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La Emperatriz Se Volvió A Casar – Novela Capítulo 148

Capítulo de novela - 95 párrafos

Era el día del Consejo de Estado mensual. Numerosos ministros de alto rango y miembros del comité se reunieron en el palacio, y aunque el Emperador Sovieshu tenía la obligación de asistir, mis deberes como Emperatriz eran ligeramente distintos. Mi presencia en la reunión no era obligatoria, y solo asistía cuando había temas relacionados con mis funciones o asuntos en la agenda.

Revisé mi agenda del día y descubrí que estaba libre. Sin embargo, después de media hora de reflexión, decidí asistir a la reunión y envié un mensaje informando a la asamblea.

Sabía que Sovieshu me divorciaría pronto, pero todo había estado muy silencioso, y eso me ponía ansiosa. Tal vez hoy haría pública la noticia del divorcio.

¿McKenna regresó con Heinley?

¿Cómo reaccionaría Heinley? Ahora que las cosas se habían complicado, ¿Renunciaría a la idea de convertirme en su Reina? ¿O estaría intentando buscar otra manera de contactarse conmigo?

Reflexionaba mientras caminaba por el pasillo, y antes de darme cuenta, ya había llegado al salón donde se realizaba la reunión. Sovieshu me miró al entrar, pero luego desvió la mirada sin saludar.

—Fingió estar arrepentido. Pero mostró su verdadero rostro en cuanto rechacé su regalo.

En vez de saludarlo, me senté en mi asiento y miré al frente. De vez en cuando, sentía su mirada lateral sobre mí, pero no lo miré de vuelta. Nos ignoramos por completo durante toda la reunión, incluso durante el receso.

Cuando la reunión se reanudó, la atmósfera se volvió aún más incómoda. El primero en tomar la palabra fue Lord Palme, quien mencionó a mi hermano.

—Después de que Lord Koshar partió hacia la capital, los bandidos del Eterno Millar resurgieron. Han extendido su tiranía, y ni siquiera los comerciantes vienen ya a Palme. Por favor, Su Majestad, tenga la gracia de erradicar a los bandidos.

Lord Palme no hablaba de la expulsión de mi hermano, pero el rostro de Sovieshu se oscureció inmediatamente al oír su nombre. Los nobles sensatos le lanzaron miradas de advertencia a Lord Palme, pero como la seguridad de su tierra y su pueblo estaban en juego, él solo miraba con esperanza al Emperador Sovieshu.

—Lo investigaré.

Sovieshu respondió con voz dura. Luego, otro noble se adelantó.

—Su Majestad.

El Barón Lant no era el siguiente en la agenda, pero levantó la mano y se acercó. Sentí un frío recorrerme la espalda. El Barón Lant era secretario de Sovieshu. ¿Sería él quien hablaría del divorcio?

Apreté con fuerza el brazo del trono. Sovieshu, que normalmente habría reprendido al Barón por hablar fuera de turno, le preguntó:

—¿Qué sucede?

Mi ansiedad creció con fuerza.

—Es sobre los padres de Rashta.

Sin embargo, el Barón Lant mencionó a Rashta, no a mí.

—¿Padres?

—Sí. Hay una pareja que afirma ser sus padres.

Sovieshu se inclinó hacia adelante con interés.

—¿Quiénes son?

El Barón Lant miró a su alrededor, y luego habló.

—Pertenecen a la familia Kalen.

Conocía a esa familia. Era una familia bien establecida hace dos generaciones, pero cuando los príncipes lucharon por el trono, apostaron por el Príncipe equivocado y terminaron cayendo. ¿Así que Rashta pertenecía a esa familia?

—¿Es cierto?

—No lo sé. Debo verificar la veracidad.

—Espero que sea cierto.

Qué oportuno que aparecieran los padres nobles de Rashta justo cuando Sovieshu estaba por divorciarme. Era difícil no soltar una carcajada cínica al escuchar a Sovieshu y al Barón Lant hablar.

Sovieshu le daría padres nobles a Rashta. De niño, detestaba cuando su padre, el Emperador anterior, hacía eso. Era absurdo verlo hacer ahora exactamente lo mismo.

Noté que las orejas de Sovieshu estaban rojas. ¿Estaríamos pensando lo mismo?

Pero desde otra perspectiva… ¿La amaba tanto como para montar una farsa que él mismo despreciaba?

Pensé que mantendría sus convicciones.

—Traeré a la pareja más tarde.

El Barón Lant dio un paso atrás, y la asamblea murmuró entre sí por lo inusual de la situación. Algunos pensaban que era un truco organizado por Sovieshu, mientras que otros creían que era real.

Sovieshu llamó al siguiente en el orden. El siguiente hombre era el embajador Lingall del país de Bohean Azul. Tenía una expresión confundida en el rostro, y no dejaba de mirar hacia el Barón Lant. Sus pasos se volvieron lentos al acercarse al trono.

¿Qué le pasa?

Su comportamiento llamó de inmediato mi atención. Cuando finalmente abrió la boca, comprendí por qué.

—Yo… bueno, Su Majestad el Emperador. En realidad, una pareja de Bohean Azul vino a verme hace unos días y me contó una historia extraña.

—¿Una historia extraña?

—Su Majestad, la señorita Rashta, su concubina, parece ser la hija perdida de esa pareja.

Por un momento, la expresión de Sovieshu quedó totalmente desconcertada como la de un mapache. Apreté la mandíbula y mordí mis labios. Un murmullo risueño se escapó de los labios de algunos ministros. El Barón Lant miraba al embajador con los ojos muy abiertos, quien parecía darse cuenta de que estaba en una situación comprometida.

—Esa… bueno. La pareja también es noble.

Miré hacia Sovieshu.

—Debe tener seis padres.

Hablé lo suficientemente bajo para que solo él pudiera oírme, y sus orejas se tiñeron de rojo.

Volví a mirar hacia el frente, mientras el resto de los ministros luchaban por contener la risa. Me pregunté cómo había sucedido esto. Sovieshu golpeaba nerviosamente el brazo de su silla.

—Una de las parejas debe ser falsa. Tal vez ambas. En cualquier caso, los criminales no escaparán. ¡Enciérrenlos a todos!

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—¿Qué? ¿Eso ocurrió de verdad?

Rashta, quien había estado deprimida desde lo del ave azul, fue a visitar al Duque Elgy. Soltó una risa alegre cuando él le contó lo ocurrido en la reunión.

—No debería reírse.

Inmediatamente adoptó una expresión avergonzada.

—Rashta lo entiende. ¿Ambas parejas fueron idea suya?

—No. Soborné a la pareja de Bohean Azul.

—¡Ah, la que me mencionó—!

Rashta gritó “¡Gracias!”, pero luego frunció el ceño.

—¿La pareja que trajo el barón Lant es falsa?

El Duque Elgy sonrió.

—Son farsantes comprados por su amante.

—¿Mi amante? ¡Ah…!

Se cubrió la boca con ambas manos.

—¡Su Majestad!

El Emperador le había dicho que la haría Emperatriz, pero desde entonces no había visto ningún movimiento. ¡Debía de haber estado preparando esto en secreto para ella! Rashta se sintió profundamente conmovida al saber que tanto el Duque Elgy como Sovieshu habían hecho lo mismo por ella. Sonrió mientras un rubor rosado se extendía por sus mejillas.

—Qué lindos son. Hacer todo esto por Rashta…

El Duque Elgy sonrió apoyando el brazo en su silla. Parecía complacido de algún modo. Rashta inclinó la cabeza hacia él.

—¿Qué pasa ahora?

—No puede tener cuatro padres, así que una pareja será marcada como falsa.

—¿Cuál?

—¿Cuál quiere que sea la verdadera?

—La… la que la gente crea.

La comisura de la boca del Duque Elgy se alzó como si le gustara su respuesta.

—Esa es la respuesta correcta.

—¿Cuál creerá la gente?

—Los nobles probablemente crean que la pareja que presentó el barón Lant es falsa. Padres falsos o matrimonios falsos suelen usarse para encubrir identidades. Eso lo haría el Emperador.

—Pero apareció otra pareja, y la confianza en ellos sería mayor. Su Majestad no puede preparar dos pares.

—Entonces Rashta dirá que la pareja que arregló el Duque Elgy son los padres de Rashta.

—Bueno, ¿No es lista?

El Duque Elgy le dedicó una sonrisa, y ella le respondió con una risita. Ahora que tenía padres falsos, era considerada una dama noble. El Duque Elgy le había dicho que necesitaba el apoyo del pueblo y la confianza del consejo para aspirar al puesto de Emperatriz. Sin embargo, Sovieshu ya la estaba elevando a esa posición. Ahora todo era perfecto. Todo…

—Ah, señorita. Hay algo que debe tener en cuenta.

—¿Rashta debe apaciguar a los ministros?

—Eso aún está lejos. La otra cosa.

—¿Qué cosa?

—Me refiero a los padres falsos.

—Debe tratarlos como si fueran sus verdaderos padres.

—¿Qué? ¿No solo prestan sus nombres por dinero?

—Entonces la gente solo vería una imitación.

—Su objetivo no es solo ser una concubina, sino una Emperatriz. A una concubina con padres falsos se le puede perdonar, pero el pasado de una Emperatriz será examinado con lupa.

—Ellos te tratarán como a su hija perdida. Tiene que actuar como si los hubiera echado de menos con intensidad. Así debe ser.

Traducido por: Valiz

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