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La Emperatriz Se Volvió A Casar – Novela Capítulo 191

Capítulo de novela - 122 párrafos

Mientras Navier revisaba los diseños de vestidos del diseñador,

casualmente, Rashta también estaba en medio de una conversación con una diseñadora que Sovieshu había enviado.

Pero la atmósfera era un poco diferente.

—¿Debo vestirme lo más sencilla posible?

Rashta estaba desconcertada y le preguntaba una y otra vez a la diseñadora.

—¿No es la boda de Rashta?

Había escuchado del Barón Lant que Su Majestad había declarado que la boda debía ser lo más grandiosa posible.

Seguía imaginando qué tipo de vestido usaría. Le repugnaba que esta diseñadora tuviera la osadía de venir y decirle que debía vestirse de la manera más sencilla posible.

—¿Por qué?

—Su Majestad me pidió que hiciera un vestido que la favoreciera.

—Entonces, ¿Está tratando de decir que un vestido glamoroso y hermoso no le favorece a Rashta?

Cuando Rashta preguntó al borde de las lágrimas, la diseñadora se puso nerviosa y agitó las manos frenéticamente.

—No quise decir eso.

—Eso fue lo que Rashta entendió.

—No es eso… e-es porque Rashta es muy popular entre los plebeyos.

—Incluso un plebeyo no gusta de todo lo sencillo.

—Sí. Pero si la boda es extremadamente lujosa, y también el vestido, será… diferente de la imagen que la gente espera de Rashta. Eso es todo.

—Si la boda es lujosa pero el vestido es sencillo, Rashta será enterrada viva.

Rashta refutó las palabras de la diseñadora.

Para el Emperador Sovieshu, esto sería un segundo matrimonio. Además, acababa de divorciarse.

La gente aún la compararía con la Emperatriz Navier.

Usar un vestido sencillo en esta ocasión…

Rashta se irritó aún más con las acciones de la diseñadora. Esta diseñadora definitivamente estaba tratando deliberadamente de hacerla quedar en ridículo.

—Para nada. Rashta es muy hermosa. No necesita muchos accesorios para brillar…

—¿Qué vestido usó la ex-emperatriz?

En respuesta a la pregunta de Rashta, la diseñadora le mostró el diseño del vestido de boda de Navier.

Era muy glamoroso.

Cuando Rashta apretó los labios y expresó su descontento con un silencio tenso, la diseñadora se puso aún más nerviosa.

Rashta empezó a sospechar de la diseñadora y preguntó,

—Usted fue quien diseñó los vestidos de la ex-emperatriz, ¿Cierto?

—Así es. Diseñé su vestido de boda, el vestido para la recepción de la boda y muchos otros vestidos.

Rashta habló con tristeza, sintiendo que su sospecha era cierta.

—Le gusta la ex-emperatriz, así que quiere que Rashta use un vestido sencillo para que Rashta sea criticada al ser comparada con ella, ¿Verdad?

—Para nada. Todo depende de la atmósfera…

Rashta señaló con el dedo el diseño del vestido de boda de Navier.

—Quiero que mi vestido sea más glamoroso y hermoso que ese.

Tan pronto como la diseñadora salió corriendo, Rashta se recostó furiosa en el sofá y pateó un cojín.

Para Rashta, la diseñadora estaba decidida a recomendar un vestido sencillo solo para que no destacara más que la ex-emperatriz.

¿Les gustaría a los plebeyos una Emperatriz con un vestido sencillo? Ella no lo creía.

En ese momento, llegó otra persona.

Era el Duque Elgy.

Pero no estaba solo, había un hombre a su lado que ella nunca había visto antes.

—Duque. ¿Quién es…?

Cuando Rashta preguntó, el Duque Elgy envió al hombre al pasillo y dijo,

—Señorita, ¿Recuerda lo que le expliqué sobre los periodistas?

Rashta abrió los ojos sorprendida y asintió.

—¿Trajo a un periodista?

—Es un periodista de los plebeyos. Señorita, ¿Recibió una propuesta de matrimonio de Su Majestad?

—Está circulando el rumor de que se casará con Su Majestad.

—Eso es…

—¿Es cierto?

Rashta, que no podía decirle la verdad al Duque Elgy, se sintió apenada y bajó la mirada.

El Duque Elgy soltó una risa.

—¿Por qué se apena? Solo lo traje porque escuchó el rumor y quería entrevistarla.

Rashta miró al Duque Elgy con una expresión confundida.

Aunque él le había explicado sobre las entrevistas y los periodistas, ella apenas había prestado atención en ese momento.

No recordaba nada excepto que era complicado y que debía tener cuidado con lo que decía. Mientras Rashta parpadeaba, el Duque Elgy explicó con una risa,

—Señorita, solo mencione en la entrevista que su matrimonio es una victoria para los plebeyos.

—Rashta ahora es de la nobleza…

—Pero dígalo así. Diga que aunque apenas descubrió que era noble, todavía piensa y actúa como ‘todos ustedes’.

—De acuerdo.

—Y diga que, cuando sea Emperatriz, estará con los plebeyos.

Rashta estaba nerviosa, pero hizo lo que el Duque Elgy le indicó.

Cuando terminó la entrevista con el periodista de los plebeyos, esta vez vino un periodista de los nobles, y el Duque Elgy volvió a aconsejarla antes de la entrevista.

—Enfatice el dulce romance y el amor dramático con Su Majestad Sovieshu.

—¿No debería decir que estaré con los nobles?

—Eso sería contradictorio.

—Enfatice el amor incondicional. Eso les agradará.

Rashta nuevamente hizo lo que el Duque Elgy le indicó.

Después de eso, estaba completamente exhausta. Se recostó en la cama tan pronto como terminó la segunda entrevista.

Rashta, acostada en la cama, se sentía extrañamente rara.

Me convertiré en Emperatriz y ascenderé a la posición más alta del país. Pero es molesto no poder expresarme libremente. ¿Tendré que ser así de cuidadosa cada vez que hable en el futuro?

No me gusta mucho eso…

Acostada en ese estado, sintió un leve movimiento fetal en su vientre. Rashta, que estaba lánguida, se sujetó el vientre con ambas manos.

¿Fue mi imaginación?

En ese momento no sintió nada.

Pero el movimiento fetal que sintió cuando pensaba que todo era agotador le reconfortó.

Rashta cubrió su vientre con las manos y murmuró en un tono ausente.

—Mami hará lo mejor que pueda, mi bebé.

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Las horas volaron rápidamente mientras revisaba los cinco álbumes llenos de diseños de vestidos y escogía algunos para mi vestido de boda.

Pero aún quedaba mucho por hacer.

McLinnan quería tomarme las medidas, así que me levanté y me mantuve erguida con los brazos extendidos a cada lado.

De repente, llamaron a la puerta.

—Adelante.

Aunque alguien estaba tomando mis medidas, respondí sin dudar porque de todos modos estaba vestida con ropa ligera.

Era Heinley.

—Vine a ver si todo va bien…

Heinley dejó de hablar y se quedó en la entrada, observándome por un momento.

Luego sonrió de oreja a oreja como si algo le hubiera gustado.

No estaba segura de por qué estaba tan complacido, ya que aún no me había probado ningún vestido.

Finalmente, salió del umbral y entró por completo en la habitación. Las personas que estaban hablando se quedaron en silencio de inmediato.

Heinley se acercó rápidamente a nosotras y le preguntó a la diseñadora,

—¿Qué diseños eligieron?

Se sentó para examinar un par de diseños escogidos por mí y otros recomendados por la diseñadora.

De repente, mi cadera chocó con la cabeza de Heinley.

Estaba tratando de no prestarle atención, pero terminé empujándolo sin darme cuenta.

Heinley se quedó congelado con un álbum en la mano, y yo también estaba desconcertada.

Lo empujé tan rápido que parecía que lo estaba echando de aquí.

—Hmm, bueno, tal vez quiera mantener su vestido de boda en secreto.

Heinley murmuró incómodo y dejó el álbum. Luego miró su reloj de bolsillo con ansiedad y se fue diciendo que había olvidado que estaba ocupado.

Sin embargo, cuando se fue, el ambiente se volvió aún más incómodo.

Incluso la diseñadora McLinnan, que había estado hablando todo el tiempo, guardó silencio.

Después de que me tomó las medidas, me senté en el sofá y me sujeté la cabeza con ambas manos.

No quería hacerle sentir mal.

¿Qué debería hacer?

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—Debe estar enojada conmigo.

Heinley murmuró con inquietud y gruñó. McKenna, que había entrado a su oficina con algunos papeles, chasqueó la lengua al ver el malestar de Heinley.

—¿Qué hizo para que se enojara?

—…no lo sé. No se me ocurre nada.

—Pero debe haber algo, ¿No? Su Majestad la Reina no parece alguien que se enoje sin razón.

Heinley apretó los labios con angustia antes de hablar de nuevo.

—En realidad, ayer mi esposa estaba a punto de preguntarme algo, pero de repente cambió de opinión…

—¿Sobre qué?

—No lo sé. De repente mencionó al Gran Duque Kapmen. Pero estoy seguro de que iba a decir otra cosa.

Heinley se despeinó el cabello, sintiéndose inquieto.

—Tal vez descubrió que soy Queen, y por eso está enojada.

Traducido por: Valiz

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