La Emperatriz Se Volvió A Casar – Novela Capítulo 197

Fue unos días después de que mi hermano se fuera para la expedición de los caballeros.

—¿No son el Lord Koshar y Su Majestad la Reina gemelos? —preguntó Mastas, quien estaba diligentemente puliendo la lanza en su regazo.

Me miró mientras yo reflexionaba sobre de qué trataba la pregunta.

—No somos gemelos.

Cuando respondí sonriendo, ella dijo:

—Oh…—Y asintió.

Al ver esto, Rose sonrió maliciosamente y le dio un pequeño empujón a Mastas en los costados.

—¿Te interesa?

Mastas asintió con naturalidad.

Cuando Rose la miró sorprendida por su respuesta tan confiada, Mastas continuó hablando de manera casual.

—Mi hermano dice que es muy fuerte. Me gustaría ponerlo a prueba.

—¿Por poner a prueba, te refieres a una pelea?

Tan pronto como Rose preguntó, Mastas asintió.

—Sí —respondió, mirándola como si fuera una pervertida.

—¡Reina! ¿No cree que la mente de la señorita Rose está muy sucia?

Después de estar juntas varios días, parecía que las dos se llevaban mucho mejor. Cuando Laura y la Condesa Jubel llegaran, este lugar sería aún más animado. Extrañaba a la Condesa Eliza y a las demás damas de honor, pero afortunadamente, también estaba contenta con las nuevas que conocí aquí.

Es cierto. Mientras sonreía a ambas, me ocurrió una buena idea de repente.

—Señorita Rose.

—Sí, Su Majestad.

—¿Quién es la persona más popular en la alta sociedad del Reino Occidental?

Rose asintió y mencionó dos personas.

—Duque Liberty y señorita Mullaney.

—¿Dos personas?

—Originalmente, la persona más popular era Heinley. Le seguían en popularidad el Duque Liberty y la señorita Mullaney, pero ahora las cosas han cambiado. Nadie puede tratar a Su Majestad como un socialité popular ahora que ha ascendido al trono.

Rose añadió después de un momento de reflexión.

—Ah, el Duque Liberty y la señorita Mullaney son parientes cercanos. El Duque Liberty es el hermano de la madre de la señorita Mullaney.

—¿Sería posible conocerlos a ambos? —Tan pronto como pregunté, Rose sonrió como si hubiera entendido mis intenciones.

—¿Quiere persuadirlos a ambos, no? —Pero lo siguiente no fue positivo.

—Es una buena idea, pero no será fácil.

—¿Son subordinados de Christa?

—El Duque Liberty.

—¿Y la señorita Mullaney…?

—Ella y Christa no se llevan tan bien, incluso una vez tuvieron una pelea.

En ese caso, supongo que está bien, ¿No? Cuando levanté una ceja, Rose negó con la cabeza y continuó.

—La señorita Mullaney originalmente era una de las candidatas para Reina.

—Eso está bien.

—No solo eso. Ella también es una joven muy ambiciosa con una personalidad dominante. No creo que le guste servir a los demás…

—Eso sigue estando bien. Ella no tiene que ser mi subordinada.

La Duquesa Tuania tampoco era mi subordinada. Solo era mi amiga.

Rose parecía preocupada por mis palabras, pero respondió.

—Arreglaré una cita.

Asentí y me levanté de mi asiento. Pensando en la Duquesa Tuania, se me ocurrió una idea aún mejor.

—¿Por qué no lo pensé antes?

—¿Su Majestad? —preguntó Rose.

—Necesito ver a Sir McKenna.

—¿No al Rey Heinley?

Llevando conmigo a Rose y Mastas, que estaban sorprendidas, fui a ver a McKenna.

McKenna parecía desconcertado al verme, pero me saludó con una sonrisa suave. Después de que todos salieron de la oficina para que pudiera hablar con él en privado, le pregunté cuidadosamente.

—Sé que puede convertirse en un pájaro… ¿Puedo preguntarte algo sobre eso?

McKenna parecía aún más desconcertado cuando mencioné esto, pero simplemente respondió.

Me di cuenta de que McKenna estaba preocupado de que me enojara por haberme engañado, pero no había venido hasta aquí por eso.

—En forma de pájaro, ¿Cuánto tiempo le tomaría encontrar a alguien?

Cuando McKenna escuchó mi pregunta, respondió con un poco de alivio.

—¿Hay alguien que quiera encontrar?

—Sí. ¿Es eso posible?

—¿Sabe su ubicación?

—No. Estoy segura de que no está en el Imperio Oriental, pero no sé nada más.

—En ese caso, sería un poco difícil.

Sin embargo, contrariamente a lo que esperaba, McKenna dijo que sería un poco difícil encontrar a alguien así. Incluso si buscaba en forma de pájaro, tendría que revisar las caras una por una. Sería posible si supiera la ubicación aproximada, pero era difícil encontrar a alguien solo con la pista de "no está en el Imperio Oriental".

—Podría funcionar poner carteles de búsquedav—dijo McKenna sonriendo. Su sugerencia me sorprendió.

Regresé al palacio separado. La persona que buscaba era la Duquesa Tuania. Preferiría no encontrarla que buscarla con carteles de búsqueda.

Pensé en ello por un momento y esta vez le pregunté a Rose.

—¿Recuerda al periodista que me entrevistó antes?

—Sí. La entrevista de ese periodista con la Reina apareció en un periódico y se convirtió en un tema de conversación.

—¿Ese periodista sigue en el palacio real?

—Probablemente.

—¿Puede llamar al periodista? Cabello azul marino…

Unas dos horas después de pedirle a Rose que llamara al periodista, pude encontrarme con el periodista que había visto antes.

—Mi nombre es Janan, Su Majestad.

El periodista estaba nervioso porque no sabía por qué lo había llamado. Sin embargo, cuando me miró, había un destello de inteligencia en sus ojos.

—Lo llamé porque me gustaría que escribiera un artículo en el periódico como si fuera otra entrevista.

—¿Sobre qué quiere que sea el artículo…?

—Sobre lo bien que me estoy adaptando al Reino Occidental.

Janan parecía no entender por qué quería que escribiera algo así. Sin embargo, asintió con más calma y respondió con confianza.

—No es difícil.

—Quiero que escriba que me estoy adaptando bien al Reino Occidental, que hay muchas buenas personas aquí, pero que a veces extraño a mis viejos amigos… algo así.

—¿Es todo lo que necesita Su Majestad…?

—También me gustaría que los nombres de mis amigos aparecieran en el artículo.

Janan estaba confundido, pero asintió y sacó su cuaderno. Mencioné entre los nombres de mis damas de honor el nombre de la Duquesa Tuania.

Después de que Janan se fue, me paré junto a la ventana sintiéndome satisfecha, mientras Rose y Mastas iban a traer la cena.

Llamé al periodista para encontrar a la Duquesa Tuania, así que puse intencionadamente su nombre entre los de mis damas de honor.

La Duquesa Tuania era inteligente y perspicaz, así que después de leer el artículo de la entrevista, se daría cuenta de inmediato de que la estaba buscando.

Ella me había prometido ayudarme algún día. Si eso era cierto, la duquesa Tuania vendría a verme…

—Si la Duquesa Tuania viene aquí, también dominaría tarde o temprano la alta sociedad del Reino Occidental.

La única forma de ser amada por la gente es mostrarlo con acciones. Al final, la gente amaba a la Reina por lo que ofrecía, no por sus discursos.

Pero en la alta sociedad era diferente. Ya eran personas de enorme riqueza y reputación. Era difícil acercarse a ellos simplemente desempeñando bien el papel de Reina. Tenía que acercarme personalmente, y para eso necesitaba a una socialité. Una socialité que estuviera de mi lado.

—La Duquesa Tuania podría desempeñar ese papel bastante bien.

En ese momento, hubo un golpe en la puerta, así que dejé mis pensamientos de lado y la abrí rápidamente. La persona que estaba en la puerta era Heinley, no mis dos damas de honor.

—¿Heinley?

La cara de Heinley parecía algo abatida, así que le pregunté confundida.

—¿Qué pasa?

Él me miró con una expresión seria, luego tomó mi mano suavemente, besó el dorso de la mano y respondió a mi pregunta con otra.

—Reina, ¿Está sola?

¿Qué estaba diciendo? ¿Por qué preguntaba eso de repente? Era extraño.

Definitivamente extrañaré a mis padres en el futuro. Pero no ha pasado suficiente tiempo como para llorar de soledad.

Heinley me miró con los ojos húmedos. Aunque no estaba sola, no parecía creer lo que estaba diciendo.

—¿Heinley?

¿Escuchó algo?

Preocupado, susurró.

—Escuché… sobre un artículo que decía que la Reina está muy sola…

—¿El periodista te lo dijo? ¿Tan rápido?

—En mi camino aquí me encontré con el periodista. Cuando le pregunté qué había pasado, me dijo que la Reina le pidió que publicara un artículo en el periódico sobre ella estando sola…

No sé si el periodista inventó eso a propósito o si me malinterpretó.

La situación era incómoda, pero también bastante graciosa, así que sacudí la cabeza y respondí.

—No es así, Heinley.

—No quiero que esté sola, Reina.

—Realmente estoy bien.

—Si lo desea… puedo pasar la noche a su lado como ‘Queen’.

—Lo que sea que haga, yo estaré quieto. Por favor, consiéntame todo lo que quiera. Como antes. ¿La haría sentir mejor?

No sabía qué expresión puse, pero Heinley rápidamente cambió sus palabras para dar a entender que era una broma.

Era una buena opción.

Lo advertí calmadamente.

—La próxima vez que vengas como ‘Queen’, te pondré ropa.

Hice como si fuera considerada, pero solo estaba burlándome de Heinley por lo que acababa de decir.

Él sonrió y preguntó si estaba bien si lo vestía en forma de pájaro.

—¿Me vestirá usted misma? ¿Deberíamos vestirnos iguales como pareja?

Pero justo cuando iba a responder, vi a mis dos damas de honor por encima del hombro de Heinley. Parecían haber traído la cena. En lugar de responderle a Heinley, pensé que llamaría primero a ellas.

Las dos damas de honor parecían que se les iba a caer la mandíbula.

Pero… ¿Por qué?

Sus ojos estaban abiertos, sorprendidas, por decir lo menos.

Cuando pensé en por qué tenían esa expresión, me di cuenta de que las palabras de Heinley eran muy extrañas.

Especialmente la parte de "pasar la noche a mi lado como ‘Queen’."

No sabían que Heinley era ‘Queen’, así que quizás pensaron que él estaba sugiriendo algo inapropiado.

Le advertí que lo hiciera de nuevo, pero me reí junto con él.

Al final, los ojos de mis damas de honor se abrieron tanto que pude sentir que todo estaba bien.

De repente, escuché a Heinley murmurar en voz baja:

—¿Por qué me mira tan fijamente?

Mi risa se detuvo de inmediato.

Traducido por: Valiz

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