Como fuera la cosa, Lee Suhyeok siempre era el número uno.
Seoha odiaba escuchar eso.
Porque significaba que, no importaba cuánto se esforzara, nunca podría vencer a Lee Suhyeok.
“Ya verás. Esta vez, yo seré la número 1”
Sin embargo, aunque estudiara toda la noche sin dormir,
no importaba cuánto luchara, no podía vencer a Lee Suhyeok.
Con la rabia ardiendo en su interior, Seoha ideó un método extremo…
“Me gustas”.
“……”
“¿Quieres salir conmigo?”
Si sus habilidades no funcionaban, usaría cualquier otro método. No le importó si la llamaban tramposa.
“Te dije que por cada vez que lo hiciéramos, me equivocaría en una pregunta.”
“No… basta… quiero parar…”
“¿Sí? Entonces supongo que esta vez tampoco serás la primera”.
“Ah…”
Ante esas palabras de Suhyeok de que esta vez tampoco lograría ser la primera, la mano con la que Seoha intentaba apartarlo se detuvo en el aire. Al ver su reacción, Lee Suhyeok sonrió y se pasó la mano por el cabello.
“Si mi Seoha quiere ser la número uno, tendrás que esforzarte más”.