Las Flores son Cebo Novela capítulo 17

Capítulo 17

Lee-yeon estalló en una risa. Hoy es un día no diferente de cualquier otro. Como siempre, todo estará bien.

Porque hacía tiempo que había olvidado su cumpleaños.

Cuando Choo-ja pisó por primera vez el segundo piso, había mirado alrededor de la casa tan meticulosamente como un agente de bienes raíces. Al ver la estructura ordenada y los muebles lujosos, había extendido un bolígrafo y dejado una marca de 'Mucho dinero'.

Escuché que va al baño - dijo Lee-yeon.

¿Mientras duerme? ¿Como sonambulismo?

Sí.

¡Oh, Dios mío! Qué tipo tan raro.

Una vez, Lee-yeon fue a verlo sin pensarlo mucho, pero cuando vio a Kwon Chae-woo de pie en la oscuridad, casi tuvo un ataque al corazón.

Mira su piel clara - cuando Choo-ja trató de extender la mano, Lee-yeon inmediatamente la agarró del brazo.

Podría despertarse.

No lo hará, ya intenté sacudirlo y no despertó - Choo-ja insistió.

Pero aun así ... - Lee-yeon desvió su mirada y dio un paso atrás desde la cama.

El alboroto que continuó durante unos días, ahora era borroso como si todo hubiera sido un sueño. No puedo creer que haya recuperado mi vida pacífica. Lee-yeon miró al hombre que yacía como los muertos, con una cara tranquila que rara vez veía.

Por favor, ella oró. Por favor, simplemente duerme así.

Por cierto, ¿leíste el periódico? ¿Recuerdas la escuela primaria a la que asistimos antes? El director se metió en un gran problema. Hay un rumor que dice que el patio de recreo se convirtió en un páramo debido a la construcción de la escuela - Choo-ja de repente dejó de hablar y miró a Lee-yeon.

No lo hiciste, ¿verdad? - Lee-yeon se rascó la mejilla. Choo-ja abrió mucho los ojos.

¿Lo reportaste al periódico? - preguntó Choo-ja.

Quiero decir ...

¡¿No quieres hacer tu trabajo?! ¡¿No te dije que nos ganamos la vida administrando clientes?!

Lee-yeon salió del segundo piso sin decir una palabra. Podía escuchar a Choo-ja gritándole mientras bajaba las escaleras, pero no había nada que pudiera hacer al respecto.

¿Tienes siquiera un cerebro?

Lee-yeon se esforzó por no sonreír. No es solo el director quien abusaba de los árboles y los usaba solo con fines ornamentales. El mundo que valora a los árboles más que a los humanos nunca llegará, Lee-yeon lo sabía, por eso no fue un problema para ella.

Entonces Lee-yeon, hasta pronto. El frío repentino la hizo temblar. Había pasado una semana desde que el hombre se despertó. Kwon Chae-woo podría haber esperado el resultado de no dormir juntos.

* * *

¡Esto es una locura! - Lee-yeon, que comió la tierra en la raíz del árbol, apretó los dientes. Abruptamente se quitó el sombrero de paja con una mirada sombría en su rostro y fue directamente al restaurante.

¡Señor!

¡Bienvenido! ¡Ah, tú! ¡Por favor, vete! - el hombre frunció el ceño tan pronto como vio a Lee-yeon.

¿Estás tratando de matarlos de nuevo?

No sé de qué estás hablando - el hombre golpeó bruscamente a Lee-yeon en el hombro y la sacó por la puerta. Ella, sin embargo, se aferró a la puerta, negándose a irse.

La última vez, pusiste herbicida en el timbre y lo mataste...

Si sigues interrumpiendo mi negocio, tendré que llamar a la policía.

Esta vez, vertiste agua de mar, ¿no? - todavía podía saborear la salinidad.

Los clientes comenzaron a murmurar, viéndolos pelear. La cara del hombre se puso roja. Esta molesta perra está arruinando mi negocio.

Pensé que era extraño que el árbol de ginkgo siguiera marchitándose.

¡Nunca te llamé! ¡Esto no es asunto tuyo!

El hombre empujó a Lee-yeon fuera del restaurante. Entrecerró los ojos hacia ella. Pero para Lee-yeon, sus ojos preocupados y temblorosos eran ridículamente fáciles de leer.

Tu hospital quebró porque sigues husmeando de casa en casa así, sin preocuparte por tus propios asuntos. ¿Sabes eso?

Lo sé.

¡Si lo sabes, entonces deja de hacer lo mismo! - escupió en el suelo.

Todos en el pueblo conocen a So Lee-yeon, la directora del Spruce Tree Hospital. Recientemente, se hizo aún más conocida por su notoriedad cuando se publicó el artículo sobre el director de la escuela primaria sobre la construcción de la escuela. Muchos residentes fueron engañados por su rostro inocente que contradecía su personalidad.

Esta médico del árbol no se molesta en entender las circunstancias de las personas. Solo se apresura a salvar los árboles y la gente pensó que estaba loca.

Solo cállate y vete, ¿de acuerdo? - dijo el dueño del restaurante - Tengo el derecho de hacer lo que quiera con mi árbol que está en mi propiedad ¡y nunca llamare a su hospital para pedir ayuda! ¡Deja de ser una molestia y vete! ¡Estás cruzando la línea!

Entonces, ¿quién lo hará?

¿Qué?

Si no soy yo, ¿quién ayuda a ese árbol de ginkgo? - Lee-yeon señaló el árbol moribundo - Sé que estás tratando de deshacerte de esto porque está cubriendo el letrero del restaurante.

La cara del hombre se puso rígida.

Todas las mañanas, rocías agua de mar, pelas la corteza del árbol y aplicas aceite usado para matarla. Le inyecta insecticida en el dosel y lo corta con una motosierra - su voz tembló - ¿Qué pasará con ellos si dejo de preocuparme? Incluso si no parecen diferentes de un poste de luz a los ojos de las personas, ¡estos son seres vivos! ¡Una vez que han echado sus raíces, merecen vivir! - los sentimientos incómodos que Lee-yeon había reprimido desde la mañana llevaron a un arrebato emocional.

¿Quién eres tú para matar estos árboles? ¿Qué te da ese derecho? ¿Qué te han hecho? - se sentía enferma hasta la médula. Le recordó la mano pequeña y temblorosa que sostenía el lápiz y los papeles de reflexión que estaban apilados tan altos como su altura.

No es justo que se usen y tiren así.

El hombre estaba enojado por la terquedad infantil, pero cuando vio los ojos rojos de la mujer, de repente no pudo respirar por alguna razón.

¿Quieres escuchar algo aterrador? - dijo Lee-yeon - Incluso después de que mueras, los árboles vivirán.

Vivirán a través de los siglos. Lee-yeon apretó los dientes y contuvo sus lágrimas.

Traducción: Hanhan