La Súcubo, El Sacerdote y Su Caída En La Lujuria – Novela Capítulo 1

[Traductor: Pryse]

“Diálogos”

‘Pensamientos’

T/N: (nota de traductor)

La Súcubo, el Sacerdote y su Caída en la Lujuria

El comienzo del calor

El Imperio Roxa, una teocracia.

En su capital, Singria, se encontraba el templo Kattel Medialle, establecido desde la fundación del imperio.

Dentro de este dominio sagrado, frecuentado por miles, incluido el Papa Serena, setenta y nueve cardenales, arzobispos de varias regiones, obispos honorarios y sus clérigos.

Un sacerdote famoso era conocido entre los fieles.

Con su cabello cenizo y sus ojos negros sin vida, escondidos bajo gruesas túnicas sacerdotales, este hombre, a pesar de su modesto atuendo, captó la atención de muchas mujeres.

Su nombre era Payne.

“......”

Y ahora, estaba solo en un almacén vacío…frotando en secreto su pene.

"Uf... Ha, ha."

El sudor se enredó en su largo flequillo mientras lo cepillaba hacia atrás y se apoyaba contra una esquina de la pared. Su mano derecha se movió vigorosamente.

Siguiendo sus movimientos, su miembro, jactando una forma obscena, pronto escupió un líquido delgado y blanco y tembló violentamente.

Inexperto y apenas logrando llegar al clímax, Payne se hundió en un breve éxtasis, sus ojos agudos se atenuaron mientras contenía la respiración.

Pero eso fue solo por un momento, ya que un débil golpe en la puerta le hizo levantar la cabeza con fuerza.

"¿Sacerdote Payne…?"

Su apariencia era difícilmente apropiada para dejar entrar a alguien.

Su largo cabello estaba pegado en la parte posterior de su cuello, su atuendo sacerdotal desarreglado y su grande mano llena de la esencia acalorada de su deseo, todo sugería un acto muy privado.

Al darse cuenta de esto, Payne trató apresuradamente de ordenar su ropa exterior, pero la criada, que había escuchado su voz, abrió ligeramente la puerta.

"Sacerdote, vienen los caballeros y... oohh".

La criada de cabello castaño se tapó la boca y sus ojos se abrieron.

Sus ojos estaban cubiertos, pero su miembro, que era tan grande como el antebrazo de una persona promedio, difícilmente podía ocultarse.

Al final, sintiendo la mirada de la criada caer a la parte inferior de su cuerpo, Payne se dió la vuelta apresuradamente, con sus mejillas sonrojadas.

"Por favor, cierra la puerta..."

"Ah, lo siento. Pero los caballeros ya están en camino".

"...terminaré pronto. Por favor, sal de nuevo".

Desafortunadamente, su miembro, como el de una bestia, reaccionó una vez más, haciendo que Payne se estremeciera y gimiera suavemente.

Su apariencia ahora apenas se parecía al de un clérigo. Evidentemente estaba en celo simplemente por estar en el mismo espacio que una mujer.

La criada que vio esto, miró ansiosamente afuera antes de entrar rápidamente y cerrar la puerta detrás de ella.

"¡Por qué, por qué entras de nuevo!"

"Te dije que la gente viene. ¡Tienes que darte prisa!"

"No, pero..."

Trató de protestar, pero una vez más, la criada fue más rápida.

Se acercó a Payne con facilidad, tomó cuidadosamente su muñeca y la movió a un lado.

Este movimiento hizo que su bulto oculto de deseo sobresaliera de forma destacada.

"¡Señorita Sue!"

"Shh, no puedes levantar la voz".

"¡Por favor, no deberías hacer esto!"

"Pero necesitas venirte al menos cinco veces".

"Eso es..."

La criada de cabello castaño, Sue, con ojos naranjas de aspecto inocente, comenzó rápidamente a masturbar el miembro de Payne, que estaba goteando de líquido, hacia arriba y hacia abajo.

Cuando estaba solo, se necesitó un toque implacable para llegar al clímax, pero ahora, cuando fue tocado por otra persona, su miembro gritó y expulsó líquido.

Fue arrastrado por el intenso placer y babeado con líquido que no se sabía si era agua o algo así. Agarró el hombro de Sue y jadeó para respirar.

"Señorita, criada, criada".

"Está bien. Terminaré esto rápidamente para ti".

Como si esta no fuera su primera vez, Sue monitoreó hábilmente los ruidos del exterior y la condición de Payne mientras movía ambas manos.

Su pulgar izquierdo se frotó vigorosamente en la punta que goteaba, mientras que su mano derecha aplicó la presión adecuada al grueso pene y lo balanceó de un lado a otro.

Con sus implacables movimientos, Payne volvió a llegar al clímax en breve.

Mientras se tragaba un gemido de vergüenza y rociaba su líquido en el delantal de Sue, ella usó su mano resbaladiza para seguir estimulando al miembro todavía erecto.

Abrumado por la estimulación continua, Payne jadeó como si pudiera desmayarse. Sacude frenéticamente la cabeza e intenta alejar a Sue.

"Ya es suficiente, ya es suficiente, oh, ya es suficiente..."

"Shh, no llores. Volverá a salir pronto".

"No, no, no..."

Pero una vez más, el líquido estalló. Esta vez, fluyó con naturalidad, goteando débilmente hacia abajo.

Payne tembló, sus muslos musculosos temblaban, y finalmente, se abrochó sobre una rodilla.

"Ha, ha... ugh".

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