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Buscando Al Papá Del Bebé Dragón – Novela Capítulo 13

Capítulo de novela - 79 párrafos

[Traductor: P꒪˙꒳˙꒪]

Capítulo 13

"Mi madre las apreciaba."

Era una flor simple para que la Duquesa la apreciara, pero Alexion no se molestó en añadir nada más. Sus ojos rojos se clavaron intensamente en los inocentes ojos azul brillante de Iris, tratando de descifrar sus intenciones.

Pero ese "motivo oculto" era completamente distinto de lo que Alexion esperaba.

Iris había grabado la flor en el llavero mientras rezaba con sinceridad. Y al recordar el significado de esa flor: “alivia mi ansiedad”, pensó:

‘Que tengas paz. Que puedas sacudirte cualquier ansiedad o temor, aunque sea un poco.’

No deseaba que Alexion regresara sano y salvo. Ese no era un deseo que sus plegarias pudieran conceder. Era un asunto que dependía únicamente de las habilidades de Alexion y del respaldo de la Familia Imperial. Solo esperaba que su corazón estuviera en calma.

Aunque no pudiera cumplir todo lo que deseaba, Iris pensó que al menos podía actuar según lo que sentía.

Alexion Tate estaba sumido en profundos pensamientos en la mansión de un barón en el este. El barón, asombrado por la visita del Duque Tate —que había cabalgado toda la noche en un corcel magnífico—, le ofreció la mejor habitación de la mansión: su propio dormitorio.

Sabiendo por experiencia que negarse sería inútil, Alexion se sentó en el sofá innecesariamente lujoso y clavó la mirada en la chimenea.

Dormir siempre había sido un concepto ajeno para Alexion, pero hoy lo era aún más. El simple esfuerzo de acostarse y tratar de dormir le parecía inútil.

Con la mirada perdida, trazaba con la yema de los dedos la forma de los pétalos de la flor en el llavero.

Su sospecha de que Iris Reuben estaba haciendo todo esto para causarle una buena impresión crecía aún más. Después de todo, ¿por qué se tomaría la molestia de crear algo artesanal solo para él, si no fuera por eso?

Claro, no dejaba de ser un llavero torpe.

‘Ridículamente tosco.’

Había escuchado que Iris había solicitado herramientas de grabado para diseñarlo ella misma. El diseño era delicado, pero su técnica no lo era, lo que lo volvía muy inferior a los objetos de metales preciosos que solía recibir en los catálogos.

Después de todo, ya tenía un llavero de platino adornado con zafiros y esmeraldas. Además, ¿una flor? ¿Qué noble robusto andaría con un llavero grabado con una flor? Un hombre sin esposa tendría que estar loco para hacerlo.

‘Definitivamente, esta no es la mentalidad de una dama común.’

Iris ciertamente se autodenominaba noble, pero había sido expulsada de la sociedad aristocrática a la corta edad de doce años. Después de pasar diez largos años entre plebeyos, parecía no tener idea de que regalar un llavero hecho a mano para ganarse el favor del duque podría convertirse en blanco de burlas dentro de la alta sociedad.

Sin embargo…

Alexion volvió a girar el llavero entre los dedos.

Era extraño. Si hubiera sido el de siempre, no sería raro que lo hubiera arrojado directamente a la basura. La mayoría de los regalos que recibía terminaban en el almacén sin siquiera ser abiertos.

Sin importar cuán caros o raros fueran.

La razón por la que no los tiraba o regalaba era simplemente para evitar habladurías. Alexion, en esencia, era alguien sin deseos materiales y completamente indiferente a los obsequios.

‘No dejo de pensar en esto.’

¿Era porque el regalo era tan ridículo? ¿O era porque Iris Reuben era, en sí, tan impredecible?

Se descubrió a sí mismo jugueteando con el llavero una y otra vez.

Hasta que, sin darse cuenta, se quedó dormido mientras aún estaba sentado en el sofá.

La luz del sol abrasadora cubría el rostro de Alexion. Estiró sus hombros entumecidos y se puso de pie. Una expresión de desconcierto era evidente en sus ojos rojos.

‘¿Dormí…?’

¿Cuándo fue la última vez que durmió así? Un sueño profundo, sin pesadillas; fue un descanso real.

"No... no lo recuerdo."

Durante mucho tiempo, Alexion había sido atormentado por pesadillas todas las noches. Era siempre la misma: una niña que no dejaba de llorar. Cuanto más intentaba consolarla, más fuerte lloraba.

…Eso era todo.

No era una pesadilla terrible. No lo mataban, ni lo perseguían monstruos. Y aun así, Alexion siempre despertaba con el corazón lleno de culpa por esa niña.

Como resultado, el insomnio se volvió su tormento constante.

Era absurdo. Preocuparse tanto por una niña de un sueño y sentirse culpable por ella. Al punto de no poder dormir adecuadamente.

Por eso, Alexion nunca le habló a nadie de sus pesadillas. Claro, había intentado varios remedios caseros. También buscó tratamiento para su insomnio.

Pero nada funcionó.

Era comprensible, ya que el insomnio causado por pesadillas no podía curarse con tratamientos comunes.

Y sin embargo...

Las pesadillas que lo atormentaron durante toda su vida desaparecieron esa noche.

¿Por qué?

En ese momento, no lograba entenderlo.

Alexion se levantó.

Sentía que aún era muy pronto para hacer una gran cosa por haber dormido bien una sola noche, especialmente con el reto del salamandra esperándolo. Matarla era fácil. Mantenerla viva era otro asunto.

"Señorita Iris, ha llegado una carta. Está firmada por la señorita Reuben, ¿podría ser…?"

El rostro de Iris se iluminó como si se hubieran encendido decenas de velas.

Finalmente, su hermana, Rebecca, le había respondido.

"¡Es de mi hermana! Gracias, Miriam."

Rápidamente abrió la carta.

La respuesta, escrita con la letra ordenada de Rebecca, contenía exactamente lo que Iris esperaba.

[Querida Iris: Siempre logras sorprender a la gente. Convertirte en cuidadora de un dragón… espero que no te hayan obligado a aceptar un trabajo tan peligroso, ¿verdad? Si fue así, en la próxima carta dibújame un alimento que no te guste. Encontraré la forma de rescatarte, cueste lo que cueste.]

En ese momento, Iris no pudo evitar reír.

Parece que su hermana aún la veía como la niña mimada que odiaba las zanahorias.

Después de haber pasado por momentos en los que casi no había nada que comer, ya no era posible que se pusiera exigente por unas simples zanahorias.

[Como sabes, nuestros padres se fueron recientemente al Mar del Norte. Tardarán al menos tres meses en regresar. Mientras tanto, piénsalo bien. Reflexiona sobre si ser cuidadora realmente es para ti. Si en algún momento se vuelve aunque sea un poco difícil, asegúrate de renunciar…]

La carta de Rebecca estaba llena de advertencias y cuidados.

Iris negó con la cabeza.

"Así es mi hermana."

A diferencia de ella, que era optimista, Rebecca era verdaderamente cautelosa y propensa a preocuparse por todo.

Iris respetaba sinceramente a su hermana inteligente y precavida, y también le tenía mucho cariño. Pero eso no significaba que fuera a seguir todos sus consejos al pie de la letra. Si lo hiciera, no podría dar ni un solo paso fuera de casa.

Mientras seguía leyendo la carta, Frijolito aleteó y empezó a hacer pequeños trucos justo frente a ella.

Frijolito se volvía cada vez más apegado a Iris, y siempre buscaba llamar su atención.

"Frijolito-ah."

Dijo Iris con ternura.

"¿A qué jugamos hoy? ¿Qué tal un juego con la pelota?"

Frijolito giró la cabeza en dirección opuesta a la pelota. Estaba claro que quería hacer otra cosa.

"Bueno, hemos estado jugando con la pelota todo el tiempo."

Iris se detuvo un momento, pensativa.

'Quisiera poder terminar la casa de juguete pronto… pero no se puede evitar. Supongo que tendré que hacer otra cosa.'

La casa de juguete requería tanto trabajo que tardaría bastante en terminarla.

'¿Qué podría hacerle?'

Dado que Frijolito era tan activo, sería bueno crear algo con lo que pudiera correr y jugar.

‘¿Algo para correr…?’

Los ojos de Iris se abrieron con sorpresa.

Recordó un lugar que adoraba recorrer cuando era pequeña.

‘¡Sí, eso sería perfecto!’

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