Cómo Sobrevivir Como La Esposa Del Duque Monstruoso – Novela Capítulo 151

[Traductor: Mayu]

“Entonces lo único que quería era alejarme de él, pero me siguió tan rápido, se movía como yo podía. Intenté alejarme, pero…”, la voz de Ilyin vaciló y se quedó en silencio. Acercó la mano de Aden a su hombro y la cubrió con la suya.

“¿Los caballeros han estado ocupados mientras dormía?”, preguntó finalmente. Era una forma indirecta de preguntar lo que quería: ¿hay problemas aquí? Aden la entendió enseguida.

“No ha habido señales de intrusos”, dijo Aden, negando con la cabeza. “Eso es lo que nos hizo pensar en otras posibilidades.”

Eso y que viniera tu abuela, pensó mirando a Bertha.

“Menos mal”, dijo ella, suspirando visiblemente aliviada. “Temía que hubiera un malentendido…”

Se refería a Lady Mille, todos lo sabían. Pero ella había aceptado ser encerrada en sus habitaciones sin quejarse, y en cualquier caso sin Setoze nunca podría llegar a la habitación de Ilyin por segunda vez sin ser detectada.

“Hubo alguna sospecha de Lady Mille, sólo por un momento”, comentó Etra, “pero ella no tiene ese tipo de garras.”

Ilyin se rió a su pesar.

“Siento haberlos preocupado”, dijo. Extendió la mano para agarrar la de Etra. “He oído que has cabalgado hasta la región cálida.”

“No fue difícil”, respondió Etra.

“¿Incluso en abril?” preguntó Ilyin socarronamente.

“Querida, tengo mucho que decir al respecto”, añadió Bertha. Todavía abrigada, parecía estar a punto de pedirle a Aden que volviera a usar su poder divino. Y como Aden parecía incapaz de endurecer su corazón ante la familia de Ilyin, probablemente la complacería, pero ella sólo sonrió y continuó con su pensamiento.

“Fue hermoso ver el calor en invierno”, dijo.

Ilyin parpadeó, sin saber a qué se refería al principio. Luego se volvió hacia Aden, inquisitiva. Él respondió con una mirada preocupada.

“¿Piensas seguir soñando?”, soltó, cambiando de tema. No se atrevía a pedirle que no lo hiciera, aunque lo deseaba. Ilyin le apretó la mano.

“El maldito linaje del sueño”, interrumpió Bertha. “No todos quieren la previsión, pero no hay nadie que pueda evitarla.”

“Lo sé muy bien”, dijo Ilyin, asintiendo. Si fuera posible evitarlo, ella habría elegido ese camino desde el principio. No habría podido preverlo desde la muerte de Sid.

Aden también asintió. Sabía que Ilyin había visto la muerte de su madre, uno de los muchos sueños que probablemente habría preferido no tener.

“Pero si hubiera una forma de evitarlo”, le preguntó, “¿lo harías?”

Ilyin lo miró fijamente. Hacía sólo unos días que ella había dicho que era feliz soñando para él. Que se alegraba de poder ver los peligros del futuro para ayudarles a él y a Delrose a ponerse a salvo, en lugar de limitarse a esperar lo mejor.

No hacía mucho que lo había dicho. Pero ahora, con las heridas que aún cicatrizaban en su estómago, con este nuevo conocimiento de los peligros que acechaban a su don... sabía que le estaba pidiendo su opinión porque nunca la obligaría. La respetaba demasiado.

“¿Me estás preguntando si tengo miedo?”, preguntó ella. Esa era su verdadera pregunta, y él no dijo nada más mientras ella consideraba su respuesta. Durante un largo momento, permanecieron sentados en silencio como si estuvieran solos en la habitación.

“Dijiste que madre y tú podían hablar con facilidad y llegar a tener contacto, abuela. ¿Es cierto?”, preguntó. La pregunta iba dirigida claramente a Bertha, pero la formuló como si estuviera dirigida a todas partes y a ninguna. El ser de ojos violetas no había hablado con ella, pero aún llevaba las cicatrices de su contacto. Estaba claro que había compartido su sueño, igual que ellos habían compartido el suyo.

“Tengo miedo”, dijo en voz baja al cabo de un momento. Su voz temblaba con las palabras. “No tengo forma de defenderme si vuelvo a encontrarme con él en sueños.”

No tenía forma de atacar, ni garras propias. Si él volvía a compartir un sueño con ella, sería igual de vulnerable.

Ilyin seguía sin saber quién era, o qué. Nada humano, desde luego. Pero podía caminar en sueños, y si podía hacer eso…

“También puede prever el futuro”, murmuró.

Por lo que Annie había dicho, podría formar parte de la tribu de Milton que supuestamente había desaparecido hacía quinientos años. Y a juzgar por la relación de Biflten con los monstruos ahora, no había ninguna posibilidad de que los dos hubieran sido aliados.

La atacarían de nuevo. No había duda.

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