Cómo Sobrevivir Como La Esposa Del Duque Monstruoso – Novela Capítulo 174

[Traductor: Mayu]

"¡Saludos al Gran Maestro!", gritaron voces que parecían surgir de la nada. Ilyin miró a su alrededor, pero no había nada que se pareciera a las ruinas del sueño. Nada más que el terreno llano que se extendía a su alrededor... casi nada. A un lado, el terreno parecía un poco irregular. Pronto distinguió las líneas regulares de escaleras que descendían a una especie de pasadizo oscuro. De allí subieron dos caballeros.

“¡Saludos a la Señora!” gritaron de nuevo. Caballeros de Delrose, rostros que le resultaban familiares, aunque no podía recordar los nombres.

Parpadeó, confundida por un momento. Den le había dicho que tendrían las ruinas para ellos solos, pero allí estaban los caballeros de Delrose, que los recibían desde la entrada. Caballeros que, sin duda, los habían estado esperando.

"¿No se les ordenó a los exploradores que regresaran?" le preguntó a Den, ladeando la cabeza hacia él mientras susurraba.

“¡Ya habían regresado a la mansión antes de que nos fuéramos!” respondió. Al igual que Ilyin, observaba con curiosidad a los caballeros que saludaban.

"Nos han destinado aquí para ayudarlos con el análisis de las ruinas de Milton", dijeron.

“Idith” dijo Aden sin rodeos, y los caballeros no lo negaron.

"¡Nuestras órdenes son velar por la seguridad de nuestra Señora!", dijeron. Eso no significaba ignorar la seguridad de Aden, por supuesto; esa siempre fue su prioridad. Simplemente significaba que Idith era inteligente.

Parecía que sentía que no había suficientes guardias para su excursión. Así que usó la seguridad de Ilyin como excusa para enviar más.

“¡Qué asistente tan excepcional!” dijo Ilyin reprimiendo la risa.

Aden no pudo decir nada. Idith estaba usando la única escapatoria que tenía, la única que el Duque de Invierno le permitiría: la seguridad de Ilyin. No tenía argumentos en contra.

Idith lo conocía demasiado bien.

“Esperen todos afuera” dijo, levantando una mano hacia los caballeros reunidos. No podía oponerse a su presencia, así que simplemente les pediría que se apartaran.

“Idith parece preocupado” dijo Ilyin, sin poder contener la risa. “Deberíamos terminar cuanto antes.”

Los dos bajaron de sus caballos y, tras un último gesto de reconocimiento de Adén hacia los caballeros, desaparecieron por las escaleras.

"¡Guau!", exclamó Ilyin. Las ruinas subterráneas eran sorprendentemente cálidas. Ilyin se sorprendió: su ropa de invierno le pesaba un poco por primera vez en la región invernal, según recordaba. ¿Era simplemente porque no había viento allí abajo? ¿O algo más?

“Un carámbano” dijo Aden con curiosidad, mirando la esquina donde un largo carámbano colgaba en un espacio estrecho por donde entraba la luz del exterior. Más precisamente, era una columna de hielo que llegaba hasta el suelo.

Los carámbanos no eran habituales en la región invernal; significaban que en algún momento la nieve se había derretido. ¿Nieve... derritiéndose? ¿Aquí, en la región invernal? Aden notó que el pilar era bastante grueso; la nieve debió de derretirse repetidamente para formar algo así.

Aden observó el lugar mientras avanzaban. Acostumbrado a los campos de batalla, era un observador agudo por naturaleza, y aunque los caballeros ya lo habían recorrido, seguía vigilando.

“Ten cuidado”, dijo, y luego se estremeció ligeramente al darse cuenta de que estaba repitiendo el sueño.

“Gracias” se rió Ilyin, con su voz apagada en el silencio y la cercanía de la ruina.

Los pasillos de este lugar eran más anchos de lo que esperaban, casi habitaciones en sí mismos. Al fondo había una puerta enorme.

"No hay manija en la puerta", dijo Ilyin, caminando hacia adelante.

Aden examinó el pasillo con la mirada. Había huellas recientes, pero todas eran de los caballeros de Delrose.

"Creo que está diseñado para abrirse cuando nos acercamos", dijo. Estaba alerta, pero no nervioso. Su instinto parecía convencido de que no había peligro acechando, aunque no bajó la guardia mientras acompañaba a Ilyin hasta la puerta.

De repente, se hizo una luz frente a ellos. Ilyin cerró los ojos rápidamente. Aden apretó su mano y, con la mano libre, desenvainó su espada por reflejo.

Pero tras el impacto inicial, la luz no era amenazante. Había una chimenea en la pared a un lado del pasillo, y la luz repentina había sido un fuego que surgió al acercarse.

Sospechoso, pensó Aden. Experimentado con el poder divino, conocía las llamas que reaccionaban ante las personas. Seguramente había habido contacto entre los Milton y los Molly, así que podría tratarse de la magia de los Molly.

Pero ¿por qué no había reaccionado ante los caballeros? Seguramente el carámbano se habría derretido un poco si el fuego se hubiera encendido antes. Extendió la mano hacia el fuego y sintió su calor, como esperaba. No, esto definitivamente no había sucedido cuando los caballeros pasaron por allí.

La puerta frente a ellos comenzó a abrirse lentamente, revelando el espacio que habían visto en su sueño. Era una sensación extraña para Aden, conocer ya un lugar desconocido.

¿Así era como se veía el futuro?

“Esto es...” dijo.

“Son las ruinas de los Milton” respondió ella, e intercambiaron una mirada de complicidad. Decimos lo que ya hemos oído. A diferencia de él, ella tenía plena fe en la previsión que no había mostrado peligro allí, así que caminó tranquila pero rápidamente hacia la muralla, obligando a Aden a dar un paso rápido para quedarse a su lado.

Primero caminaron hacia el gran árbol que habían visto en el sueño, y las figuras detalladas debajo: cuatro humanos, cinco monstruos y un monstruo que se parecía mucho a un humano. Había una pequeña joya morada incrustada en esa figura.

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