energía suficiente para cuidar de Kira, que no sabía hacer muchas cosas. 

Si viniera una criada experimentada, la situación de esta casa podría corregirse por sí sola. Decidida a no ser presuntuosa, Kira habló con cautela a los chicos.

—Bueno, los dejaré cocinar así que mucha suerte….

—Sí, te avisaremos tan pronto esté lista. 

—¡Hoy tendremos sopa de frijoles! ¡También herviremos almejas!

—Lo esperaré con ansias. Por cierto, ¿hay nueces o algo parecido?

Sucedió que las nueces estaban en un saco en la esquina. Los dos chicos preguntaron mientras peleaban por quién las sacaba primero.

—¿Cuántas necesitas?

—Tres, no, dos serán suficientes.

—¿Vas a pelarlas?

Kira, a quien le fueron entregadas las nueces, las dividió y sostuvo una de ellas en cada mano. Entonces, cerró sus puños tímidamente.

—Voy a intentar practicar.

Hasta ahora Kira había estado usando sus poderes en secreto, así que solo se había concentrado en mover un solo objeto. Aun así, elevar un objetivo tan grande como Orión la había dejado exhausta a pesar de haber sido solo medio palmo.

¿Qué debería hacer para mejorar sus habilidades?

Comencemos con algo pequeño. Aumentar el número de objetos con los que practicar fue lo más intuitivo.

Podía ser un truco trivial para Loxias que separaba los mares, pero Kira decidió comenzar con esto.

Después de respirar hondo y concentrarse, las nueces se elevaron en el aire. Tuvo cuidado de no distraerse con los chicos que se sorprendían por el acto.

Cuando trató de mover las dos nueces a la vez, su concentración se vió perturbada. Al dibujar un triángulo con la mano izquierda y un cuadrado con la derecha, la estabilidad se desmorona.

 «Primero, mantenlo simple, simple…»

Las nueces chocaron unas con otras en el aire. Se alejaron de nuevo. ¡Tack!. Chocaron de nuevo

Después de repetirlo unas cuantas veces, la piel se agrietó y la sabrosa pulpa cayó sobre la palma de la mano. Kira entregó los granos a los niños que vitorearon.

—Vamos, coman. 

Los chicos fueron un maravilloso público.  Ambos rostros se iluminaron.

—¡Gracias por la comida!

Los chicos se comieron las nueces y fueron muy expresivos acerca de cómo sabían. Sólo eran nueces, pero ¿había sido algo especial romperlas en el aire? Kira sonrió ligeramente. Quería llevarse bien con las personas que vivían bajo el mismo techo. Le alegró que su poder hubiera sido útil.

Traducción: Claire

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