Bailando En Un Mar Legendario – Novela Capítulo 48

Después de la redada de Creta, Kira se mantuvo pendiente del progreso de la investigación. Podría haberse hecho de oídos sordos y mantenerse alejada, pero no quiso hacerlo. Esta situación se había dado por ella, por lo que quería saber sus consecuencias.En primer lugar, se preguntaba qué había sucedido con Hatsha desde que había sido arrestada. Afortunadamente, se dijo que había estado tranquila todo este tiempo. También le dijeron que había cooperado con el interrogatorio de los marines.El tema del interrogatorio era simple. La justificación que dieron fue la promesa de la supremacía de Grecia si se hacían de la bestia divina. Eso ya lo sabían. Lo importante era dónde se encontraba el agujero del ratón en la isla.Hatsha no sabía por dónde sería la ruta de escape.Lo que sí confesó rápidamente fue la ruta de infiltración.Según ella, abordó un gran barco cuando partían de Creta. Habían varias personas a bordo además de los guerreros que se unieron a la incursión, pero Hatsha no podía saberlo en detalle. Como esclava, estaba confinada en los muelles y vigilada todo el tiempo.Después de ser transportada durante varios días, la sacaron a rastras y la hicieron desembarcar en medio de la noche. Dijo entonces que había llegado a Acrotiris antes de darse cuenta.Después de eso, Hatsha buscó la oportunidad de contactar a Kira. Otros guerreros estaban al acecho en los bosques cercanos, tal como había escuchado Kira.Como resultado de la minuciosa búsqueda de Orión, se identificaron leves rastros de humanos en lo profundo del bosque.Eran rastros pequeños que la gente común no podría identificar. Algo así no podría evitar los ojos de Orión. Era un humedal donde las salamandras venían a poner sus huevos, y las enredaderas crecían espesas, por lo que ni siquiera los animales residentes se acercaban a éste con frecuencia.Lo que significa que había sido difícil evitar los ojos de Orión si Creta no hubiera soportado tales dificultades.Sin embargo, Orión lamentó haber tenido un punto ciego.—Debe ser una broma. ¿Debería decir que tengo suerte de haberlo descubierto en este momento? Bien, digamos que estamos contentos de que el pez pequeño haya tomado la delantera. Me he asegurado de que nadie se esconda allí de nuevo.Al regresar a casa más tarde de lo habitual, se quejó mientras se quitaba las botas, llenas de barro seco. Incluso sus pantorrillas, tan robustas como el tronco de un árbol, estaban manchadas.Kira cargó una palangana mientras dejaba escapar un quejido. Casi la dejó caer al tropezar, pero Orión rápidamente se la arrebató. Kira, apoyada contra un árbol de bugambilia, contuvo el aliento y volvió a preguntar.—¿Qué hiciste?—Había una roca útil cerca, así que la hice rodar hasta ese lugar.Orión dijo casualmente y se lavó las piernas. Una toalla empapada en agua limpió sus botas.Kira simplemente no podía entender lo que estaba diciendo.—Las rocas son muy grandes.—Es decir, son muy difíciles de mover, ni se diga levantar. No tuve más remedio que hacerla rodar. Gracias a eso, ahora realmente es un lugar que disfrutarán las salamandras.¿Así que hiciste rodar una roca gigante…?Kira estaba desconcertada. La ladera estaba llena de rocas tan altas como ella. Las rocas en lo profundo del bosque habrían aumentado, no disminuido de tamaño.¿De dónde diablos sacaba tanta fuerza este hombre? Mientras yacía en la cama, Kira miró asombrada los antebrazos situados a un lado de ella.La primera noche que había venido aquí, no pudo soportar la ansiedad y lloró a mares, pero ese no era el caso ahora después de vencer a sus primeros oponentes en la cacería. Si ella trabajaba duro y Orión la ayudaba, parecía que las cosas seguirían tan tranquilas como lo habían estado hasta ahora. No parecía que fuera a asustarse incluso si alguien de otro país que no fuera Creta invadiera.Unos días después, los marines llamaron a la puerta diciendo que tenían noticias. Se dijo que el grupo cretense finalmente había confesado su ruta de escape.Acrotiri estaba ubicada en el lado sur de la isla exterior, desde donde el grupo debía huir a una playa a poca distancia al este.Medio día tardarían en llegar allí. El recluta que entregó la noticia preguntó a Orión con dificultad.—La comandante Quidna dijo que la inspeccionaría personalmente mañana. ¿Le gustaría echar un vistazo también, Lord Orionis?Después de estimar el tiempo de ida y vuelta, Orión respondió.—Valdrá la pena si es un viaje de ida y vuelta. Tal vez alguien más vaya allí en un futuro… ¿Qué te pasa?Dejó de hablar y se volvió hacia ella. Kira rápidamente quitó la mano que sostenía el dobladillo de su capa y la escondió. Orión preguntó antes de que pudiera hablar.—¿Quieres ir conmigo?—...Sí.No podía negarlo porque eso era exactamente lo que quería. Sin embargo, a pesar de que había llegado a creer tanto en Orión, todavía le faltaba confianza. Rápidamente agregó pensando que sería regañada por intervenir en una inspección importante.—Yo… no interferiré. No digo que quiera ir porque esté aburrida. Ellos son los que trataron de llevarme. Solo quiero saber qué está planeando esa gente. No puedo evitarlo, pero...No tuvo el coraje de mirarlo a los ojos, así que inclinó la cabeza. Entonces miró discretamente hacia arriba para observar su semblante.Fue extraño, Orión no estaba mirando en su dirección. Sus ojos azules miraban hacia otra parte. Por alguna razón, parecía extremadamente consciente del recluta.Kira, curiosa, fijó su mirada en la misma dirección. El recluta abrió ligeramente los ojos y sonrió de manera extraña.Antes lo estabas pasando mal, ¿y ahora? Hay todo tipo de personas extrañas. Tan pronto como Kira pensó que a menudo veía personas extrañas en el mundo exterior, Orión rápidamente extendió una mano y tocó su hombro. Dejó escapar una tos inesperada y escupió en tono duro.—Los carruajes militares no son para paseos de damas. —Oh, entiendo…Si no se puede, entonces no hay nada que hacer. Sin embargo, palabras como un rayo de luz cayeron sobre una abatida Kira.—Tendrás que viajar durante bastante tiempo, ¿estás segura de que no será difícil?El rostro de Kira se iluminó y levantó la cabeza. ¡Sí, por supuesto!* * *En el antiguo calendario ático, el invierno se define como Gamelion (enero), Anthesterion (febrero) y Elafebolion (marzo).Las estaciones de la naturaleza no pueden ser cortadas como los humanos cortan en pedazos a los pescados. La sensación de la brisa al tocar su piel fue un poco temprana.En la Atlántida, a medio camino de Elafebolion, brotaba la energía primaveral.Quizás ahora Perséfone en el palacio del infierno esté regresando a su hogar terrenal.  Quizás gracias a la alegría de Deméter al reunirse con su hija, la hierba a lo largo del camino se había vuelto verde.El mar Egeo, que había estado tranquilo durante todo el invierno, comenzó a estirarse gradualmente. Incluso los barcos que se habían resistido a los vientos y las tormentas del invierno, no temían al mar primaveral. A lo lejos, la flota mercante, que estaba a punto de navegar largas distancias hasta Masalia (la actual Marsella), estaba ocupada preparándose para zarpar.El clima estaba soleado, pero Kira se encontraba pasando por un momento difícil. Cuando finalmente llegaron, su rostro lucía pálido. Se tambaleó sobre el punto de apoyo del carruaje pero Orión vino corriendo rápidamente y le sirvió de apoyo.—¿Ves? ¡Te dije que sería difícil!—Mucho ruido. Las ruedas hacen mucho ruido…Kira tragó saliva y dijo tonterías. Su estómago se sentía un poco mejor, pero su garganta seguía adolorida.¿Qué tan difícil sería viajar en un carruaje militar? También había usado una carroza cuando llegó por primera vez a la isla interior. Estaba bastante acostumbrada a las sacudidas en burro. Entonces, se preguntaba qué tan difícil sería viajar en un asiento sin cojín.Había sido terrible. El carruaje que arrancó al amanecer se convirtió en un instrumento de tortura manual alrededor del mediodía. Cada parte de su delicado cuerpo latía con dolor muscular.Hubiera sido mejor si hubiera elegido caminar tal como Orión, pero ¿cómo podría pedir eso cuando ella misma había aceptado subirse a ese carruaje? Falta de flexibilidad, tenía miedo de que la regañaran por quejarse de algo del cual no podía familiarizarse. Al final, aguantó durante horas conteniéndose y pensando en ella como un equipaje con cuernos.Al menos hubo algo de lo que se dio cuenta. Esta vez al menos no se saltó la comida. Como resultado, Kira se dio cuenta de que su cuerpo era más vulnerable al mareo en tierra que en el mar.«¡Es otra de las cosas que he aprendido en el mundo exterior…!»Quidna, que la vio levantarse, rió y dijo.—Fue un poco tosco porque es una carroza usada para marchar. ¿Debería preparar una carroza de nobles la próxima vez?—Oh, no. Quiero montar un burro la próxima vez. Orión dijo que conseguiría uno...Kira dijo mientras controlaba su estómago incómodo. Al escuchar esas palabras, Quidna miró a Orión. Por alguna razón, tenía una expresión sonriente similar a la del nuevo recluta del día anterior.—Me alegra de que Lord Orionis parezca estar cuidándola muy bien. Baje de allí, por favor. Quidna abrió el camino hacia la playa. Orión, con ahora una mirada amarga en su rostro estiró sus pasos. Kira lo siguió de cerca. Se formó una procesión de soldados rodeando los costados y la retaguardia de Kira.Los pescadores que vivían cerca echaron una mirada. Gracias al sombrero de piel de nutria que jugó un papel importante le día de hoy, Kira caminó tranquila. La playa estaba cada vez más cerca.¿Es porque los acantilados de la Atlántida eran todos sombrios? La playa estaba llena de grava negra en lugar de arena blanca. Las suelas de los zapatos de cuero se llenaron de gravilla y crujían a cada paso. Kira, que caminaba como un pato, pensó que realmente lucía cómo uno, por lo que sus mejillas se calentaron.Entonces Orión extendió una mano, sostuvo su brazo y la equilibró.—Dime si es difícil caminar. Te llevaré en mi espalda.—Uh, no. Todo el mundo está caminando...Había subido y bajado los escalones de piedra del Monte Cinto, por lo que no podía perder contra esta grava. Además, todos caminan tranquilos a excepción de ella.Llegaron a la orilla después de una larga marcha. Sólo entonces miró a su alrededor.Cuando caminaba, no lo sabía porque lo estaba pasando mal, pero cuando se detuvo y echó un vistazo, notó que era una pequeña playa. No había puerto para atracar. El paisaje era agradable, por lo que podría ser genial para disfrutar el mar.El soldado que había salido antes agitó su escudo desde el otro lado. Al acercarse, vieron un artefacto extraño.Varias estacas grandes fueron clavadas allí. Las cuerdas unidas a cada estaca se rompieron y se balanceaban con las olas.Orión reconoció inmediatamente la situación y dijo.—El barco estaba amarrado. Si el número de estacas es tan grande, su tamaño... debe tener alrededor de veinticinco remos.Kira estimó basándose en las galeras en el muelle de Acrotiris. Si tenía veinticinco remos, era más pequeño que un barco mercante.  Tendría aproximadamente el mismo tamaño que un barco de pesca que se adentra en el mar. Este número era casi idéntico al que poseía el pueblo cretense.Quidna también estuvo de acuerdo con Orión.—También lo creo. Pero como puedes ver, sólo quedan estacas, no hay barcos a la vista.—¿Tal vez las cuerdas se pudrieron?Kira sugirió repentinamente y se sintió un poco avergonzada. ¿Podría ella, que no sabía de barcos ni nada relacionado a operaciones militares, intervenir imprudentemente? Ya estaba dicho, así que no tuvo más remedio que terminar su idea hasta el final.—Lo siento si dije algo extraño. Sin embargo, cualquier cosa que entre en contacto con el agua se pudrirá fácilmente. Quizá un barco podría alejarse flotando si sus cuerdas se pudrieran con el tiempo…—Tiene sentido. De hecho, a veces eso sucede. Pero parece que este no es el caso esta vez. Mira la cuerda aquí.Quidna tomó la estaca tirada por el soldado y levantó la cuerda.El límite roto estaba en buen estado. La única explicación es que había sido cortado con un objeto filudo.—El barco fue recuperado de alguna u otra manera. Preguntamos alrededor del área y parece que los pescadores no saben nada al respecto. Dijeron que no tocaron nada porque pensaban que tenía dueño.Orión contempló el horizonte del mar abierto.—Creta debe haberlo recuperado. Probablemente prepararon dos barcos desde un principio.Kira se preguntó cómo había llegado Orión a tal conclusión. Orión explicó lentamente.—Esa mujer de cabello corto dijo que bajaron en un muelle. Un barco de veinticinco remos no se amarra a un muelle.Para proporcionar un espacio de almacenamiento separado en la parte inferior del barco, por lo menos este debe tener dos o tres niveles. Del tamaño de uno comercial o de guerra. El número de marineros también debe estar entre cincuenta y cien.Después de pensar por un momento, Kira entendió lo que había sucedido.—Lo entiendo. Al principio, llegaron en un barco grande y se bajaron en Acrotiri, pero el barco grande se fue rápidamente, ¿verdad? El pequeño barco que se cargó con anticipación se amarró aquí. Si lograban escapar, se encontrarían con el barco grande y regresarían todos juntos, ¿no es así?—Es difícil saberlo de inmediato. Sin embargo, esto podría plantear un gran problema...Orión, que se quedó sin habla, se alborotó el cabello como normalmente lo hacía.Quidna entendió su mirada y dio orden a los soldados de registrar el vecindario. Solo quedaron tres personas en la playa ya que los alrededores estaban dispersos. Quidna habló en voz baja, evitando el viento, aunque no había quien podría oír.—¿Estás pensando lo mismo que yo?—No hay otra respuesta que esa. El problema es que ella no lo sabe. Orión miró a Kira. Entonces ésta intuyó algo y dijo con firmeza.—Quiero saber si es un problema relacionado conmigo.Orión bajó lentamente la mano. Su boca se endureció como si hubiera tomado una decisión. —... Sí. Debes saberlo. Sólo piénsalo. Si un gran barco de Creta quiere dejar a un grupo de hombres en el muelle de Acrotiri, antes de eso tiene que pasar por el mar interior de la Atlántida. ¿Cómo es que llegaron aquí si esta era su primera vez en la Atlántida? Después de pensar en silencio, Kira dio con la respuesta.La compuerta en el agua. Había una enorme puerta de plata que se decía estaba hecha de Oriharukon. Esa era la entrada a la Atlántida. Era el único pasaje que abría y cerraba el canal entre las islas interior y exterior.Espera, aquí había algo raro.—¿Cómo es que pasó el barco cretense las compuertas durante la noche?Orión chasqueó la lengua.—Significa que alguien lo abrió. Un Atlante.   Traducción: Claire◈❖◈

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