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Me Encanta Destruir La Trama De Los Mundos – Novela Capítulo 101

Capítulo de novela - 73 párrafos

Después de ser arrastrado al mundo dentro de la estrella violeta sin su consentimiento, la ira de Hei Anjing casi estalló. Realmente no tenía recuerdos sobre ese hombre llamado An Liang, pero según los datos que obtuvo antes, sabía que ese hombre era un amigo cercano de su esposo y el segundo al mando del Sistema del Inframundo.

En resumen, mientras su esposo se encontraba actualmente en un estado desconocido, ese hombre llamado An Liang estaba actuando como su sustituto. Solo ver las notables ojeras bajo sus ojos era prueba suficiente. Esa persona estaba sobrecargada de trabajo.

Pero a él no le importaba p. Solo quería golpearlo hasta dejarlo medio muerto para mostrarle su enojo.

Cuando su alma se sincronizó con su nuevo recipiente, escuchó las palabras que salieron de su boca.

—Me gustas. Incluso si no te gusto, no me casaré con Laohu

Estas fueron las palabras que salieron de su boca justo cuando Hei Anjing despertó en su nuevo cuerpo.

Una voz le respondió.

—No me gustas y nunca lo harás. ¡No eres digno!

Cuando su vista se recuperó por completo, Hei Anjing finalmente vio su entorno. Vio a dos hombres frente a él con expresiones frías y molestas en sus rostros. Había un claro disgusto en sus ojos. El cuerpo del original estaba hablando con un hombre alto de cabello negro azabache e iris dorados cuando él tomó el control. Este hombre estaba desnudo de la cintura hacia arriba y solo llevaba unos pantalones cortos hechos de piel.

El hombre de cabello azabache tenía hombros poderosos sobre un abdomen musculoso con abdominales marcados. Bíceps de gladiador y músculos de hierro, pero a pesar de eso, su cuerpo no era voluminoso, sino que tenía una proporción perfecta de músculos en todo su cuerpo. Sus rasgos eran feroces y deslumbrantes. Era un hombre muy varonil que podía esparcir sus feromonas solo con estar de pie.

En ese momento, este hombre lo miraba con repulsión en sus ojos felinos áureos. Detrás de él había un hombre con cabello corto color bronce y ojos del mismo tono que lo miraba con una mirada burlona, como si lo que acababa de escuchar fuera la broma más patética de la historia.

El hombre de cabello negro giró la cabeza para mirar al tipo detrás de él y dijo:

—Laohu, escuchaste sus tonterías. ¿Puedes quitar a esta hembra tuya de mi vista? ¡Es repugnante! —dijo con un tono de desagrado en su voz.

Laohu respondió con un claro desprecio en la voz:

—¡Aunque lo digas! No es mi hembra, ya que aún no hemos hecho la ceremonia de apareamiento. ¡No lo llames mi hembra! ¡Porque no lo merece! ¡Basura inútil!

Al escuchar tales burlas evidentes en sus oídos, a pesar de que no era el original, la ira previa de Hei Anjing volvió a arder. Aún no se había liberado de su mal humor y tenía que escuchar ese tipo de cosas. Siempre había tenido mal genio, pero aun así intentaba con todas sus fuerzas reprimir su irritación.

Aunque intentó reprimir su intención asesina, lo que ya se había extendido por unos segundos fue claramente percibido. Como resultado, aquellos que eran más vigilantes ante el peligro giraron sus cabezas para mirarlo con seriedad, incluso ese hombre de cabello negro lo miró con una mirada evaluadora.

Como uno de los dos que estaba cerca de él, ese hombre claramente sintió ese instante de sed de sangre proveniente de la hembra bestia frente a él.

Pero dado que la intención asesina fue reprimida al instante, los que no estaban cerca de Hei Anjing pensaron que se habían confundido. Pero solo Laohu y el hombre de cabello negro sintieron claramente ese peligro que emanaba de él en ese momento. Por eso lo miraban de forma extraña, con la guardia en alto.

Hei Anjing, cuya expresión se volvió más fría e imperturbable, observó a la audiencia. Las personas en el área estaban en su mayoría desnudas de la cintura hacia arriba y solo usaban pantalones cortos o camisas hechas de piel de animal. Solo con juzgar su ropa, Hei Anjing comprendió que probablemente había entrado en un mundo primitivo. Entre la multitud, sus ojos se fijaron en el más débil de todos.

Vio a un hombre con cabello color cervatillo y ojos rosados. Para él, ese hombre se sentía como un conejo. Lo que le llamó la atención fue que, entre todos, solo este joven de aspecto débil vestía ropa normal. Una camiseta y pantalones cortos. Anjing hizo su movimiento y caminó hacia ese hombre con pasos elegantes y gráciles.

Los otros varones no pudieron evitar mirar sus piernas blancas y delgadas y su trasero redondeado que se movía con cada paso. No pudieron evitar soltar un suspiro de asombro. El hombre de cabello negro, en cambio, frunció el ceño.

De pie ante el joven de aspecto débil con cabello color cervatillo, Hei Anjing lo miró desde arriba y habló.

Usando su dedo índice derecho para levantarle el mentón.

—Dime. ¿Cómo se puede romper un compromiso? —preguntó Hei Anjing, su voz tenía un tono seductor.

El hombre de cabello cervatillo primero se estremeció al ver los ojos helados de Hei Anjing, pero al ver el gesto evidentemente moderno, su miedo desapareció temporalmente.

—Hay tres formas: Primero, que el líder de la tribu cancele el compromiso. Segundo, que el hombre bestia lo disuelva. Y por último, si la hembra bestia derrota al macho, lo cual demuestra su indignidad —respondió el hombre.

Después de escuchar lo que quería, Hei Anjing retiró su dedo del mentón del hombre y lo limpió en sus pantalones cortos de piel. Ya no volvió a mirar al hombre mientras regresaba al centro donde estaban los otros dos.

—Te salvaré una vez a cambio de esta deuda. Ven a mí si deseas redimirla —dijo Anjing mientras se alejaba con gracia felina.

El hombre de cabello cervatillo se sonrojó completamente mientras asentía aturdido. Nadie sabía qué estaba pasando por su pequeña mente. Pero hubo algunas hembras que se sintieron envidiosas de él por lo que Hei Anjing había hecho. Esta vez, cuando Hei Anjing regresó para enfrentarse a los dos hombres, ignoró por completo al de cabello negro y centró su mirada en el hombre llamado Laohu.

Miró a Laohu con ojos indiferentes

—¿Escuchaste bien? Como no quiero casarme, conviértete en mi saco de boxeo —dijo Hei Anjing mientras sus ojos celestes se volvían feroces y peligrosos.

De repente saltó sobre el hombre llamado Laohu y lo atacó. Al ver a Hei Anjing iniciar el ataque, el hombre de cabello negro se apartó del centro, dejando el campo libre para los dos. Laohu fue tomado por sorpresa y solo pudo levantar los brazos para bloquear el puñetazo que se dirigía a su cara.

Al principio se sobresaltó, cuando ese pequeño puño hizo contacto con sus brazos, sintió la fuerza impresionante que provenía del cuerpo pequeño de la hembra. Casi no pudo bloquearlo y tuvo que usar ambas manos para evitar caer hacia atrás. A pesar de sus intentos por bloquear, aún retrocedió varios pasos por la fuerza del golpe.

Laohu levantó la cabeza y miró a la hembra bestia frente a él con incredulidad. La hembra frente a él se veía tranquila e inexpresiva. El aumento repentino de fuerza no pudo ser soportado por su cuerpo delgado, ya que su brazo derecho se dislocó después de ese ataque. Ahora colgaba flojamente del hombro de la hembra bestia.

Claramente algo así debería ser extremadamente doloroso, pero la hembra frente a él permanecía impasible ante su brazo dislocado. Incluso lo observaron usar su mano izquierda para recolocar su hombro derecho. Click. ¡Click! Se podían escuchar los sonidos de los huesos encajando. Todos no pudieron evitar mirar a esta extraña hembra bestia, que permanecía calmada incluso con el dolor de acomodarse los huesos.

Ni siquiera vieron que sus cejas blancas se movieran al volver a colocar su hombro.

Hei Anjing, después de recolocar su hombro dislocado, miró su mano y comprobó si funcionaba correctamente. Abriendo y cerrando los dedos, verificó si había reconectado bien el brazo.

—Este cuerpo es realmente débil. Debería terminar esto rápido —murmuró Hei Anjing en silencio, pero todos eran hombres bestia y pudieron oír su susurro.

Aquellos que intuitivamente podían sentir el peligro proveniente de Hei Anjing no pudieron evitar comenzar a temblar cuando esos ojos color cielo se posaron sobre ellos. Laohu estaba especialmente asustado; su expresión se volvió sombría y seria mientras miraba a su supuesto prometido.

Laohu preguntó incrédulo:

—Xuebao. ¿Estuviste ocultando tu fuerza todo este tiempo solo porque eres una mujer?

Hei Anjing hizo oídos sordos y en cambio le dio una sonrisa maliciosa. Luego continuó aumentando su velocidad mientras lanzaba puñetazos y patadas a Laohu. Este último estaba completamente a la defensiva ya que la velocidad de Hei Anjing era mayor que la suya. Pero la fuerza de esos golpes era sólida, dejando moretones en sus brazos y cuerpo.

En ese momento, Laohu ya no pudo contener su irritación. De repente se transformó en su forma de bestia: un enorme tigre. El tigre tenía ojos ámbar resplandecientes. Miró a Hei Anjing con fiereza. Era tan grande que proyectaba una sombra sobre Hei Anjing. Su pelaje era una mezcla de fuego y carbón, y su cuerpo musculoso se veía tan poderoso como orgulloso y sin miedo frente a Hei Anjing.

El tigre tenía una cabeza grande y pesada. De repente rugió y gruñó, mostrando su presencia aterradora, pero Hei Anjing lo miró con indiferencia. Al ver semejante tigre, Hei Anjing mostró un breve instante de asombro que se convirtió inmediatamente en una sonrisa comprensiva. Observó a Laohu en su forma de bestia agitar la cola antes de lanzarse hacia él.

Antes de que Laohu pudiera atraparlo, Hei Anjing saltó hacia un lado con gracia y se transformó en su propia forma de bestia: un hermoso leopardo de las nieves. Su tamaño era solo la mitad del enorme tigre. Su pelaje era suave y exquisito como la nieve. Blanco puro, brillando bajo la luz del sol con un patrón de rosetas oscuras. Las manchas significaban el color de la noche.

Sus ojos felinos eran seductores con el color del cielo y el mar. Ese leopardo sonrió mientras su velocidad se duplicaba respecto al original. Aquellos que no estaban entrenados para el combate ni siquiera podían seguir sus movimientos. En cada uno de sus saltos, una profunda herida aparecía en el cuerpo del tigre.

Incluso cuando el tigre hacía lo posible por esquivar, la diferencia de fuerza y velocidad era abrumadora. Para acomodar el alma de Hei Anjing, el recipiente que tenía ahora había sido mejorado a su punto máximo para igualar esa alma. Ahora tenía la fuerza para matar incluso a un dinosaurio adulto en tal cuerpo. En esta pelea, Hei Anjing claramente solo estaba jugando con su fuerza.

Usaba solo el nivel mínimo y trataba a Laohu como su preciado saco de boxeo.

Tomó una hora entera de golpes antes de que Laohu regresara a su forma humana. Al volver, se podían ver innumerables heridas, rasguños y cortes por todo su cuerpo. Se veía espantoso con todas esas lesiones. Estaba sin aliento y sin fuerzas, tirado de espaldas en el suelo, luciendo tan frágil.

Mientras tanto, el leopardo de las nieves estaba impoluto, sin suciedad ni sangre, solo sus garras blancas empapadas en carmesí por haber atacado a Laohu.

El público no podía creer que su segundo guerrero más fuerte hubiera sido derrotado por la infame y despreciada mujer bestia de su tribu. La pelea ni siquiera tomó horas y el que perdió fue inesperadamente Laohu. Un hombre bestia contra una mujer bestia. Esta batalla ya era lo suficientemente inesperada, y el resultado aún más sorprendente.

Vieron al leopardo de las nieves saltar sobre Laohu y transformarse en humano justo antes de caer directamente sobre el pecho de Laohu. Hei Anjing se sentó directamente sobre su pecho con una sonrisa maliciosa en su encantador rostro. Estaba un poco sin aliento y obviamente debilitado, pero la alegría y emoción en sus ojos azules resultaban tentadoras.

Esta mujer bestia no solo era extremadamente hermosa, sino que tenía una fuerza que no le envidiaba nada a los guerreros de la tribu. Ahora miraban a esta flor blanca inmaculada como si fuera un ser inalcanzable.

Hei Anjing miró con desdén al rostro pálido de Laohu bajo él. Lo que no sabía era que alguien estaba extremadamente molesto con su posición actual.

—Te he derrotado. ¿Qué tal si te rindes? Ya que no hay manera en el infierno de que me case con alguien más débil que yo. ¡Perdedor! Acepta la derrota —dijo Hei Anjing con tono burlón.

Pero el arrogante Laohu se negó a aceptar la derrota. Esa mujer era suya. No había forma de que aceptara una pérdida y perdiera su compromiso con ella.

—¡No! ¡No te rechazaré! Quiero casarme contigo —respondió Laohu.

La sonrisa de Hei Anjing se desvaneció al oír eso. Incluso el hombre de cabello negro que observaba desde un lado tuvo un cambio repentino en su aura, que se volvió fría al escuchar las palabras de Laohu.

—Pensé que habías dicho que yo no merezco nada. ¡Que soy una basura inútil! —respondió fríamente Hei Anjing mientras sus ojos se volvían cada vez más feroces con cada palabra.

Laohu quedó sin palabras al escuchar a Hei Anjing. Recordaba perfectamente haber dicho esas palabras unas horas atrás. Pero se negaba a admitir la derrota; quería a esa mujer incluso si eso le costaba la vida.

Ver a Laohu negarse a aceptar la derrota hizo que Hei Anjing perdiera su última pizca de autocontrol. Su ira ya no podía contenerse.

—Veo que has decidido no rechazarme entonces...

Observaron cómo Hei Anjing alzaba la mano derecha mostrando sus garras ensangrentadas. Esta vez, en esas iris color aguamarina había emociones de rabia, crueldad y ferocidad.

La voz de Hei Anjing resonó en el área:

—Mientras tú mueras no habrá ningún matrimonio, ya que el supuesto novio será considerado muerto, ¿Verdad~?

Los ojos de Laohu se abrieron con horror y terror. Vio la intención asesina en los ojos del seductor hombre frente a él. Solo había crueldad pura y frialdad feroz en esos ojos azules. Esa mujer bestia realmente tenía la intención de quitarle la vida en ese momento. Sintió la muerte acercarse a él más que nunca. Sabía que estaría muerto en cuanto ese brazo blanco de jade descendiera.

Un solo momento de arrepentimiento apareció en los ojos ámbar de Laohu.

Ah, no debería haber dicho esas palabras. Pensó Laohu al borde de la muerte.

Traducido por: Valiz

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