0%

La Emperatriz Se Volvió A Casar – Novela Capítulo 97

Capítulo de novela - 76 párrafos

No era el Vizconde Roteschu. Pero sí era un hombre que ella quería evitar aún más.

El hombre que estaba allí, con sus ojos verdes y cabello castaño oscuro, era Alan Rimwell. Conocido como un hombre de modales suaves, también era el hijo del Vizconde Roteschu y el antiguo amante de Rashta.

Ella lo miró fijamente. El impacto de su aparición llegó un momento demasiado tarde, cuando se dio cuenta de que no estaba despertando.

¿Cómo? ¿Por qué estaba él aquí? El Vizconde Roteschu sí dijo que lo traería a la capital, pero…

Rashta se puso tan blanca como una sábana mientras envolvía su estómago protectivamente con ambas manos.

Si Alan dice siquiera una palabra equivocada…

Alan no se movió, simplemente miraba a Rashta como si fuera una estatua de piedra. Aunque no estaba tan aterrorizado como ella, parecía estar a punto de llorar.

—¿Señorita?

El Duque Elgy la llamó desde su lado, y ella rápidamente reorganizó su expresión y se giró para sonreírle.

—¿Cuándo llegó?

En lugar de responder, el Duque Elgy giró la cabeza en la dirección en que ella había estado mirando.

—¿A quién estaba mirando?

Rashta agarró la manga del Duque Elgy alarmada, y él se giró para mirar la mano esbelta y marcada que lo sujetaba.

—Nada. Solo estaba pensando.

Rashta inventó una historia y rápidamente soltó su mano. El Duque Elgy miró de nuevo en la dirección en la que ella estaba mirando, pero Alan ya se había ido.

Rashta suspiró en su interior de alivio. No sabía qué haría Alan, aunque según las palabras del Vizconde Roteschu, su hijo no revelaría la verdad.

—¿Fue un mal pensamiento?

El Duque Elgy se apoyó contra el sofá en el que Rashta estaba sentada con una mano. Se veía absolutamente como un lobo, y las damas cercanas se desmayaban. El Duque Elgy no evitaba la atención como un socialité, sino que hacía su postura aún más invitante. Rashta soltó una risa por su valentía.

—No realmente.

—No parecía muy bien.

—Para nada.

Rashta inclinó la cabeza de forma adorable y levantó la espada hacia él.

—Mire esto.

El Duque Elgy se sentó junto a Rashta, y los nobles a su alrededor comenzaron a murmurar. El Duque era conocido por ser un mujeriego, y ahora estaba sentado cerca de la concubina del Emperador. Sin embargo, ni el Duque Elgy ni Rashta prestaron atención a la reacción de la multitud.

—¿Fue un regalo?

—Sí. La Emperatriz se lo dio a Rashta.

—¿La Emperatriz?

—Es un regalo para el bebé.

Rashta sonrió más ampliamente para alejar su nerviosismo por Alan.

—¿Puedo verlo?

Rashta entregó el regalo, y el Duque Elgy retiró la espada a medias de su vaina. Una sonrisa apareció en su rostro mientras inspeccionaba la empuñadura y la hoja con ojo atento.

—¿Qué le parece?

El Duque asintió satisfecho.

—Es una espada muy fina.

Rashta sonrió con orgullo, pero sintió que algo no estaba bien con el Duque Elgy.

—¿Qué pasa? ¿Hay algo extraño en la espada?

—Nada extraño, pero…

—¿La Emperatriz dijo algo especial cuando se la dio?

—Bendijo a mi bebé para que sea tan hermoso como la espada.

La sonrisa del Duque Elgy se volvió más clara. Rashta lo miró curiosa, y él explicó.

—Señorita. Esta espada es realmente muy cara, pero es puramente decorativa.

—¿Decorativa…?

—No tiene uso práctico como arma. No puede usarse en un duelo, mucho menos en una guerra.

El Duque Elgy miró en dirección a la Emperatriz. Ella estaba rodeada por sus cercanos, y también observaba al Duque. Continuó hablando con Rashta mientras mantenía la mirada fija en la Emperatriz.

—Darle esta espada significa vivir en esplendor y belleza, pero también significa no trabajar.

—¡Eso… eso…!

—Bueno, eso también es una bendición.

El Duque Elgy murmuró para sí mismo mientras soñaba con poder vivir sin trabajar, pero Rashta ya estaba en un estado de shock. Las palabras por sí solas eran desagradables, pero se sentía aún más avergonzada por haber elogiado este regalo frente a todos los demás. Los nobles eran inteligentes, así que debían haber entendido el propósito de la Emperatriz. ¡Rashta era la única que no lo sabía! ¡Qué ridícula debía de verse al recibir un regalo dado en burla!

—La Emperatriz… me insultó…

Rashta apretó los labios con fuerza mientras las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos. Era patética. Finalmente, las lágrimas cayeron por sus mejillas, y Sovieshu corrió a su lado.

—¿Qué pasa, Rashta? ¿Qué ocurrió?

Sovieshu miró al Duque Elgy con furia, pero el Duque hizo una reverencia elegante y se apartó del sofá.

—Rashta, ¿Por qué lloras en un día tan feliz?

Sovieshu ignoró la reverencia del Duque e hizo su mejor esfuerzo para consolar a Rashta, pero a pesar de sus esfuerzos, ella no podía dejar de llorar. Ya estaba asustada cuando vio a Alan antes, y no podía hacer que sus palabras salieran.

Sovieshu frotó el hombro de Rashta, y miró de nuevo a los nobles en busca de una explicación. Ellos rápidamente se acercaron y le informaron sobre la conversación entre el Duque Elgy y Rashta. Sus hombros empezaron a temblar aún más, y Sovieshu suspiró.

—El Duque Elgy tiene una lengua descuidada.

—El Duque solo ayudó a Rashta para que no se viera tonta, su majestad.

—No llores. Eres la mujer de honor hoy.

—Pero… pero estoy tan triste.

Sus hombros se movían con sollozos, y miró a Sovieshu con sus ojos oscuros, como joyas.

—¿Por qué no me lo dijo? Sabía lo que la Emperatriz quería decir, ¿Verdad?

En lugar de darle una respuesta, Sovieshu le dio una palmada en el hombro. Su respuesta tácita era clara como el día. Rashta volvió a convencerse de que el Duque Elgy era mucho más confiable. Estaba en lo cierto al confiarle al Duque sobre su otro bebé en lugar de a Sovieshu.

Mirando sus labios temblorosos y sus pestañas, Sovieshu dio otro suspiro.

—No pensé que pudieras manejarlo, Rashta.

Rashta cubrió su estómago con las manos y bajó la cabeza.

—Tengo miedo.

—¿Miedo?

Rashta habló en voz baja.

—La Emperatriz me menospreció a mí y al bebé frente a todos. Si ella es tan directa, ¿Qué pasará si la Emperatriz acosa al Príncipe o a la Princesa después…?

Todo lo que quería era consuelo y una promesa de que Sovieshu protegería a su bebé. Debido a las palabras tan duras de la Emperatriz, esperaba que Sovieshu se pusiera de su lado.

Sin embargo, Sovieshu estaba más sorprendido que cualquier otra cosa. Fue porque Rashta llamó al bebé príncipe o princesa.

No solo Sovieshu se sorprendió. Los nobles que escuchaban la conversación se tensaron visiblemente y se miraron entre sí.

Traducido por: Valiz

Si te gustó, Puedes apoyarnos aquí ~  [http://www.paypal.com/paypalme/MangoNovelas ]

Tambien contamos con página de facebook ~ [https://www.facebook.com/MangoNovelas ]

Tambien visítanos en TikTok ~ [https://www.tiktok.com/@mangonovelas ]

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Inicio Detalle del manga