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Incluso el Villano Tiene Una Historia – Novela Capítulo 55:Entrenamiento especial (2)

Capítulo de novela - 91 párrafos

—Cof, cof

Geon-joo, que se había caído al arroyo y luchaba por salir, finalmente logró arrastrarse hasta tierra firme, empapado, apoyándose en el suelo para escupir el agua que había tragado. Después de salir del agua, hasta la expresión altiva de sus ojos se había suavizado y su temperamento irritable parecía haberse disuelto; al parecer, el mal genio de Geon-joo era soluble en agua.

—Ah... cof...

—Oye, ¿Por qué pareces a punto de morir solo por haberte caído una vez al agua?

—Mis ojos... cof...

—Me encontré... cof... la mirada con la imugi.

Geon-joo, que hablaba entrecortado como si le costara sacar la voz por la tos, frunció el ceño con fuerza y se llevó la mano al cuello. Con la vista clavada en el suelo húmedo, dio un par de toses más y respiró con dificultad. Parecía tan mal que no sería raro pensar que estaba a punto de morir.

—¿Y te asustas tanto solo por cruzarte la mirada con una imugi que ya está muerta?

Aunque lo dijo en tono de reproche, Geon-joo no respondió. Tal vez había decidido ignorar a Sa-yoon, o tal vez ya no podía hablar más. Después de moverse un poco, finalmente levantó la cabeza. Tenía los ojos inyectados en sangre.

Sa-yoon guardó silencio al cruzar la mirada con Geon-joo. Las partes blancas de sus ojos, teñidas de rojo, estaban llenas de humedad.

Esto es... bastante bueno.

No sabía si era por el agua que le había entrado o porque había llorado del susto, pero los ojos de Geon-joo estaban enrojecidos y húmedos.

Ya había pensado que tendría una expresión bonita si lloraba, pero al ver algo parecido en persona, se dio cuenta de que la realidad superaba su imaginación.

Tal vez era por el tono rojizo. Sus ojos, un poco hinchados, y la frente fruncida por la molestia, atraían la atención. Su rostro angustiado tenía un aire melancólico, y su cara mojada era hermosa. Las gotas que caían de él tras haberse caído al arroyo parecían lágrimas.

¿Pero qué clase de cara es esa?

Si se presentaba un problema y él solo lloraba un poco, probablemente ya tendría medio camino ganado.

Nunca se había considerado una persona sádica, pero por primera vez empezó a descubrir una faceta desconocida de sí mismo. Tal vez por eso Geon-joo se encogió ligeramente al mirar a Sa-yoon. Era como un gato asustado en posición defensiva.

Gato, zorro, perro.

Al recuperar el juicio, se dio cuenta de que le había atribuido a Geon-joo cualquier animal que le resultara mínimamente encantador.

Debería dejar de volverse tan indulgente solo porque le gusta una cara.

Pero bueno, ¿Qué se le va a hacer?

El gusto por las caras bonitas era parte de su naturaleza. No por nada, de niño, su madre decía que Sa-yoon no era que evitara a la gente, sino que evitaba las caras feas.

Se acercó a Geon-joo, que seguía sentado, y le tendió la mano para secarle el agua. Geon-joo frunció el ceño con expresión molesta, apartó su mano y se puso de pie.

—¿Ahora me da el remedio después de darme la enfermedad?

—¿Y quién te mandó a ser tan grosero?

—¿Y por eso me lanza?

—Tampoco podía matarte.

—Esto es de locos.

Como no perdía ni una sola palabra, Geon-joo, aún resoplando de rabia, sacudió el agua de su cabello mojado como forma de desahogo. Cada vez que agitaba su negra melena con la mano extendida, las gotas salpicaban por todos lados. Incluso a los ojos de Sa-yoon le llegó un poco de agua, pero sin decir nada, buscó algo en su inventario y sacó un artefacto.

Con un rápido movimiento, lanzó el ítem y, aunque estaba mirando hacia otro lado, Geon-joo, que era especialmente sensible a la energía de los objetos valiosos, lo atrapó con agilidad. Viendo eso, Sa-yoon pensó que Geon-joo también sabría arreglárselas bastante bien en la vida, como lo hacía Jong-sik.

—La ropa mojada pesa, y te va a costar moverte. Usa esto mientras tanto.

—¿Qué es?

—Un pendiente con función de secado. Es tipo clip, así que incluso si no tienes perforación, puedes usarlo.

—¿No es algo raro?

—Si desconfías, mira la descripción del ítem.

—¿Y desde cuándo existen pendientes con función de secado?

Geon-joo habló en tono burlón mientras revisaba la ventana del ítem. Al principio parecía escéptico, pero pronto miró sorprendido a Sa-yoon. Seguro había leído la frase —Un pendiente tejido con plantas de tierras áridas transmite la maldición de la tierra al cuerpo del portador— en la descripción.

—¿De verdad tiene función de secado?

—¿Por qué no lo pruebas antes de hablar?

Lanzando miradas de reojo a Sa-yoon, se puso el pendiente cuidadosamente en la oreja donde no llevaba ninguno. En cuanto hizo clic, ajustándose al lóbulo, el agua de su ropa empapada comenzó a desaparecer visiblemente.

El rojo también le queda bien.

Sa-yoon observó el cubo rojo asentado sobre el lóbulo suave de su oreja y entonces advirtió.

—Cuando sientas que ya está más o menos seco, quítatelo. Si lo llevas puesto demasiado tiempo, la piel también se reseca y se agrieta por completo.

Había una razón por la que el sistema no lo describía como una función de secado, sino como una maldición de la tierra. En realidad, más que un ítem de uso cotidiano, era un pendiente maldito: si se usaba por más de tres días, absorbía la humedad del cuerpo y convertía a la persona en una momia.

Como era alguien que no conocía la moderación, quien lo usara debía controlar el tiempo por sí mismo.

Ante la advertencia de Sa-yoon, Geon-joo palpó su ropa y se sorprendió.

—Es cierto…

—¿Es que has vivido engañado toda tu vida?

—Con esa pregunta viniendo del líder del gremio, no puedo responder más que que sí.

—Entonces sigue viviendo engañado por mí.

Geon-joo no respondió absolutamente nada, tan descarado era el comentario que resultaba casi ofensivo. Sa-yoon llegó a comprender un poco la frase de los artistas y creadores que preferían las críticas a la indiferencia. Ser ignorado resultaba bastante molesto.

—¿No puedes contestar algo en vez de ignorarme?

—Entonces, ¿Ahora a dónde vamos?

Al exigir una respuesta, Geon-joo desvió el tema por completo. Aunque fue atrevido, Sa-yoon decidió pensar primero en el esfuerzo de Geon-joo, que había peleado contra una imugi y se había caído al agua, y miró a su alrededor. Al no decir nada claro, fue Geon-joo quien retomó la conversación.

—¿Ya terminó lo que tenía que hacer allá arriba?

—¿Lo de eliminar al monstruo?

—Ya está hecho. ¿No viste la ventana con la condición de misión completada?

Como parecía que se estaba jactando, Sa-yoon respondió de manera casual. Geon-joo dijo que sí la había visto. La respuesta tan indiferente hizo que a Sa-yoon se le frunciera el entrecejo.

—¿Eso es todo?

—¿Qué cosa?

—Tu reacción.

—¿Y qué quiere, que le aplauda?

Geon-joo, incrédulo, aplaudió un par de veces, generando un sonido torpe con las palmas. No era como para agradecer de rodillas. Mira esa expresión tan seca y esos movimientos sin entusiasmo. No era Geon-joo, sino más bien "Geon-seco".

Al final, Sa-yoon señaló que eso era peor que no hacer nada.

—Entonces dejemos los aplausos ahí. Lo que quiero saber es si no tenemos que volver a subir.

Bajar hasta aquí ya fue difícil, subir debe ser peor.

Geon-joo miró hacia arriba con tono sarcástico. Sa-yoon sabía que el comentario iba dirigido a él, pero como Geon-joo antes, mantuvo su indiferencia. Aunque le había molestado cuando lo sufrió él mismo, ahora que lo hacía, era una forma de lidiar con la situación bastante efectiva.

—A menos que tengamos que buscar una base o ir tras una mazmorra, no creo que tengamos que volver a subir por un tiempo. Ya lo dejé todo más o menos arreglado.

—¿Arreglado?

—Había muchos monstruos. Si no los controlas de vez en cuando, después se complica mucho.

—Si se reproducen demasiado, ocurre una oleada de monstruos no programada, y tienes que enfrentarte a ella sin preparación alguna.

Cuando entró por primera vez al campo, no entendía por qué ocurrían oleadas de monstruos a cada rato. En esa época, no sabía que si no eliminabas una cierta cantidad de monstruos y pasaban cinco días, se acumulaban tantos que a partir del día siguiente, cada doce horas se desataba el infierno de una oleada.

Si no resolvías la primera oleada con rapidez, en el peor de los casos, las oleadas se solapaban en una anomalía abrumadora. Para entonces ya era tarde para hacer algo, y solo quedaba resignarse a morir.

Los monstruos llenaban cada rincón que alcanzaba la vista, y ni la base más sólida podía resistir una marcha de miles de criaturas.

Cuando llegaron oleadas dobles, Sa-yoon perdió a todos los compañeros que habían entrado con él al campo, y solo logró escapar del área de la oleada tras morir más de veinte veces y revivir una y otra vez.

Enfrentar a miles de monstruos solo era algo que ni siquiera con su habilidad actual estaba seguro de lograr. Si se lo tomaba con calma, podía con diez mil, pero eliminarlos todos de una vez era difícil incluso para él.

Le gustaban los combates difíciles, pero las oleadas múltiples no le resultaban nada atractivas. Eran simplemente tareas repetitivas de matar monstruos hasta caer muerto. Además, ahora tenía a Geon-joo a su lado, y si se desataba una oleada múltiple, era casi seguro que lo perdería.

Sa-yoon recordó el combate anterior en el que Geon-joo había tenido dificultades incluso con un monstruo de clase A, y miró al hombre que ya casi se había secado.

No esperaba que alguien recién ascendido a clase B pudiera matar a un monstruo de clase S en su primer campo. Si lo lograba, sería más bien anormal. Pero al menos pensaba que tal vez podría resistir a su lado y ofrecer apoyo en los momentos necesarios.

El problema era el tiempo.

Debía duplicar las habilidades de Geon-joo en menos de cinco días, antes de que comenzara la oleada. El tiempo era escaso.

Sa-yoon pensó en el método más rápido para mejorar y en un lugar donde Geon-joo pudiera ganar experiencia sin morir. En ese momento, atrapó la muñeca de Geon-joo, quien disimuladamente intentaba alejarse de él.

—¿Y ahora qué?

Geon-joo frunció el ceño al darse cuenta de que el contacto de Sa-yoon anunciaba un futuro complicado. Sa-yoon tiró levemente de su mano para acercarlo de nuevo y sonrió.

—¿Qué tal un entrenamiento especial, guapo?

—¿Entrenamiento especial?

Ante la propuesta inesperada, Geon-joo parpadeó y repitió las palabras de Sa-yoon.

Traducido por: Valiz

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