Cómo Sobrevivir Como La Esposa Del Duque Monstruoso – Novela Capítulo 159

[Traductor: Mayu]

Sus ojos recorrieron todo como si lo viera por primera vez. Notó una escritura extraña en la pared y acababa de inclinarse para examinarla cuando sintió un suave toque en el hombro. Sobresaltada, se giró para encontrarse cara a cara con Aden.

“¿Ilyin?”, preguntó en voz baja, con confusión en su mirada. Llevaba la misma camisa que se había puesto antes de unirse a ella en la cama. Volvió a mirar a su yo onírico, que seguía vagando por las ruinas. Seguía acompañada por su Aden, que iba vestido de forma más apropiada para vagar por el exterior.

“¿Den?”, balbuceó incrédula. Por encima de su cabeza, suspendido en el espacio, pudo ver el móvil de diez colores.

¿Estoy en el sueño previsor con Aden?

“¿Cómo...?” empezó a preguntar Aden. Se quedó mirando a los dobles que exploraban las ruinas. Pero a pesar de su confusión, Aden siempre captaba las cosas con rapidez, y había oído hablar lo suficiente de los sueños de Ilyin como para saber cómo eran. Miró a su alrededor y vio el móvil sobre su cabeza.

“Esto es…”, dijo, un poco nervioso al asimilar la conclusión. Pero el Duque de Invierno, más que la mayoría, estaba familiarizado con las formas y sensaciones del poder divino. "Esto es un sueño. Tu sueño.”

“No pensé que vendrías conmigo”, dijo ella, con los ojos desorbitados.

“¿Esto es por la tela roja?”, preguntó él.

“Eso parece”, respondió ella. Incluso el poder del Duque de Invierno podía transferirse. No había razón para creer que su previsión no pudiera serlo también. Y eso hacía mucho más creíble la teoría de la conexión de la previsión con el poder divino de la región invernal.

“¿Puedo echar un vistazo?”, preguntó, observando las ruinas que los rodeaban.

Ilyin asintió. De todos modos, éste era su sueño. Mientras no se encontraran con el ser de ojos violetas, podía hacer lo que quisiera.

Aden siempre la guiaba en la región invernal, pero aquí los papeles se habían invertido. Ilyin cogió la mano de Aden y retrocedió unos pasos. Al instante cambiaron de posición, dirigiéndose hacia la pared, hacia un enorme grabado. Era un árbol, tan grande que tuvieron que retroceder unos pasos para verlo completo.

“Un árbol…”, musitó Aden. Ilyin lo meditó, ligeramente confusa.

“Ellos -los otros nosotros- dijeron que esto eran las ruinas de Milton.”

Eso significa que estaban en la región invernal. Entonces, ¿por qué hay un árbol?

La miró. Las enredaderas secas de las paredes debían de haber estado verdes y vivas en algún momento.

“Hace mucho tiempo”, dijo Aden, casi susurrando reverentemente mientras trazaba las líneas del árbol con los dedos, “Biflten tenía algo más que invierno.”

A Ilyin le pareció haber oído eso antes, que había habido árboles en Biflten. ¿Hace cuánto tiempo? ¿Qué antigüedad tenían estas ruinas?

No hay señales de trampas que se puedan encontrar.

Oyeron al sueño-Aden y lo miraron. Estaba caminando cuidadosamente con la sueño-Ilyin, examinando las ruinas mientras exploraban.

“Esto es extraño”, dijo Aden. Hablaba en voz baja, como si temiera que lo escucharan. Aunque sus visiones oníricas no podían verlos ni oírlos. Ilyin se rió.

"Tampoco imaginé que compartiría un sueño contigo”, añadió.

Volvieron a mirar el grabado.  El gran árbol estaba frente a ellos, pero era uno de tantos, un bosque inmenso. Ilyin no podía creer la cantidad de hojas representadas en él, la minuciosidad de todos los detalles. Pero a medida que escudriñaban hacia la derecha, el bosque cambiaba y se volvía más ralo.

“Invierno”, susurró Ilyin. Bajo el gran árbol había una casa de troncos. Varias personas estaban delante de la casa, y al lado había monstruos, uno que parecía humano y cinco que claramente no lo eran.

“Esta persona”, dijo Ilyin, señalando la figura de aspecto humano entre los monstruos. Aden lo miró, pero su atención fue captada por otra cosa.

“Mira esto un momento”, dijo. Junto al bosque parecía haber un mapa.

Ilyin recordó el mapa de Biflten que veía a menudo. Tenía muchos puntos similares a éste, excepto uno: el Milton, en el sudeste.

“¿Qué...?” dijo, confundida. En lugar de un Milton, allí estaba dibujada una hermosa humana, junto con la misma mansión de Biflten y las fincas de las otras casas. Entonces... ¿habían cinco monstruos y cinco casas? No sólo Delrose, North, Mille y Elo, sino también… ¿Milton?

"Los Milton vivieron aquí una vez. ¿Y parecían humanos? ¿Parecían hermosos?", se preguntaba.

Aden trazó los grabados de personas junto a la casa de troncos.

“Son Milton”, susurró. Ilyin se volvió hacia él. Parecía inusualmente indeciso.

“Ilyin”, dijo. Sus dobles se habían unido a ellos en el grabado, y la voz de Aden se entrelazó con la de su yo onírico mientras ambos hablaban.

"Conocí a la persona de la que me hablaste, Ilyin. El ser de ojos violetas", dijo.

“No te hizo daño, ¿verdad?”, preguntó ella rápidamente.

“No, en absoluto”, le aseguró él. Guardó silencio un momento antes de continuar. "La forma en que iba vestido, su aspecto, no parecía humano en absoluto.”

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