Cómo Sobrevivir Como La Esposa Del Duque Monstruoso – Novela Capítulo 166

[Traductor: Mayu]

“Puede que pronto tengamos que trasladar a Lady Rippo a otro lugar”, dijo Ilyin preocupada.

“¿Vas a llevarla al séptimo piso?» preguntó Aden. El séptimo piso era territorio seguro de Delrose. Si Ilyin lo pedía, él tenía toda la intención de permitirlo, pero Ilyin negó con la cabeza.

“No podemos comprometer la seguridad por ella”, dijo. Amigable o no, en el momento en que alguien de otra casa llegará al séptimo piso, crearía un agujero en su seguridad... Pero si la dejaban en el sexto, Ilyin temía que se corriera la voz de que Rippo estaba en Delrose.

No es que desconfiara de los Delrose del sexto piso. Pero la seguridad era diferente que donde se alojaban Aden e Ilyin.

“Sinceramente, es difícil confiar en esa señorita de Mille”, dijo Aden. Ilyin comprendió: era difícil confiar en alguien que no había revelado sus intenciones.

“Si fuera capturada por la gente de Mille, los Delrose serían los responsables”, dijo Ilyin. “El mejor escenario en esa situación sería que ella se pusiera del lado de Delrose y admitiera que vino a Delrose por voluntad propia.”

“Pero si cambiará sus palabras y dijera que estaba encerrada en Delrose”, añadió Aden, “entonces no habría tenido pruebas de lo contrario.”

Y cualquiera que se ofreciera como testigo sería simplemente acusado de formar parte de una conspiración. Ilyin se estremeció al pensarlo.

“Eso es…”, empezó, pero no pudo terminar el pensamiento. Había sido ella quien había aceptado a la chica como invitada de Delrose. Aún cabía la posibilidad de que hubiera sido un grave error.

Aden le apretó ligeramente el hombro.

“Eso no significa que hayas hecho nada malo”, dijo. “Su información sin duda ha sido útil para Delrose.”

Él tenía razón. Rippo podía haber venido por sus propios motivos, pero la información que traía había sido de gran ayuda, y los Delrose nunca olvidaban esas cosas.

“Fue ella quien nos dijo que Elo ya estaba en contacto con los Yester”, dijo. “Y Mille, aún no lo sabemos con certeza, pero…”

Sintió que Aden se movía ligeramente, como si se sintiera incómodo. Él no reaccionó, pero ella comprendió lo que sentía.

“Si los Yester quieren progresar mediante el matrimonio, no hay mejor momento que éste”, dijo. “Y no habría nada más útil que traer a la Mille que puede usar el poder divino para ser la esposa del heredero.”

Ahora que sabían que los Yester casi seguro que tenían un objeto divino, que alguien que pudiera usar el poder divino fuera a los Yester sólo podía significar problemas.  Dependiendo de cuál fuera el poder divino de los Yester, podría ser desastroso para Bilften.

“Si no podemos deshacernos de la Señorita de Mille, ni acogerla, sólo hay una manera”, dijo, con su fría voz resonando en la habitación. “Destruyendo por completo a Mille.”

“Pronto habrá una oportunidad”, dijo. "Si el jefe de los Mille está realmente aliado con los Yester, se asegurará de ponerse en contacto con ellos lo antes posible. O puede que ellos se pongan en contacto con él primero, dada su grave situación. Y esperarán que Rippo sea llevado a ellos rápidamente. Y entonces podré encontrar dónde se esconden el resto de los Yesters y aniquilarlos por completo.”

“Entonces tenemos que esperar a que se pongan en contacto”, dijo Ilyin, apoyándose en él.

Oficialmente, la persona que se alojaba en Delrose, en el sexto piso, era Bertha. Pero en realidad era Rippo. Ella nunca salía de su habitación, ya que parecía entender la incómoda posición en la que estaba poniendo a sus anfitriones. Además, no tenía adónde ir, y en Delrose la trataban como a una invitada. Y hoy, fue tratada con aún más honor. Recibió la visita del Amo.

“Saludos, Maestro de la mansión”, dijo. La joven hizo una reverencia formal.

Aden miró a la Señorita de Mille sin la suavidad que reservaba para Ilyin.

El Duque de Invierno. Caminaba sin que le afectara el tiempo, acechaba a través de innumerables campos de batalla como el Gran Maestro de los caballeros de Delrose. Rippo no dijo nada, sino que se limitó a permanecer de pie con la cabeza inclinada.

Antes de que los Yester hubieran conseguido su oráculo y el anciano de Mille decidiera venderla, ella habría sido la próxima jefa de Mille. Ese habría sido su destino si el heredero de los Yester no la hubiese querido.

“No pensé que me visitaría”, dijo. Había pensado que lo único que se le pediría era que guardara silencio hasta que se ocuparan de los Yester.

“No tengo intención de charlar mucho”, dijo Aden.

“¿Ha venido aquí a causa de mi padre?”, preguntó con cuidado. Aden asintió.

“Vi el carruaje de Mille”, dijo. “¿Él vino?”

Por supuesto, Rippo sabía que se iba a celebrar la reunión de la mesa redonda. Pero cuando los jefes de Elo y de Norte se habían marchado, el jefe de Mille se había quedado atrás. Ella, por supuesto, había imaginado que tendría alguna razón.

“Estaba buscándola”, dijo Aden.

“Ah”, respondió la muchacha, y su rostro palideció ligeramente.

“Usted no es de Delrose”, continuó Aden.

«Sí», dijo Rippo. Ella no se atrevió a mirarle a los ojos. No por el rumor de que encontrarse con los ojos del Duque de Invierno helaba la sangre. Simplemente no tenía el valor de mirar a los ojos a alguien con tanto frío en la voz.

“Entonces”, dijo, “no puedes permanecer en el sexto piso mucho más tiempo.”

“Estoy… consciente”, respondió Rippo.

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