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Bailando En Un Mar Legendario – Novela Capítulo 30

Capítulo de novela - 93 párrafos

El malentendido de la abuela Baki nunca se aclaró completamente. Parecía creer que Kira realmente era la novia de Orión. La terquedad de la anciana interpretó cualquier explicación como una excusa, por lo que los dos se dieron por vencidos.

El mejor curso de acción aquí era mantener la boca cerrada, diciéndoles a las personas que no hablaran descuidadamente. Tal como correspondía al personal cuidadosamente seleccionado por Saphira, la anciana mantuvo la boca firmemente cerrada.

De todos modos le dieron una habitación en la esquina del segundo piso. Dado que las camas eran contadas, los criados generalmente dormían sobre una colcha en el suelo. Nikos y Lykos limpiaron cuidadosamente el polvo del piso, temiendo que saliera incluso un diminuto escorpión.

Tan pronto como amaneció al día siguiente, Orión envió a los dos niños a encontrar al vendedor ambulante.

Había una razón por la que ambos iban a hacer mandados simples. Lykos era un chico que ni bien miraría seda y vendría de la mano de un comerciante del Este. Nikos era tan tímido que ni siquiera podría poner un pie en un lugar lleno de mujeres. Kira quedó muy sorprendida por ese lado inesperado de Nikos, quien tenía el hábito de actuar como un adulto.

Los chicos regresaron alrededor de la hora del almuerzo. Entonces informaron que el vendedor ambulante vendría en dos días. La razón fue que necesitaría tiempo para llevar consigo tantos productos como sea posible.

Orión asintió y le dijo a Kira.

—Te mostraré la ciudad una vez que tengas todo lo que necesitas. También debes saber lo que sucede a tu alrededor. Has estado atrapada en esta casa por un tiempo.

En estos días, Kira había hecho más de lo que habría imaginado en toda su vida, por lo que no se había sentido encerrada en lo absoluto. Sin embargo, realmente no podía esperar para recorrer la ciudad. Estaba de muy buen humor y su mente no hacía más que sentirse inquieta. No pudo hacer volar las nueces a un lugar específico durante la práctica ese día, así que decidió romperlas repetidamente.

Gracias a esto, Kira solidificó su hipótesis con convicción.

A medida que las emociones se intensificaban, las ondas de sal se volvían más difíciles de controlar. Debido a que la mente humana era inestable, las ondas de sal eran una fuerza que requería de un control muy riguroso. Se tenía que recuperar la razón y ejercer un alto grado de concentración

«Supongo que Lox debe haber estado en su sano juicio cuando declaró iniciada la caza de la bestia divina.»

Había estado tan enojado. No importaba si había alcanzado el nivel de un dios, no habría podido ejercer su autoridad sobre toda Grecia si hubiera perdido la razón debido a la ira. Estaba claro que sus palabras fueron cuidadosamente calculadas desde el principio. Tal como lo había confesado después de aparecer en su sueño.

Por un lado, tenía sentimientos encontrados.

Así es, ahora que su vida se había tornado de esta manera ella haría todo lo posible por vivir bien en el exterior. Tengamos un año maravilloso, Loxias.

No importaba cuando, ella hablaría con él una vez se volvieran a encontrar. Sólo que todavía no tenía claro qué podría decir.

En el momento en que se volvió experta en dar en el blanco, llegó la fecha acordada. Llamaron a la puerta pasado el mediodía.

Cuando Nikos abrió la puerta, una carreta llena de todo tipo de productos entró al patio central. La mujer que sostenía las riendas de un burro saludó emocionada.

—¡Nunca pensé que llegaría el día en que regresaría a esta casa después de haber estado en este negocio durante más de 20 años! ¡Hola, me han llamado hasta aquí!

Kira, que bajó del segundo piso con la abuela, estaba un poco sorprendida por la energía de esa mujer. Aunque las mujeres atlantes eran generalmente animadas, la actitud de esta persona era un poco diferente.

La vendedora estaba fuera de sí por la emoción. Tan pronto como encontró a Kira hizo una reverencia y armó un escándalo.

—¡Esos cuernos! ¡Esta persona es la que vino a La Atlántida desde el santuario…!

—Te estás dirigiendo a una deidad. Si haces un escándalo, Artemisa puede enfadarse, así que es mejor que te comportes.

La abuela hábilmente calmó a la vendedora.

Kira la admiró en su corazón. Durante los últimos días, la abuela Baki siempre la había tratado gentilmente. A diferencia de Niko y Lykos, no hizo un escándalo incluso después de verla usar su poder. Era una actitud ordinaria, como si mirara hilos entrecruzarse. Se preguntaba si originalmente tenía ese tipo de temperamento, pero era tan estricta como la suma sacerdotisa cuando trataba con la vendedora ambulante.

Pensó entender un poco lo que era tener muchos años de experiencia. En ese momento, Orión, que había salido al amanecer diciendo que daría una vuelta por el bosque de los alrededores, regresó a casa justo a tiempo.

Tan pronto como entró por la puerta, sacó dos nutrias atadas con una cuerda y las arrojó. Los muchachos que salieron apresuradamente a su encuentro echaron un vistazo a la caza.

Ojos azules recorrieron la carreta.

—La vendedora ha sido más rápida que yo. ¿Eso es todo lo que tienes?

—Así es, he reunido los mejores productos.

La vendedora ambulante se mostró cortés como si hubiera sido abrumada por su altura. Orión levantó descuidadamente la lona que cubría el exterior y luego la volvió a colocar en su lugar.

—No seré mezquino, así que no pienses en el dinero y compra lo que necesites. No quiero hacerla ir y venir varias veces.

—¿Que no piense en ello? Yo…

Kira estaba bastante nerviosa. Este hombre realmente no era muy hábil con los cálculos. Ella hubiese preferido que le dijera exactamente cuánto podía usar. A diferencia de ella, que estaba inquieta, la vendedora y la abuela Baki mantenían un ambiente agradable.

—Seguro. Traje todo lo necesario para contentar a la deidad.

—Ahora suba, Lady. Esto debe hacerse en las habitaciones de las señoritas.

Kira fue empujada escaleras arriba por ambas mujeres. La vendedora ambulante subió sin ningún problema las escaleras mientras cargaba un gran cofre al hombro. Una habitación vacía del segundo piso se llenó de varias telas, ovillos, redecillas para el cabello, adornos de oro y sandalias.

Entonces Kira tuvo que tomar una gran cantidad de decisiones vertiginosas. Fue una tarea muy difícil para ella que había vivido una vida conforme a lo que se le fue dado.

Era importante elegir qué bordado se veía bonito, si el lino o la seda se sentían bien, el color entre llamativo o sutil, y cuántas capas de pliegues tendría su ropa. Sintió que su cabeza iba a explotar cuando le preguntaron sobre accesorios a los que no había prestado atención en su vida.

—T-Tengo cuernos. No puedo usar adornos para el cabello...

Dijo con plena intención de que se detuvieran. Sin embargo, esa excusa no salió bien esta vez pues la vendedora rió como si hubiera oído tonterías.

—¿De qué estás hablando? ¡Sería precioso si colocaras flores frescas y una diadema de oro con cuentas alrededor de esos cuernos! Temes que el dios de las ovejas se emborrache y pueda llevarte por error, ¿verdad?

Agotada mentalmente, Kiro no pudo más que asentir bruscamente a su oponente. La vendedora ambulante parecía estar de muy buen humor. Le dijo a la abuela que estaba ayudando a organizar las cosas a su lado.

—Realmente esto es increíble. No puedo creer que haya llegado el día en que regresaría a esta casa tras ser llamada por Poseidón debido a la princesa. Es un honor ser la primera entre los comerciantes en conocer a la dama traída por su hijo.

—Bueno, hay algunas personas que hacen lo que ellos desean dado que no están sujetas a las reglas, pero Lord Orionis no es el tipo de persona que haría tonterías. Mira, ¿no es realmente hermosa como la luz de la luna?

Kira se sintió bastante inquieta por el extraño elogio. Parecía que se estuvieran refiriendo a una completa extraña. La Atlántida adoraba a los monstruos, ¿no era por eso que les gustaba su horrible apariencia? Kira se preguntaba si incluso los estándares de belleza aquí eran muy diferentes.

Entonces se dio cuenta de algo.

«Así es. He oído hablar de ello en Delos. Los comerciantes siempre halagarán a sus clientes ¡Así venderán más y ganarán mucho dinero! Tal vez creía que una mujer torpe como yo sería fácil de engañar.»

Kira había olvidado que esta era una de las cosas de las que le habían hablado para provocarle miedo del mundo exterior.

Si, a eso se debían los halagos. Pero era Orión el que pagaría por todo esto. Debe haberse visto completamente atrapado por palabras bonitas. Esta mujer debe haber decidido estafarlo considerablemente en el momento en que se mostró indiferente y habló con rudeza sin siquiera calcular los gastos.

Pensando en eso, ni siquiera debería haber mirado esas sedas o aretes de oro. Sería un gran problema si el electrum que Orión había guardado en la caja fuerte se filtrara y desapareciera.

Kira miró a las dos mujeres que se encontraban desdoblando una tela con patrones ondulados, admiradas. Dijo decididamente.

—Yo… creo que esta ropa es muy bonita.

Ambos pares de ojos se enfocaron en ella. Kira tragó saliva seca y trató de hablar con claridad.

—Orión va muy a menudo al bosque. Pienso ir con él, así que no puedo usar ropa tan bonita. No quiero ensuciarla y que termine dañándose…

Realmente no pensaba hacer algo tan peligroso como eso, pero solo estaba balbuceando. No, de hecho. ¿Quizá estaba expresando sus verdaderos sentimientos al decir que quería seguirlo? Kira se sonrojó al recordarse maravillada por lo que le habían dicho los chicos respecto a la caza.

—Todo lo que necesito es una capa. Cualquier ropa estará bien. No necesito decoraciones costosas.

¿Esto sonaba como algo que diría Artemisa? No estaba segura. Ahora pensaba que no había sido muy sensato haber dicho eso. Kira ocultó su complicado humor y observó la expresión de ambas mujeres.

La vendedora ambulante estaba estupefacta. Era la primera vez que una dama se negaba a usar tales joyas u ropa. ¿Quizá era esa señal de no haberle gustado los artículos que había traído consigo? Su mirada se oscureció como si hubiera traído artículos que no estaban al nivel de los ojos de una noble deidad.

La abuela Baki estaba tranquila. En lugar de presionar o preguntar, habló en voz baja.

—Por supuesto que conseguiremos una capa. Necesitarás ropa que sea buena para caminar o meterte en el agua. No te preocupes, también podemos comprar ropa modesta.

—Verás, eso…

—Pero mi Lady, usted es una persona que estará en la boca y en los ojos de todos. También necesitará ropa bonita.

Kira no entendió del todo. La abuela explicó en voz baja.

—Es deshonroso, por supuesto, juzgar a las personas por su riqueza. Sin embargo, una persona tonta rápidamente concluye muchas cosas en base a su apariencia. Si la dama usa ropa andrajosa, la gente malinterpretará que Lord Orionis no puede cuidar bien de la deidad. Al final, comenzarán a susurrar sobre dónde fue a parar todo el dinero obtenido de la captura de bestias salvajes.

Saltar a conclusiones por la apariencia. Esas palabras fueron las que más le llegaron a Kira. La explicación había sido sorprendente. Era algo en lo que Kira no había pensado antes.

Ahora que lo pensaba, el Senado había dicho no estar de acuerdo con que ella se quedara en la casa de Orión. Si ella pasaba desapercibida, podrían encontrar fallas en él. Debido a que había estado libre en esta casa durante tanto tiempo, había olvidado que ellos habrían querido consagrarla al santuario de esta isla si no fuera por Orión. Kira odiaba insoportablemente la idea.

—No debería hacer eso.

Kira bajó su rostro abatido.

Parecía entender la intención de Orión de gastar tanto dinero. Debe haber sido porque lucía tan lamentable que se vio en necesidad de gastar tanto dinero en vestir con prendas bonitas a lo que recogió en el camino. Era un hombre al que no le interesaba nada más que las herramientas de caza.

La abuela le palmeó los hombros como si estuviera orgullosa de escucharla.

—Esta también es culpa de la sociedad. Así que siéntete libre de elegir algo bonito.

—Así es. Es bueno elegir algo para ir al bosque o al mar, pero también hay ropa que necesitarás cuando vayas a un ritual o festival.

La vendedora vio la brecha e intervino rápidamente.

Después de elegir algunas cosas, las dos mujeres alentaron a Kira a probarse un conjunto. Vistió un quitón blanco y una falda que caía en capas, exclusiva de las islas del sur. Un himation decorado con flores colgaba bellamente de su hombro, y se le colocó un brazalete de oro y un cinturón de jade.

Estaba un poco cansada después de vestir tantas cosas. La vendedora ambulante pulió diligentemente el espejo de bronce, un producto que había traído consigo, y le mostró su reflejo. En la superficie, una joven noble apareció frente a ella por primera vez en su vida.

—Mirando esto, no importa si una princesa aparece de repente y me lo pide, ¡no se lo entregaré a nadie más que a la deidad!

La vendedora ambulante hablaba como un escultor ebrio por su trabajo.

Kira no podía creer lo que estaba viendo. Siempre había llevado un quitón ligeramente gastado. Ahora estaba cubierta por uno revestido en oro. Era como poner un cojín de seda en un gallinero.

La vendedora ambulante dijo luego de sutilmente dar a entender que también debería comprar el espejo.

—Si usaras una de las joyas de la princesa lucirías aún más bonita. ¿Lord Orión habrá guardado alguna? Me pregunto si el Gran Guerrero vive tan tranquilo debido a ellas.

Miró alrededor de la habitación vacía y chasqueó la lengua. La abuela ayudó.

—Él es muy reacio a casarse y los únicos que lo acompañan son los niños. Tal vez , tal como los filósofos atenienses, tenga gustos excéntricos y dudas blasfemas.

—Ya que está sirviendo a una Diosa espero que este lugar se vuelva más brillante. En esta casa, los sirvientes son demasiado tolerantes, tal vez porque son jóvenes o porque la administración es torpe.

Kira casi agarra el dobladillo de la falda de la vendedora. Así es, no estaba equivocada. Pero el oro tintineaba y ella estaba tratando de mantener la calma.

En ese momento, la abuela dijo mientras miraba la tela extendida sobre sus rodillas.

—Hay cofres y sombrillas en la carreta, así que baja y dales un vistazo.

—Ah, sí.

—Despejaremos esto de aquí, así que ve primero. Muéstrale a Lord Orionis tu apariencia.

Traducción: Claire

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