La Emperatriz Se Volvió A Casar – Novela Capítulo 442:Trueno (1)

Capítulo 442 - Trueno (1)

—¡El Gran Duque Lilteang ha escapado!

Al mismo tiempo que mi asistente, Sir Marcus, exclamaba, se oyó otro fuerte estruendo de trueno.

—¿Cómo pudo escapar el Gran Duque Lilteang…?

Cuando pregunté, otro relámpago apareció detrás de mí. Sir Marcus se estremeció y se dejó caer al suelo, quizás porque parecía enfadada y aterradora contra la luz.

Estaba un poco sorprendida, pero definitivamente no enojada.

—Puede ponerse de pie.

Él se levantó rápidamente. Su cabello estaba mojado y pegado a su frente por haber corrido bajo la lluvia. Cuando le ofrecí un pañuelo, extendió ambas manos temblorosas.

—Tome asiento.

—Mis ropas están empapadas, Su Majestad.

—No se preocupe.

Una vez que señalé el sofá, se sentó con duda y entrelazó fuertemente las manos. Parecía pensar que ahora lo regañaría.

—¿Y Su Majestad Heinley? ¿Lo sabe?

—Alguien más debió informarle.

—¿Qué ocurrió?

Hasta donde sabía, el Gran Duque Lilteang estaba prisionero en la Torre Roja debido al incidente en la fiesta de cumpleaños de Heinley. Sabía que la Torre Roja tenía el nivel de seguridad más estricto, ya que se utilizaba para encarcelar a nobles de alto rango. ¿Cómo logró el Gran Duque Lilteang escapar de una prisión tan segura en un país extranjero?

Después de otro retumbo de trueno, la lluvia comenzó a caer con más fuerza.

Este era el día perfecto para escapar…

Me di cuenta de que Sir Marcus aún no había respondido a mi pregunta, así que la repetí.

—¿Todavía no sabemos los detalles de su fuga?

—Así es.

Se secó la frente con el pañuelo. Aun así, parecía seguir nervioso.

—Sir Marcus.

—Sí, Su Majestad.

—¿Hay algo más que quiera decirme?

Cuando le pregunté directamente para disipar mis dudas, se encogió de hombros.

—¿A qué se refiere?

Aunque fingía no saber nada más, apretaba fuertemente el pañuelo en su puño, así que insistí.

—Hasta donde tengo entendido, el castigo del Gran Duque Lilteang se llevó a cabo con el consentimiento del Emperador Sovieshu.

—Así es, Su Majestad.

Si se castiga a un noble de alto rango de otro país, eso puede escalar en un conflicto debido al orgullo nacional. Por esta razón, normalmente esos delitos se tratarían mediante una queja formal contra el país de origen.

Pero este caso era distinto. El Imperio Occidental castigó directamente al Gran Duque Lilteang, con el acuerdo de Sovieshu. No había forma de que este asunto escalara en un conflicto entre países.

Entonces, ¿Por qué mi asistente entró apresuradamente tan temprano y tan nervioso?

—¿Hay algo sobre el castigo o encarcelamiento del Gran Duque Lilteang que yo no sepa?

༻✦༺ 　༻✧༺　༻✦༺

Los caminos bien pavimentados seguían intactos bajo la fuerte lluvia. Sin embargo, incluso un camino en perfectas condiciones no podía aliviar la incomodidad de caminar con ropa y zapatos empapados.

—¡Maldita sea!

El Gran Duque Lilteang maldijo mientras se jalaba la pesada capa. Quería quitársela de inmediato, pero debía ocultar su rostro hasta llegar al Imperio Oriental. La lluvia nublaba su visión, así que levantó la mano para frotarse los ojos y preguntó,

—¿A dónde vamos?

Un hombre con un paraguas en una mano y un mapa con las esquinas mojadas en la otra murmuró vagamente.

—¡¿A dónde vamos?!

El Gran Duque gritó desesperado, pero sangre amarga se acumuló en su boca, su rostro se contrajo y apretó la mandíbula. Se cubrió la boca y gimió de dolor. La sangre se escurrió por las comisuras de sus labios y cayó al suelo.

El hombre del paraguas seguía sin hablar con claridad. Su comportamiento despreocupado enfurecía al Gran Duque, pero él reprimió su ira.

Había aprendido por experiencia que perder el control solo le traía dolor. No sería tan tonto como para estallar de nuevo.

—Mira. Umm, ¿No es este el camino correcto?

Ante sus palabras, el Gran Duque Lilteang no pudo contener su ira, así que le arrebató el mapa y gritó.

—¡¿Qué demonios te pasa?!

Su boca desgarrada sangraba aún más, pero su furia superaba el dolor momentáneo.

—¡Concéntrate! ¡Ese bastardo debe estar tras nosotros! ¡Los subordinados de ese lunático ya deben estar siguiéndonos!

El mapa se hizo pedazos en sus manos. Los fragmentos mojados cayeron al suelo.

El hombre del paraguas los miró y susurró una vez más,

El Gran Duque Lilteang resopló, irritado.

Su rostro era un desastre sangriento porque le habían cosido la boca con una piedra dentro. Su cuerpo fuerte ahora era piel y huesos, y la zona alrededor de sus labios había perdido carne. Debido a la fuga apresurada, aún no había recibido tratamiento adecuado, por lo que cada vez que movía demasiado la boca, brotaba sangre.

El Gran Duque tenía un aspecto tan horrendo que pocos se atreverían a mirar su rostro.

Sin embargo, el hombre del paraguas le sonrió al Gran Duque sin preocuparse por su enojo. Su actitud era indiferente, como si no le importara.

—Está bien. Ya le dije que tiene que confiar en mí, Gran Duque.

La voz era cortés, pero al mismo tiempo perezosa. El Gran Duque creyó detectar un acento desconocido. Desalentado, señaló con el dedo la dirección que debían seguir.

—¡Tenemos que ir por ahí rápido! ¡Si no, los subordinados de ese lunático nos alcanzarán!

El hombre del paraguas levantó la mano, tomó los dedos del Gran Duque y se rió.

—Shh… Está bien. Solo confíe en mí.

—¡Vámonos ya!

—Ahora no.

El hombre del paraguas miró los fragmentos del mapa embarrado a sus pies y apuntó en dirección a la capital con una ligera inclinación del paraguas.

—Olvidé que tengo que reunirme con una persona más antes de irme.

El Gran Duque Lilteang estaba al borde de las lágrimas.

Finalmente pude escapar de ese lugar, ¿Y por qué demonios está señalando en esa dirección? ¡Debió haber hecho sus asuntos antes!

—¡¿Quién demonios regresaría al nido de su enemigo en una situación como esta?!

Traducido por: Valiz

Si te gustó, Puedes apoyarnos aquí ~  [http://www.paypal.com/paypalme/MangoNovelas ]

Tambien contamos con página de facebook ~ [https://www.facebook.com/MangoNovelas ]

Tambien visítanos en TikTok ~ [https://www.tiktok.com/@mangonovelas ]