Cómo Sobrevivir Como La Esposa Del Duque Monstruoso – Novela Capítulo 170

[Traductor: Mayu]

“¿No tienes previsto partir mañana?”, preguntó. “¿Realizas periódicamente exploraciones como Gran Maestro Den de los caballeros de Delrose?”

“Por supuesto”, rió él. Por supuesto, ella era muy consciente de su horario.

“Bueno”, dijo ella, como si le hubiera pillado en una trampa, “sería terrible que cometieras errores en el campo por falta de sueño.”

“¿Te preocupa que me haga daño?”, rió él.

“Por supuesto”, dijo ella rápidamente.

“¿Crees que mostraría debilidad ante cosas tan insignificantes como los monstruos?”, preguntó él.

“Eso no es…”, empezó a protestar ella.

“¿Tan poco confiable soy?”, continuó él. Le tocó el pelo y la estrechó aún más entre sus brazos. Ilyin se sonrojó al sentir la presión de su cuerpo contra el suyo.

“De ninguna manera”, suspiró.

«Entonces has fracasado», dijo él.

“No”, dijo ella, levantando una mano para silenciarlo un momento mientras su cerebro hilaba una nueva razón.

“También tienes otras obligaciones”, dijo. “La falta de sueño también podría afectar a algunas de ellas.”

“Ya veo”, asintió Aden.

“Entonces”, rió Ilyin, “tenemos que dormir.”

«Hmmm», dijo Aden, mirando a su esposa pensativamente. Ella se separó suavemente de su abrazo y lo condujo de nuevo a su silla. Él se sentó y ella se sentó sobre sus piernas, jugueteando con su pelo mientras él reflexionaba. Su suave mano le acariciaba la cabeza y la mejilla.

“Qué argumento tan convincente”, dijo riendo. Ilyin apoyó la cabeza en él.

“¿Perdón?”, dijo tímidamente, como si no le hubiera oído.

“Me siento casi superado”, dijo él, tomando su mano y posándola suavemente sobre su pecho. “Pero… ¿podrías persuadirme más decididamente?”

El despacho de Aden estaba silencioso en las horas previas al amanecer. Los sonidos dentro de su despacho se amplificaban.

“Ah”, jadeó Ilyin. No estaba segura de lo que significaba una persuasión agresiva, pero la idea hizo que sus mejillas se sonrojaran.

“¿Sabes que cada noche que paso contigo es reparadora para mí?”, suspiró.

Sus noches siempre eran apasionadas, pero Ilyin sabía que decía la verdad. Siempre estaba lleno de energía después de sus noches frenéticas.

“Aden”, gimió Ilyin, y sus mejillas se sonrojaron aún más al comprender su significado.

“¿Sí?”, preguntó él juguetonamente, como si no entendiera por qué su nombre estaba en sus labios, por qué sus mejillas estaban tan rojas. Ilyin le puso la mano en la mejilla y luego la deslizó hacia arriba para rozarle de nuevo el pelo. Era tan suave.

Le acarició un lado de la cara, rozó el suave borde de su oreja, le acarició el lóbulo.

“Vamos a dormir”, le dijo en voz baja pero firme. Era su tono más dulce, pero él sabía que estaba decidida. Y su mensaje era claro: si ahora podía contentarse con un capricho, más tarde le dejaría atiborrarse.

“No quiero dormir todavía”, dijo él, con su voz grave que le cosquilleaba en los oídos. La agarró suavemente de la mano. “Pero hay una forma de convencerme de cambiar de opinión.”

Su voz sonaba ronca por la excitación, algo peligrosa. Deslizó la mano desde su cara por su cuerpo, primero hasta el pecho, deslizándose por dentro de la camisa, por los músculos del pecho, acariciándole sus pezones. Aunque Aden guió sus manos, su cuerpo se estremeció en respuesta.

Con su mano libre, se desabrochó la camisa mientras guiaba las manos de Ilyin por su abdomen. Su mano danzó ligeramente por la rígida línea de músculos que atravesaban su abdomen.

Observó cómo la mirada de ella seguía sus manos. Se movió hacia delante y la besó ligeramente en la frente. Cuando ella levantó la vista, ligeramente sorprendida, él besó sus hermosos labios.

Ella le correspondió con un suspiro y se besaron profundamente. El beso siguió y siguió hasta que Ilyin se quedó sin aliento y Aden, al notarlo, se apartó.

Ella recuperó el aliento y los labios de Aden volvieron a atacarla, esta vez aún más profundamente. Ilyin pareció salir de sí misma, incluso cuando Aden bajó aún más la mano.

Su mano chocó con algo y se estremeció. Sólo lo había rozado con el dorso de la mano, pero sabía claramente lo que era. Su miembro ya estaba completamente duro y apenas estaba contenido en los pantalones. Aden le frotó la mano una y otra vez.

“Uh,” respiró roncamente. Su suave mano era tan estimulante.

“¿Quieres aliviar esto?”, le preguntó mientras sus labios volvían a separarse. Entonces podría descansar profundamente. Dentro de ti.

Con destreza, lo liberó de sus pantalones y posó su suave mano sobre él. Se sentía caliente y demasiado grande para que su mano lo cubriera. Volvió a sonrojarse al sentir su miembro erecto directamente, ya no a través de una capa de tela. Él gimió al sentir su mano sobre él. Ilyin volvió a deslizar el dorso de la mano por él, esta vez por su propia voluntad.

Su mano se soltó y ella giró la muñeca, rodeando su miembro con delicadeza. Lo acarició suavemente una vez, luego otra, y cada vez el roce de sus dedos con el miembro le provocaba un impulso en la cabeza.

“Ah”, suspiró. Ilyin lo miró fijamente a los ojos mientras la mano de ella seguía persuadiéndolo.

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