La Adopción Del Protagonista Cambió El Género – Novela Capítulo 6

[Traductor: Pryse]

“Diálogos”

‘Pensamientos’

T/N: (nota de traductor)

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Capítulo 06

"Be-Belinda me ha estado observando".

"Si ella te ve, significa que te vigilan el resto del día, y si cometes un error, eso es todo".

La advertencia de Thoma sonó inquietantemente en el oído de Leo mientras se volvía pálido con cada segundo.

Se acabó, todo había terminado.

Leo tropezó de vuelta a la habitación de Belinda, agarrando la colcha desordenada en sus brazos.

‘¿Significa que voy a volver al orfanato?’

Pero cuando vuelva allí, ni siquiera tendrá un nombre por el cual lo llamarán.

Sus pasos se hicieron más pesados.

Antes de salir del orfanato, pensó que iría a un lugar nuevo, y que alguien lo necesitaría, pero lo había arruinado.

Leo enterró su cara en la colcha de sus brazos, se tragó sus sollozos y llamó a la puerta de Belinda.

"¿Señorita Belinda?"

Llamó una y otra vez, pero la habitación estaba en silencio. Leo abrió la puerta con cautela y entró.

La habitación sin luz estaba bañada en rojo por la puesta de sol que fluía a través de la ventana.

"Señorita Belinda, he traído su colcha".

Leo miró a su alrededor con cautela y vio a Belinda dormida en la cama.

Se acercó a la enorme cama con un paso cauteloso, y por un momento se quedó sin palabras.

Se percató que su ama, era noble y hermosa, más allá de lo creíble.

Fue entonces cuando miró a Belinda atónito. Las pestañas bellamente sombreadas se contrajeron ligeramente, revelando ojos morados de amatista.

“......”

“......”

Ella parpadea y parpadea. Sus ojos se encontraron.

<<”El sirviente al que la señorita Belinda azotó y echó finalmente murió, por atreverse a mirar a un noble a la cara, ¿creo?"

Así que ni se te ocurra hacer contacto visual. Si cometes un error, boom. Te decapitarán".>>

Un hipo se filtró de la boca de Leo.

Cerró la boca y trató de callarse, pero sus manos temblaban y el hipo no se detenía.

Belinda se puso de pie y lo miró. Su mirada, más feroz que un viento del norte, se posó hacia Leo. 

"Sí, sí, ¡sí! Hick".

La expresión de Belinda se volvió feroz mientras veía al niño saltar del hipo como un muñeco de trapo roto. Una sonrisa espeluznante tira de las comisuras de su boca. 

"Supongo que tendré que cortarte la cabeza".

Puf. El pensamiento de Leo se detuvo.

Las palabras de Thoma resonaron en la voz de Belinda.

"Te cortarán la cabeza".

"La garganta......."

"Cortar......."

"¿Mi, mi, mi, mi, hick, hick, cabeza?"

La tez de Leo pasó de pálida a azul.

Belinda señaló una silla con las yemas de los dedos perfectamente cuidados.

"Siéntate en esa silla".

Leo se tambaleó hasta la silla, incapaz de huir.

"A los adultos no les gusta ver llorar a los niños".

Entonces, Leo apretó los labios y apretó los puños para evitar llorar, pero no funcionó.

Sus grandes y llorosos ojos se dirigieron hacia Belinda en el reflejo del espejo del tocador.

Ella estaba buscando algo en el cajón de la mesita de noche.

Cuando finalmente se dio la vuelta, sostenía un par de tijeras de hoja azul en la mano.

"Usaré estos para cortarte algo de cabello".

Las comisuras de su boca se contrajeron una vez más, agudizando una sonrisa demoníaca.

Y con un chasqueo del hierro, las cuchillas de las tijeras se engancharon, haciendo un sonido asesino.

"Lo siento, lo siento mucho, señorita Belinda. Huuhh... de nuevo, lo intentaré de nuevo. Por favor, no me odie, se lo ruego. No me trate de manera diferente, por favor, hnngg..." Leo, que estaba tan asustado que incluso el hipo había cesado, rompió a llorar.

Una brisa fresca de otoño sopló a través de la ventana abierta.

Cerré apresuradamente la ventana y le acomodé el edredón hasta el cuello de Leo mientras dormía.

Mi estómago ardió al ver la respiración febril de Leo.

Esta noche Leo se retorció de repente cuando me ofrecí a cortarle el pelo.

"Oh, supongo que el reciente cambio de entorno te ha estado estresando, y tampoco has dormido mucho......"

Se asustó ante mi expresión asesina, el médico puso algunas pociones sobre la mesa, alegando que le ayudarían a restaurar su fuerza, y se fue.

"Ventana de estado".

Mientras murmuraba eso, una ventana de estado ligeramente brillante apareció en la habitación oscura sin una sola luz.

Como tutor temporal, había muy poca información disponible para mí en comparación con Ofelia, pero era suficiente para vigilar la salud de Leo.

Lo miré fijamente, luego enterré mi cara en mis manos.

"Esto es lo peor. No puedo creer que no me di cuenta hasta que estuvo en este estado. 

Sentí que todo era culpa mía.

No, es mi culpa. Debería haber sido más cuidadosa con mi comportamiento. 

Buscaré formas de mejorar mi sincronización. Encontraré otra cosa para que Leo haga para que no se tope conmigo. 

Me mordí el labio y me arrepentí de todo.

Leo, que no podía entrar en razón, susurró algo.

Me agaché apresuradamente con las rodillas en el suelo y me incliné hacia él.

"Leo, ¿estás despierto?"

Después de preguntar eso, me toqué los labios con una extraña sensación de desconexión.

"¿No acabo de decir algo sensato?"

Revisé rápidamente mis números de sincronización, pero seguían siendo los mismos.

"Entonces, ¿por qué demonios......"

La razón se reveló rápidamente.

"Yo…me equivoque, por favor. Maestra.

"¿......Leo?"

Leo no estaba despierto, estaba hablando en su sueño. Como no podía oírme, era libre de hablar. 

‘Puede que se sorprenda al verme, pero aun así......’

Estaba a punto de acercarme para despertar a Leo.

Las pequeñas palabras que escaparon de sus labios separados resonaron en la habitación tranquila.

"......Mamá".

Volví a la realidad como si me hubieran golpeado con agua fría.

En ese momento, me di cuenta de algo tan obvio que no me había dado cuenta. El hecho de que Leo necesite una familia y un protector. 

Jugando el juego, Leo no necesitaba a su madre.

Ya tenía a Ophelia a su lado cuando comenzó el juego.

Pero ahora mismo, frente a mí, Leo era solo un niño de nueve años conmigo como el único adulto en el que podía confiar.

'Estúpida. ¿En qué estaba pensando todo este tiempo?’

Pensé que era mi trabajo quedarme a su lado durante medio año para asegurarme de que la historia principal no saliera mal y luego enviarlo con Ophelia.

No, en realidad estaba asustada.

Tenía miedo de enredarme y morir como en el juego.

La ira estalló por mi propia complacencia.

Me mordí fuerte el labio inferior y apreté la pequeña mano de Leo.

Su mano era pequeña y frágil, como el corazón de un pajarito, pero al mismo tiempo estaba tan caliente y áspera que me hacía un nudo en la garganta.

"Siento ser una adulta tan mala".

Sí, esto ya no es un juego.

El niño frente a mí ahora no era un héroe potencial, sino solo un niño común de nueve años que anhelaba los brazos de sus padres.

Solo un niño normal, buscando a su madre en un sueño.

¿Cómo podría no saber cómo se sentía?

Yo, de todas las personas.

Le enganché su mano en la mía y susurré una oración.

"Pase lo que pase, te protegeré".

Hasta que conozcas a tu verdadera tutora, que te cuidará bien.

Estaba convencida de que ese era mi papel como poseedora de Belinda.

Me pregunto cuánto tiempo ha pasado.

La tenue luz del amanecer fuera de la ventana proyectaba un ligero brillo en el rostro de Leo, que ahora era más pacífico.

Al encontrar su cara dormida entrañable e inquietante, besé su frente redondeada y susurré.

"Dulces sueños, Leo".

Luego me levanté de mi asiento antes de que se despertara.

Mi cuerpo estaba pesado por la falta de sueño, pero mi mente estaba clara.

Me quedé en silencio frente a él.

Cuando lo pensé, había algo extraño.

El primer día, Leo no había estado familiarizado con el repentino cambio de escenario, pero no había estado lo suficientemente asustado como para evitar mi mirada.

Había sido cuidadoso con él, incluso mi lenguaje había sido crudo, pero de repente había comenzado a temerme sin ningún desencadenante.

"Tal vez haya alguien que haya estado haciendo esto".

Incluso si no lo hubiera, no importaba.

También podría aprovechar esta oportunidad para que la gente de la mansión sepa cuánto estoy dispuesta a proteger a Leo.

Era la mitad de la noche, pero tiré ferozmente de la cuerda.

Podía escuchar débilmente el sonido distante y frenético de la campana que yo misma estaba haciendo sonar.

Un momento después, escuché a alguien caminando por el pasillo a toda prisa y deteniéndose en la puerta.

"Haah..., hah, señorita, ¿qué pasa, señorita?"

La habitación estaba oscura sin una sola luz.

La criada, que había entrado con una mirada de irritación apenas oculta en su rostro, tragó con fuerza al verme sentada en la oscuridad sin luz.

"¿Sí, sí?"

"Tráeme al mayordomo".

"Haah, pero en este momento–"

"¿Qué dijiste?"

El sonido de mi uña índice chocando salvajemente el reposabrazos de la silla resonó espeluznantemente.

"¿Acaso tengo que repetírtelo?"

El rostro de la criada se volvió contemplativo.

Tal vez mi mirada ahora era lo suficientemente asesina como para rivalizar con la de una Belinda 100% real.

Días de actualización: Miércoles, Jueves y Viernes

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