0%

La Emperatriz Se Volvió A Casar – Novela Capítulo 112

Capítulo de novela - 70 párrafos

El Vizconde Roteschu fue directamente al palacio para encontrarse con Rashta. Ella lo recibió con su habitual mirada de desdén, pero él la ignoró. No iba a matar a su gallina de los huevos de oro por un momento de ira, y menos a una gallina de oro que tenía al Emperador comiendo de la palma de su mano.

Sin embargo, por muy sorprendido que estuviera el Vizconde Roteschu por los recientes acontecimientos, no estaba tan impactado como Rashta.

—¿Por qué la Emperatriz se reunirá con Rivetti?

Exclamó Rashta, desconcertada.

—No lo sé, pero vine aquí porque pensé que sería mejor informarte.

Rashta asimiló la nueva información y murmuró para sí misma.

—...la Emperatriz está investigando a Rashta.

Estaba convencida de ello y mordió nerviosamente su labio. Debería haber previsto que la Emperatriz investigaría o que Rivetti iría tras ella. Sin embargo, a pesar de su enojo, no podía hacer mucho.

—Manténgalos en silencio. Tanto a Rivetti como a Alan.

Todo lo que podía hacer era presionar al Vizconde Roteschu.

—Por supuesto.

El Vizconde Roteschu había venido corriendo con malas noticias, pero ahora tenía una amplia sonrisa en el rostro. La ira de Rashta se encendió al verlo. Quería volcar violentamente todas las mesas y sillas de la habitación, pero el Emperador se enteraría si lo hacía.

—¿Por qué todos molestan a Rashta? ¡Rashta solo quiere vivir una vida tranquila!

Aunque el Vizconde Roteschu no tenía nada más que decir, no se marchaba.

—¿No piensa irse?

Rashta fulminó al Vizconde Roteschu con la mirada. Él solía hacer demandas excesivas, ya fuera dinero, joyas, una gran mansión o fondos para contratar más sirvientes. El hecho de que probablemente volvería a hacerlo ahora provocó que su temperamento empeorara.

—Oh, no te emociones tanto.

El Vizconde Roteschu esbozó una sonrisa burlona y se acomodó más en su silla.

—No hay necesidad de apresurarme.

—¿Qué más quiere?

—Hablas muy rápido, Rashta.

—Es demasiado lento, así que Rashta tuvo que apresurarse.

El Vizconde Roteschu se encogió de hombros y fingió mirar a su alrededor antes de preguntar si tenía un calendario.

—¿Calendario?

Ella lo miró desconcertada, y él se rió entre dientes.

—La primavera es la temporada de debutantes, ¿No lo sabes?

Ella lo sabía, pero no entendía por qué él lo mencionaba.

—¿Y qué?

Rashta lo miró con un mal presentimiento, y él volvió a sonreír.

—Tengo una debutante esta primavera.

La expresión de Rashta se tensó. Podía adivinar a dónde quería llegar.

Una debutante hacía su entrada oficial en la sociedad durante un baile, y todos se vestían tan hermosamente y con trajes tan costosos como fuera posible. El Vizconde Roteschu seguramente esperaba que ella pagara por un vestido.

—¿Ya gastó el dinero que tomó antes?

Rashta refunfuñó con irritación. Ya había recibido una gran cantidad de joyas como regalos por el nacimiento de su bebé, por lo que esta vez no tendría que pedir dinero prestado al Duque Elgy o al Barón Lant. Sin embargo, tuviera dinero o no, no quería ser amenazada ni verse obligada a darle a esa podrida Rivetti un vestido para lucir.

—No estoy pidiendo dinero.

—Muchos diseñadores famosos trabajan gratis para sus clientes más importantes.

—Así que haz que tu propio vestido sea confeccionado para mi hija.

—Por supuesto, usa solo las mejores telas y joyas. No hay necesidad de malgastar el dinero.

Es mi dinero, no el tuyo, bufó Rashta para sus adentros. No había nada que quisiera más que matar a Roteschu. Si pensaba en su futuro como Emperatriz... ¿No sería mejor hacerlo ahora?

Los ojos de Rashta destellaron, pero una sonrisa se dibujó en el rostro del Vizconde Roteschu.

—Rashta, por si acaso...

—Ni se te ocurra.

Él rió mientras ella lo miraba con desafío.

—¿Pensaste que simplemente vendría al Palacio Imperial sin un plan de respaldo?

—¿Qué quiere decir?

—Si algo me pasa, ya sea que esté muerto o incapacitado para actuar, hay personas aquí y allá que difundirán tu secreto en un día.

Los ojos de Rashta se abrieron de par en par.

Aquí y allá. ¿Cuántas personas conocían el secreto?

El Vizconde Roteschu sonrió mientras la veía temblar, y luego se marchó.

༻✦༺  ༻✧༺ ༻✦༺

—¿El Vizconde Roteschu visitó a la señorita Rashta otra vez...?

—Sí, Su Majestad.

—...muy bien. Gracias por informarme.

Después de que Sir Artina me informara sobre la visita del Vizconde Roteschu, volví al libro sobre Rwibt que el Gran Duque Kapmen me había dado. Aunque el comercio con su país aún estaba lejos de concretarse, seguía siendo un tema que quería investigar.

La Condesa Eliza hizo salir a las doncellas que limpiaban la habitación antes de volverse hacia mí con una pregunta.

—¿Es porque la señorita Rivetti viene mañana?

—Tal vez.

Laura frunció el ceño y soltó un bufido.

—Creo que intentan callar a la señorita Rivetti de antemano.

—Tal vez.

Le di la misma respuesta y asentí. Las damas de compañía intercambiaron miradas preocupadas entre ellas, pero yo volví tranquilamente a mi libro. Mi calma no era solo una fachada. En verdad, no esperaba que Rivetti me hablara sobre Rashta.

—Lo que quiero no es información de la señorita Rivetti.

Por supuesto, sería útil saber más sobre el pasado de Rashta, pero no era necesario. Las damas de compañía me miraron con curiosidad mientras yo pasaba la página de mi libro con serenidad.

—Todo lo que quiero es darle una advertencia a Rashta.

Si me reunía con Rivetti, Rashta se preguntaría el motivo y se desesperaría de preocupación. Eso era todo lo que quería. Ella debía entender que nunca podría ocupar una posición digna y honorable.

Cerré los ojos. Tenía que ser más cuidadosa con su comportamiento.

Traducido por: Valiz

Si te gustó, Puedes apoyarnos aquí ~  [http://www.paypal.com/paypalme/MangoNovelas ]

Tambien contamos con página de facebook ~ [https://www.facebook.com/MangoNovelas ]

Tambien visítanos en TikTok ~ [https://www.tiktok.com/@mangonovelas ]

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Inicio Detalle del manga