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La Emperatriz Se Volvió A Casar – Novela Capítulo 392:Sentencia (1)

Capítulo de novela - 57 párrafos

Los murmullos del público desaparecieron y la sala del tribunal se volvió increíblemente silenciosa.

Las miradas del público se dirigieron al mismo tiempo hacia una sola persona. Sovieshu. Su rostro parecía cubierto por una delgada capa de hielo.

Rashta no se detuvo allí. Señaló con el dedo a Sovieshu y exclamó,

—¡Su Majestad afirmó que la Emperatriz Navier era infértil y me obligó a tener un hijo con otro hombre para ocultar que él está castrado!

Los murmullos que habían desaparecido regresaron de repente. Un alboroto se extendió por toda la sala del tribunal como un incendio.

Presioné mis labios con fuerza e intenté mantener una expresión seria. Claramente no debía reírme en esta situación, pero era difícil.

Sentí una mirada sobre mí. Era Heinley. Cuando nuestras miradas se cruzaron, apartó la vista rápidamente.

Sin embargo, mientras lo observaba, sus hombros temblaban y se movía de un lado a otro en su asiento. Parecía contener el deseo de preguntarme si Sovieshu realmente tenía problemas con su virilidad.

Prefería no responder a esa pregunta, así que fingí no verlo.

Sin embargo, la persona sentada a mi otro lado…

—¿Es cierto?

—¡Madre! Sabes que no lo decía en serio.

—Solo tengo curiosidad.

No esperaba que mi madre preguntara eso, pero entonces recordé que una vez me aconsejó que si Sovieshu traía a una mujer como concubina, debía buscar a un hombre más dotado, vigoroso, apuesto y joven, y tomarlo como amante.

Pensándolo bien, ¿No encaja Heinley perfectamente con ese perfil?

Aunque Heinley no es solo mi amante, cumple con los requisitos necesarios a mi satisfacción.

Sorprendida por mi propia conclusión, me quedé mirando a Heinley, mientras mi madre me pellizcaba repetidamente el brazo.

Le susurré al oído para que Heinley no escuchara.

—No es impotente.

—¿Entonces no está castrado?

—Madre. Deberías usar palabras adecuadas.

—¿Tiene problemas para levantar su virilidad?

—¿Hay algo malo en mi elección de palabras?

Cuando intenté responder, la voz fuerte de Rashta volvió a captar mi atención.

—¡Su Majestad me obligó a tener un hijo con otro hombre! ¡Todo fue por orden de Su Majestad!

—¡Silencio!

El Juez del Alto Tribunal gritó enfurecido, con el rostro completamente rojo.

Aunque hasta ahora la había tratado con cortesía como la Emperatriz del Imperio del Este, parecía haber estallado por completo al escuchar a Rashta afirmar que el Emperador Sovieshu está ‘castrado’.

El público también comenzó a gritarle que se callara.

Rashta estaba decidida a no ceder, así que se quitó uno de sus tacones y lo golpeó contra la plataforma del estrado para hacer callar al público.

Cuando todos quedaron desconcertados en silencio, Rashta lanzó sus zapatos al público y señaló a los plebeyos.

—¡Cállense! ¡La que tiene derecho a hablar soy yo porque estoy aquí de pie!

Los plebeyos guardaron silencio por miedo, y una joven que estaba cerca dejó caer su abanico.

Sovieshu parecía genuinamente sorprendido. Fluctuaba constantemente entre la ira y la vergüenza.

Heinley chasqueó la lengua y murmuró,

—Desde el momento en que me llamó mentiroso delante de todos pensé que tenía mucho valor.

Pensándolo bien, habría sido impensable que alguien más me llamara ‘hermana’ sabiendo que era la Emperatriz, especialmente si esa persona no tenía poder.

En cualquier caso, este tipo de valor no era digno de elogio.

—Su Majestad, ¿Está intentando arrastrar la reputación del Emperador Sovieshu porque está en peligro?

La voz del Juez volvió a estar calmada. Era un hombre que se enorgullecía de su trabajo. Debió perder los estribos por temor a que Rashta arruinara su labor.

—¡Por supuesto!

Cuando Rashta lo admitió, incluso el Juez del Alto Tribunal vaciló.

Rashta miró a su alrededor burlonamente y dijo con sarcasmo:

—Si no fui la única que actuó mal, ¿Por qué debería ser la única en asumir la responsabilidad por los crímenes? Los cómplices deben ser arrastrados también. ¿Alguno de los presentes aquí estaría dispuesto a morir solo cuando es injusto?

—Durante el tiempo que la Emperatriz Navier estuvo casada con el Emperador Sovieshu, nunca pudo tener un hijo, pero quedó embarazada tan pronto como se casó con un hombre del país vecino. Yo, como todos saben, ya he tenido dos hijos. Entonces, ¿Quién tiene el problema? ¿No es esto una prueba de que el Emperador Sovieshu no tiene semilla?

El público miró a Sovieshu con asombro ante las palabras coherentes de Rashta.

Sin embargo, este no era un asunto del que se pudiera hablar abiertamente. Además, incluso si Sovieshu realmente fuera infértil, no había forma de determinarlo con certeza. La gente podía meterse en problemas si los descubrían susurrando sobre la posible infertilidad del Emperador, así que todos se limitaron a observar en silencio.

—Se puso bueno.

Murmuró Heinley.

A decir verdad, yo también estaba disfrutando ver a Sovieshu acorralado así por primera vez… ¿Debería sentirme culpable?

Sovieshu solo miraba a Rashta en blanco. Su actitud impasible parecía decir, veamos hasta dónde llega con sus tonterías. Daba la impresión de que no le importaban en absoluto las palabras de Rashta.

Pero Sovieshu y yo pasamos muchos años juntos y podía notar que estaba realmente enfadado.

Si intentaba intervenir o negar las palabras de Rashta, solo empeoraría la situación y dañaría su imagen, así que controlaba su expresión y se mantenía tranquilo.

Traducido por: Valiz

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