Las Flores son Cebo Novela capítulo 130

Las Flores Son Cebo

***

—Nunca me di cuenta, ¡pero eres tan rápido con tus manos!—

Lee-yeon frunció el ceño ante la voz del director Park del Hospital de árboles Solgae, que refunfuñaba a sus espaldas.

Era la primera vez en mucho tiempo desde que había estado fuera de Hwaido. Estaban en un autobús turístico que los llevaría de ida por el puente a Gimhae. Lee-yeon acababa de subir y avanzaba por el estrecho pasillo del autobús. Si no fuera por el director Park, que ya llevaba un rato divagando, el inicio del viaje de negocios habría sido mucho más relajante.

—Como era de esperar, los jóvenes dan miedo, mucho miedo—.

Lee-yeon permaneció en silencio a pesar de la provocación.

—Director Entonces, ¿exactamente a qué juego estás jugando aquí?—

Empujó a Lee-yeon en la espalda y ella miró hacia atrás con asombro. El director Park, vestido con marcas de lujo de pies a cabeza, tomó un gran sorbo de su café de marca. Era simplemente un hombre promedio de mediana edad, excepto que incluso las gafas de sol que llevaba en la nariz tenían un gran logo incrustado cerca de la bisagra.

Lee-yeon lo miró fijamente a la cara en el reflejo de sus lentes negros y dijo rotundamente: —No me toques la espalda—.

—Oh, vamos, déjame participar. ¿Qué hiciste exactamente para que los trabajadores del centro de animales vinieran corriendo al Hospital Spruce? Tú y yo sabemos que Spruce no tiene tantos clientes. Soy yo quien ha estado suministrando café a estas personas, entonces, ¿qué hiciste?—

—...—

“La gente aquí valora demasiado a los nuevos reclutas.”

—¿Hay algo mejor que el aire acondicionado con este calor?—

Lee-yeon se arrojó en un asiento junto a la ventana.

Ella ya estaba perdida. El centro de rescate había aceptado docenas de tazas de café del director Park, pero al mismo tiempo vino y la saludó.

Aparte de esto, temía cómo irían las cosas ese día: Chae-woo era uno de los jueces. Ella estaba sentada deliberadamente lejos de donde él estaría sentado, pero fue inútil.

—Hey hablame. Puede que no sea tan joven como tú, pero todavía puedo sentir cuando pasa algo—, preguntó el director Park desde el asiento detrás de ella, estirando el cuello.

—No pasa nada, Director Park—.

—Oh, vaya, deja de evitar la pregunta. ¡Y tampoco finjas ignorancia…!—

Ella realmente no quería decir nada. Ella no estaba tratando de evitar sus preguntas, pero ¿cómo podía decirle que el hombre con el que vivía se sentaría lejos de ella de mala gana?

Lee-yeon se aclaró la garganta y miró por la ventana, sin tener en cuenta al director. Y sus ojos se dirigieron inmediatamente a alguien que llevaba una fina chaqueta con cremallera. Era casi una cabeza más alto que todos los demás trabajadores de rescate del centro de animales que llevaban la misma chaqueta. Con hombros anchos y rectos y cabello negro azabache, se destacaba fácilmente entre la multitud.

Chae-woo estaba hablando con Dong-mi, asintiendo brevemente con la cabeza con una expresión indiferente en su rostro o frunciendo el ceño.

—Hay un dicho que dice que si te peleas con un familiar tendrás mala suerte, pero yo no lo creo—.

"Uno dos tres CUATRO."Lee-yeon ignoró lo que le decían y comenzó a hacer un recuento de los trabajadores del centro.

En pleno verano, el sol abrasador brillaba ferozmente sin sombras que lo aliviaran. El sol brillaba intensamente sobre el pálido rostro de Chae-woo, llamando la atención de muchas personas.

A diferencia de otras personas cuyos rostros brillaban por el sudor, su rostro era como una camisa con botones bien planchada. Este hombre sin una sola gota de sudor era el más extraño del grupo. Se pasó la lengua por el interior de la mejilla con amargura y trató de contener su creciente ansiedad.

—Director, ¿me está escuchando? ¿Por qué el personal sólo te saluda?—

Cuando todo el personal subió al autobús, rápidamente se volvió ruidoso.

Sus ojos se encontraron con los de Chae-woo mientras él caminaba entre los asientos, con el cuello inclinado. El corazón de Lee-yeon dio un vuelco cuando se quitó la chaqueta como un joven atleta.

Ella respondió al Director Park como si estuviera poseída: —Conozco a alguien aquí—.

—¿Enserio? ¿Quién es? ¿Un líder de equipo? ¿O el director del centro?

Pero Chae-woo pasó junto a ella sin ninguna señal de reconocimiento.

A pesar de que habían acordado fingir que no se conocían antes de salir de casa, su cabeza todavía se quedó en blanco como si hubiera recibido un golpe inesperado. No podía creer que estuviera tan conmocionada por su comportamiento, cuando él era en cuyo abrazo ella se quedaba dormida y en cuyo abrazo se despertaba. En realidad, era algo divertido.

—¿Quién es tu conexión?—

El director Park instó a Lee-yeon a seguir tocando su hombro y, mirando los brazos de Chae-woo y la parte superior de su cabeza asomando por encima del asiento, dijo: —No lo sé—.

—¿Qué? ¿Qué tipo de respuesta es esa?—

Durante todo el viaje en autobús a la montaña, Chae-woo no miró a Lee-yeon ni una sola vez.

[Traducción: Lenka_con_L]

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