La Emperatriz Se Volvió A Casar – Novela Capítulo 152

Capítulo 152 - ¿Por qué llamarme hermano mayor? (1)

—Lord Koshar. Este es el Rey Heinley I del Reino Occidental.

El escolta abandonó su tono juguetón y presentó al Rey Heinley, y Koshar hizo una reverencia con perfecta gentileza. El hombre se había imaginado que Koshar era demasiado rufián como para suceder a la familia Troby, pero al momento de la verdad, Koshar demostró tener modales impecables. El hombre miraba entre Koshar y Heinley, expectante de qué tipo de conversación tendrían.

—Buen trabajo. Puede retirarse.

Heinley ordenó al hombre que se marchara, y este se dio la vuelta con desilusión.

Koshar observó la escena con atención. Mantuvo una apariencia calmada, pero por dentro estaba sorprendido. No porque el hombre con pinta de bandido se ofreciera a presentarle a su hermana, sino porque el Rey del Oeste parecía estar esperando con ansias su llegada.

Esto es bueno, en todo caso.

Ahora que había conocido al Rey, no tendría que abandonar su venganza contra la concubina.

—Majestad.

Koshar abrió la boca para dar su saludo formal. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo, ocurrió algo asombroso.

—Hermano mayor. Es un humilde honor.

El Rey Heinley lo llamó hermano mayor. Koshar parpadeó, sorprendido.

—¿…qué?

Koshar se quedó sin palabras. Se quedó tan inmóvil como una estatua, y Heinley soltó una pequeña risa.

—Ah. Parece que no sabe cómo reaccionar.

En realidad, Heinley mismo no sabía qué hacer más allá de ese punto. Solo había estado pensando en traer al hermano de Navier al reino, pero no había considerado ningún plan posterior. Simplemente sabía que, para ganarse el favor de Navier, tenía que ganarse el favor de su familia. A los ojos de Heinley, Koshar estaba marcado como “Prioridad número uno".

De manera similar, Koshar, que no sabía el motivo de su llamado, no sabía qué palabras decir. Aunque había tenido disputas ocasionales con Sovieshu desde la infancia, en el ámbito oficial, siempre trató al Emperador con civismo. Koshar había tomado las mismas lecciones de etiqueta que Navier, pero un Rey de otro país nunca lo había llamado “hermano mayor” así, de la nada.

—¿Qué significa…?

Heinley dio un:

—Ah. —Y señaló la puerta con una amplia y amistosa sonrisa.

—Por favor, entre primero. Podemos hablar más tarde, cuando esté descansado. ¿Está cansado?

—Se parece mucho a su hermana.

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La habitación preparada para Koshar era cómoda, espaciosa y lujosa. Tenía un interior de tonos beige suaves, y la madera y la manufactura de los muebles eran de la más alta calidad. La bañera estaba llena de agua tibia y pétalos de rosa, y se habían preparado ropas que se ajustaban a sus medidas.

¿Cómo sabe mi talla?

Sin saber que Heinley había preparado ropas de todas las tallas, Koshar se sentía como si lo hubiera poseído un fantasma.

Si lo escucho, entonces descubriré todas sus razones.

Después de cambiarse de ropa, una doncella condujo a Koshar ante el Rey Heinley.

Cuando Koshar entró en la sala, de alguna manera, Heinley se veía peor que antes. Estaba sentado en una mesa, con el rostro sombrío y la frente fruncida. Sin embargo, cuando vio a Koshar, se levantó, lo recibió y lo llamó hermano.

—Pensé que el color rojo le sentaría bien, hermano.

—Majestad. Disculpe, pero sigue llamándome ‘hermano’…

—Ah. Permítame explicar.

Sin embargo, Heinley de pronto encontró difícil hablar. Koshar esperó pacientemente, y tras unos cinco minutos, Heinley confesó.

—En verdad, no sé qué decir.

—¿…sobre?

—Lo único cierto es su hermana. Le prometí matrimonio.

Koshar acababa de tomar un sorbo de agua, y se atragantó al escuchar las palabras de Heinley. Heinley rápidamente le ofreció un pañuelo. Koshar extendió la mano para aceptarlo, y entonces vio las iniciales bordadas en él.

Eran las iniciales de Navier. Eso significaba que ese pañuelo…

—Ah. Este.

Heinley rápidamente retiró el pañuelo, luego sacó otro para ofrecerle y sonrió torpemente.

—Mis disculpas. A menudo saco ese primero.

—Ese pañuelo es…

—Originalmente pertenecía a la Emperatriz Navier.

Koshar lo sospechaba. Ese pañuelo había sido torpemente bordado por la mano inexperta de su padre.

—Lo sé. Mi padre se lo regaló.

—¿En serio?

Heinley sonrió, con las mejillas ligeramente sonrojadas.

—Así que vino de mi suegro.

Koshar agradeció no estar bebiendo agua en ese momento. Apenas podía comprender todo lo que decía el joven Rey. ¿Suegro? No, ¿Por qué el Rey tenía ese pañuelo?

—Ah. La Emperatriz Navier me lo dio.

Koshar lo seguía mirando con desconfianza.

—Ella me lo ató al cuello.

Koshar justo volvió a tomar agua. Tosió fuertemente en su mano mientras Heinley le daba golpecitos en la espalda con simpatía. ¿Navier le ató su pañuelo al cuello a ese Rey?

—Fue en secreto.

Heinley agregó rápidamente, recordando que ella se lo ató cuando él era un pájaro.

¡Ella lo ató en secreto!

Koshar apretó con más fuerza su copa. Le daba vueltas la cabeza. ¿Qué estaba ocurriendo aquí? ¿Por qué la Emperatriz Navier le ataba un pañuelo al cuello al Rey?

Heinley presionó el pañuelo contra su pecho y continuó con una sonrisa orgullosa en los labios.

—La situación es urgente, así que lo explicaré primero. Le prometí matrimonio a la Emperatriz Navier.

—Por casualidad…

—No conozco las circunstancias exactas. Pero Su Majestad la Emperatriz me propuso matrimonio primero.

—¡N-Navier!

—Esto solo es una suposición… pero creo que el Emperador Sovieshu está preparando el divorcio con la Emperatriz.

El rostro de Koshar se congeló de la impresión.

—¿Qué quiere decir?

El rostro de Koshar se parecía bastante al de Navier, y Heinley notó que su corazón latía con fuerza.

—Como dije, no conozco los detalles. Pero ella no es del tipo que haría una propuesta así sin razón.

—Lamentablemente, me propuso un matrimonio de conveniencia.

Navier. La preciosa hermana de Koshar, cuyo único sueño había sido crecer para convertirse en Emperatriz. Si había planeado casarse con el Rey del Oeste, debía haber una razón.

Koshar asintió. Sabía que Sovieshu estaba profundamente enamorado de su concubina, y que ella también estaba embarazada. Las personas enamoradas podían hacer locuras. Quizá Navier había oído del divorcio de Sovieshu con la concubina. Sin embargo…

—Parece que usted aceptó la propuesta. ¿Por qué?

No lo entendía. Navier estaba en una posición política difícil, y había hecho una propuesta antes de divorciarse. ¿Por qué Heinley la aceptaría así de repente? Navier era, por supuesto, una mujer encantadora, pero los matrimonios entre nobles y realeza no eran para el romance. Koshar ponderó las ventajas y desventajas. El Rey Heinley también debía tener la cabeza llena de cálculos.

Sin embargo, la respuesta de Heinley fue desconcertantemente simple.

Koshar abrió mucho los ojos y parpadeó. ¿Qué?

Traducido por: Valiz

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