La Súcubo, El Sacerdote y Su Caída En La Lujuria – Novela Capítulo 5

[Traductor: Pryse]

“Diálogos”

‘Pensamientos’

T/N: (nota de traductor)

La Súcubo, el Sacerdote y su Caída en la Lujuria

Las succubus son símbolos de seducción y lujuria.

Entran en los sueños de su presa, dispersando feromonas para paralizar sus mentes y sifonar su vitalidad.

Ashtel no fue una excepción. Hasta que conoció a Payne, había atravesado los sueños de varios hombres, consumiendo su fuerza vital. Sin embargo, después de pasar tiempo con Payne, descubrió que no sentía más deseo por ningún otro ser humano.

"Payne es el único para mí".

Su corazón no palpitaba por nadie más; incluso la vista de otros hombres guapos ya no la conmovía como antes. En consecuencia, el día después de escapar de Medialle, Ashtel voló directamente a los sueños de Payne.

Aventurarse en su conciencia mientras estaba dentro de los límites de Medialle, un área llena de poderosa energía divina, era algo que debería haber sido estrictamente prohibido...

¡Echo mucho de menos a Payne!

Para una joven súcubo abrumada por tal anhelo, los tabúes no existían.

"Aún así, permanecer en el sueño durante más de una hora podría ser peligroso".

Para evitar cualquier rastro, se armó con una habilidad de Hella llamada "Hunter's Snare", que podía suprimir la energía espiritual de Payne y mantenerlo dentro del sueño, y el ingenioso "neutralizador de feromonas" de su octava hermana, Carmen, para borrar cualquier signo de su intrusión en el sueño de Payne.

Armada así, Ashtel se infiltró en el sueño de Payne.

".... ¿eh, hola?"

Los sueños reflejan a su soñador. Aquellos contentos y en paz tienen sueños llenos de abundancia, mientras que aquellos oscuros y agobiados crean etapas estériles.

Y el sueño de Payne cayó en la última categoría.

Una llanura desolada se extendía a su alrededor. El cielo era de un gris sin vida, y la tierra estaba inquietantemente árida, sin un soplo de viento.

Payne se quedó allí, severo y solo. Ashtel, sintiéndose algo incómoda, aleteó sus alas de demonio y se colocó frente a él.

"Payne, ¿puedes verme?"

A veces, los que duermen profundamente permanecen disociados incluso en sus sueños. Ashtel agitó su mano frente a él, pensando que Payne podría ser uno de esos. Después de unos cuantos revoloteos de sus largas y densas pestañas, él miró hacia arriba.

Y en el momento en que los ojos de Ashtel se reunieron con los de Payne, preguntó con sorpresa.

"¿...una persona?"

Su mirada la barrió instintivamente.

Su brillante cabello dorado rizado parecía hilado de oro puro, sus ojos muy abiertos e inocentes como los de un conejo, y cubierto sobre su piel de porcelana había un camisón que se parecía a la lencería, algo totalmente inimaginable para que un santo sacerdote se encontrara...

La boca de Payne se abrió ligeramente y se congeló, como si se hubiera convertido en piedra. Ashtel revoloteó a su alrededor, preocupada.

"¿Por qué, qué pasa? ¿Estás herido?"

Preocupada porque lo había sostenido a la fuerza aquí usando herramientas, se puso cada vez más ansiosa.

Mientras Ashtel volaba alrededor de Payne, los destellos de su piel clara escondida bajo el encaje negro hicieron que cerrara los ojos y retrocediera.

"¿Quién eres? Y ese atuendo, ¿qué... dónde está este lugar?"

"¡Ah, hablaste! ¡Soy Ashtel!"

"¿Este es, um, un lugar solo para nosotros dos?"

A medida que los humanos se acostumbran a sus sueños, recuperan sus habilidades cognitivas habituales. Pronto, se daría cuenta de lo absurda que era esta situación. Antes de que eso pudiera suceder, Ashtel necesitaba inyectarse feromonas para nublar su juicio.

Así, se acercó a Payne.

La correa negra con volantes en su hombro se deslizó hacia abajo, y las cintas y el encaje que confinaban su pecho se movían sutilmente con su aliento, mientras que el dobladillo de seda de abajo revoloteaba ligeramente con las feromonas que exudaba.

Cuando una hermosa figura con ropa seductiva se le acercó con una sonrisa cautivadora, los ojos de Payne se abrieron en estado de shock. Justo cuando Ashtel estaba a punto de hablar, la agarró del hombro y la apartó.

No fue doloroso.

Payne la había empujado suavemente, lo más caballerosamente posible sin aplicar mucha fuerza. Sin embargo, al ver su rostro retorcido en algún lugar entre el disgusto y la conmoción, Ashtel se horrorizó.

"No te acerques".

"¿Por qué?!"

"No así... no te acerques a mí en tal estado".

"¡¿Qué?!"

Payne solía ser frío con los adultos, mostrando solo un poco de amabilidad con los niños, y exhibió su característica distanción a todos sin discriminación.

Ashtel no pudo evitar sentirse aturdida por la evidente irritación de Payne hacia ella, que era una gran diferencia de las reacciones habituales que provocaba.

"Normalmente, ¡estarían babeando cuando me acerco!"

"¿Es esto un sueño?"

"Uh, bueno, sí, es un sueño, pero..."

"¿Por qué un sueño así...?"

“¿Qué sueño? ¿No puedes solo mirarme?"

"No te acerques más".

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