La Emperatriz Se Volvió A Casar – Novela Capítulo 109

El Duque Elgy se inclinó hacia adelante, apoyando los brazos en las rodillas, y le susurró de manera conspiradora.

—Ahora imagine esto. Sus padres buscaban a un bebé perdido. Luego, cuando se convirtió en la concubina del Emperador y los rumores sobre su belleza se extendieron, vinieron a verla.

—Es como un cuento de hadas...

—Es un cuento de hadas. Por eso a la gente le gusta, ¿Verdad?

Un destello apareció en los ojos del Duque Elgy.

—Señorita, ¿Tiene familia?

—Eso no importa. Hay muchos nobles pobres que pueden hacerse pasar por sus padres.

El Duque Elgy soltó una risa satisfecha.

—Podría parecer demasiado obvio si elegimos a una familia noble del Imperio Oriental, así que arreglaré una de mi país.

Rashta estaba demasiado aturdida para responder adecuadamente.

Padres falsos... no unos padres criminales que convirtieron a su hija en esclava, sino unos padres orgullosos. El estatus que siempre había considerado una cadena en su vida era tan fácil de reemplazar.

Al mismo tiempo, sintió pesar respecto a Sovieshu. Deseaba haber mentido desde el principio y hablarle de esos padres nobles falsos. ¿Por qué no lo había hecho?

Porque el Emperador nunca tuvo la intención de convertir a Rashta en Emperatriz, por eso.

—Señorita.

El Duque agitó un dedo frente a Rashta, sacándola de sus pensamientos.

—Oh, lo siento.

—¿Entiende lo que le he dicho?

—Lo entiendo...

—Puede parecer fácil, pero es peligroso. Sin embargo, creo que es la única manera de protegerse de la Emperatriz.

—Lo haré.

Habló con una expresión decidida en el rostro, y el Duque Elgy se cubrió la boca mientras reía.

—Muy bien. Pero debe prometerme una cosa.

—¡Rashta le pagará cuando se convierta en Emperatriz!

—No. No es eso.

—Pase lo que pase, no acepte nunca una prueba de paternidad. De lo contrario, todos descubrirán que no es hija biológica de sus padres.

—Por supuesto.

Rashta sonrió y aceptó. Retorcía los dedos nerviosamente mientras hacía su siguiente pregunta.

—Bueno... ¿Qué sucede después de eso? ¿Qué debo hacer después de cambiar mi pasado? Solo por ser noble no me convertiré en Emperatriz.

El Duque Elgy respondió a su pregunta con otra.

—Escuché que no sabía leer. ¿Ya sabe ahora?

Rashta se sonrojó y respondió con voz baja.

—Puedo leer libros simples. También sé escribir.

—Siga estudiando y tome muchas clases.

Una extraña expresión cruzó el rostro de Rashta al escuchar esas palabras.

—¿Por qué esa cara? ¿Odia estudiar?

—No es eso... es solo que estudiar no parece un método de ataque...

—No tiene elección. La Emperatriz Navier tiene una buena reputación.

—Está bien presentada.

—Sea por la presentación o no, un ataque directo solo provocaría una reacción negativa. Lo primero que debe hacer es elevar su posición al mismo nivel que la de la Emperatriz y, en ese punto, podrá luchar.

Las palabras del Duque Elgy implicaban que Rashta, tal como era ahora, no estaba al mismo nivel que la Emperatriz. Ella se sintió molesta, pero tuvo que reconocer la realidad.

—Los nobles ignoran a Rashta por prejuicios. Pero ¿Eso cambiará solo porque estudie?

—Por supuesto que no. Por eso debe centrarse en el pueblo. Haga que piensen que puede representarlos.

—¡Ah...!

—Sabe que la mitad de los miembros del consejo son plebeyos, ¿Verdad? En realidad, un legislador común es simplemente un puesto honorario y no tiene muchas funciones. Pero tienen mucho significado para el pueblo. Solo tenemos que lograr que esos legisladores la apoyen.

—¿Cómo?

—La Emperatriz es popular, pero tiene una imagen demasiado aristocrática. Nació en una familia prestigiosa y se convirtió en Princesa antes incluso de debutar en sociedad y comprometerse con el Príncipe heredero.

Rashta intentó imaginar la infancia de la Emperatriz, pero le resultó difícil. No tenía idea de cómo era vivir una vida así. En realidad, ¿Cuál era la diferencia entre la Emperatriz y ella? ¿Por qué la Emperatriz nació Princesa y ella esclava?

El rostro de Rashta se ensombreció, y el Duque Elgy estudió su expresión.

—No importa cuánto trate bien la Emperatriz al pueblo, siempre sentirán una barrera entre ellos. Aprovecha esas grietas. Asegúrese de crearse una imagen de alguien que pueda comprender y simpatizar con los plebeyos.

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Ayer, Sovieshu organizó una pequeña fiesta para Rashta. No asistí, ya que no la estaba organizando y no era un evento oficial en ningún caso.

Sin embargo, escuché que el evento fue bien recibido, y aún parecía quedar algo del entusiasmo de ayer en el palacio central. Escuché fácilmente a varios funcionarios de la corte susurrar sobre la fiesta, pero las noticias no parecían malas.

Después de revisar los asuntos importantes que debían resolverse ese día, regresé al palacio oriental lo antes posible. Me relajaba en mi salón con mis damas de compañía cuando Laura volvió de su salida de ayer. Entregó las bolsas que tenía en las manos a la Condesa Jubel antes de acercarse rápidamente a mí con los ojos brillantes.

—¡Hice lo que pidió, Su Majestad!

Era algo que había estado esperando. La expresión exultante de Laura me dijo que el plan había funcionado bien.

—¡Lady Alischute presentó a la hija del Vizconde Roteschu a esa mujer frente a una multitud!

—¿Cómo reaccionó?

—Esa mujer intentó ocultar su expresión, pero fue demasiado tarde.

Laura no pudo evitar reírse.

—¡Y la hija del Vizconde Roteschu ni siquiera pensó en controlar su propia expresión!

Después de que mi propia reputación fuera dañada por Rashta, Laura parecía encantada con mi solicitud. Golpeó el sofá con renovada energía.

—Pero justo cuando las cosas se ponían interesantes, un desconocido apartó a la hija del Vizconde Roteschu.

—¿Un desconocido?

—Debe de ser el hijo del Vizconde Roteschu. Ah, y el nombre de la hija es Rivetti, Su Majestad.

—Hiciste bien, Laura.

Laura se enorgulleció ante el cumplido.

—Por favor, déjeme hacerlo de nuevo.

—¿Qué clase de persona es Lady Rivetti?

—Es muy brillante. Aún no ha debutado formalmente en sociedad. A Alischute parece gustarle.

—Dile a Alischute que se haga amiga de ella y que traiga a Rivetti de vuelta ante mí.

—¡Sí, Su Majestad!

Cuando Laura salió del salón para asearse, la Condesa Eliza habló.

—Pensé que no quería involucrarse con esa mujer. Debe haber cambiado de opinión.

—La oportunidad de vivir ignorándola ha pasado.

Aunque el intento de envenenar al bebé fue un plan malvado, Rashta aún dijo que yo era estéril y luego mintió acerca de que Koshar la había empujado.

Quería que su bebé formara parte de la familia real, así que le haría saber de antemano…

—Hay que trazar una línea adecuada.

Traducido por: Valiz

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