La Súcubo, El Sacerdote y Su Caída En La Lujuria – Novela Capítulo 8

[Traductor: Pryse]

“Diálogos”

‘Pensamientos’

T/N: (nota de traductor)

La Súcubo, el Sacerdote y su Caída en la Lujuria

Por lo tanto, parecía probable que Payne todavía estaría en el confesionario en este momento. La forma más rápida de verlo sería ir allí.

Así, Ashtel vagó por las calles desconocidas del reino humano y llegó al gran templo tipo castillo de Katzel Medialle.

"Hermana, ¿has venido a confesarte?"

"¿Hermana? Oh, sí, eso es correcto".

"¿Cómo te llamas, hermana?"

"Uhm... llámame Sue".

Como la mujer humana Sue, Ashtel respondió a la pregunta de la monja mientras caminaban. Tocando suavemente sus mejillas sonrojadas ella preguntó.

"¿Podría confesarme con el padre Payne?"

"¿Con el padre Payne, dijiste?"

"Sí, escuché que también escucha confesiones".

"Sí, eso es correcto. Por favor, ven por aquí".

La expresión de la monja se oscureció un poco.

Ella miró a Ashtel y suspiró como si pensara: ‘Otra como esta…’ Parecía que otras similares a ella podrían haber frecuentado este lugar.

Por los rumores que Ashtel había escuchado mientras estaba aquí, Payne era conocido como el "sacerdote de la pared de hierro", lo que podría explicar la reacción de la monja.

Ashtel, indiferente a la desaprobación de la monja, tarareó un poco y siguió su guía.

Llegando a la cabina confesionaria...

Estaba apretado y oscuro, y lo más importante, no podía ver la cara de la persona de enfrente. El apartado tenía varios agujeros, lo que permitía escuchar voces, pero esto apenas le permitiría distinguir la forma de la persona.

Ella había venido aquí queriendo ver a Payne, y no poder ver ni un pelo en su cabeza era frustrante.

'¿Es esto lo que llaman un confesionario?'

Ashtel estaba lidiando con su decepción cuando de repente escuchó un crujido y un golpe desde el otro lado.

Payne se acercó en silencio y se acomodó en el asiento.

"Que la gracia de Kattel te alcance, hermana".

"Y te llegue a ti".

"Hola, hermana. Por favor, habla con libertad".

Pero esto podría estar bien después de todo, especialmente porque la voz de Payne resultó ser bastante agradable de escuchar.

‘No ver su cara me hace concentrarme más en su voz’.

Su voz era naturalmente suave y profunda.

Cuando Ashtel había sido un pajarito, las amables llamadas de Payne de "ven aquí" la habían emocionado, y se había apresurado a su lado.

Aunque era amabilidad hacia un animal pequeño, se sentía como afecto hacia ella, y eso la había hecho feliz.

Por supuesto, ahora que estaba disfrazada de humana común, la forma de Payne era estrictamente profesional. Así, Ashtel se aclaró la garganta unas cuantas veces y preguntó con cautela.

"Entonces, la confesión se trata de revelar mis pecados, ¿verdad?"

"Los revelas y te tomas tiempo para arrepentirte".

"¿Cuánto necesito revelar?"

"...Eso depende de tu propia conciencia".

Ashtel puso los ojos en blanco.

Pecado. Ella tenía mucho que confesar...

Entre los humanos, y para Katzel, había muchas cosas consideradas pecaminosas, y si estuvieran relacionadas con la lujuria, una súcubos como ella las habría cometido todas.

Pero, ¿cómo podría empezar a confesar esas cosas?

‘¿Debería mencionar que entré en el sueño de un hombre humano hace un mes?’

En ese sueño, Ashtel había sido la hermana del hombre. Su gusto peculiar lo había llevado a disfrutar jugando escenarios familiares con mujeres de fuera de la ciudad.

O había esto:

Pocos días antes de conocer a Payne, había estado en un sueño en el que lo había hecho con varios hombres.

Había dos hombres de aspecto decente balanceando sus penes en su vagina y trasero, y otro hombre de aspecto decente metiéndolo en su boca. Sus caras estaban bien, pero sus cosas no eran tan buenas, así que no eran las "comidas" más memorables que ella había tenido.

Perdida en sus pensamientos, Payne habló suavemente.

"Hermana, si no estás lista, puedes volver en otro momento".

"Oh, no, hablaré ahora".

Al final del día, si había algún pecado que inmediatamente le viniera a la mente, estaba relacionado con la lujuria, así que ella también podría confesarlo.

Decidiendo confesarle a Payne sobre sus pecados relacionados con él, Ashtel comenzó.

"Hace unos días, vi el cuerpo de un hombre".

"Sigo pensando en ello y quiero tocarlo, me está atormentando".

"Lo vi cambiarse de ropa. Su espalda ancha, piel suave y los músculos de abajo..."

"Espera, por favor, espera".

Payne interrumpió abruptamente la confesión de Ashtel.

La voz generalmente monótona de Payne, que podía parecer fría e impersonal, temblaba muy ligeramente, casi imperceptiblemente.

"Si mi género hace que usted se sienta incómoda, podría hacer arreglos para que una monja se haga cargo".

"¿Eh? No, no me siento incómoda".

"Está bien. Preferiría que el Padre siguiera escuchando".

Para Ashtel, tenía que ser Payne; cualquier otra persona no tendría sentido. Ella sacudió la cabeza con decisión.

Desde detrás de la partición, Payne soltó un débil gemido.

"...Entendido. Por favor, continúe".

"Era más musculoso de lo que parece. Normalmente no me concentro en los cuerpos de los hombres, pero no puedo dejar de pensar en su espalda ancha..."

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