Nunca Quise Tener Un Hijo Suyo Novela capítulo 32

—…bastardo.

Su rostro elegante bajo la sombrilla apareció en su mente, alimentando su ira. Sin embargo, no podía negar que su rostro era exquisito.

Incluso en el día nublado, su rostro pálido estaba vivo. Su cabello dorado y radiante estaba alborotado por el viento y sus labios ligeramente resecos eran irresistiblemente arrogantes.

La molestia se apoderó de ella, junto con la certeza de que no podía escapar de ese lugar.

Era como si no pudiera dejarla morir incluso cuando ella lo intentaba, y ahora parecía como si estuviera actuando decepcionado porque ella no murió.

“¿Qué es lo que realmente quiere?”

Era una orden real tener un hijo. Tal vez consideraba que el niño era un grillete para impedir que ella escapara. Era una posición que podía rechazar y, más que nada, no era deseada por su parte, pero aceptó la orden.

¿Cuál podría ser su debilidad ante la familia real? ¿Por qué no podía enfrentarse a la familia real directamente?

Varias preguntas confundían su mente. Un sinfín de preguntas se acumulaban, pero no había respuestas.

Emilia ahora estaba confundida sobre lo que él quería de ella. Una cosa era segura: por alguna razón, la odiaba. No parecía ser solo por sus diferentes facciones.

Si él hubiera tomado la iniciativa de destruir a su familia y la hubiera amenazado, su odio habría sido más fácil de entender, sin preguntas. Pero eso solo no fue suficiente.

Para ella, Mikhail von Heinrich era nada menos que un enemigo, pero ¿Por qué?

“De todos modos, ¿Qué importa el motivo?”

No era necesario que alguien tuviera una razón para no agradarle a otra persona. Incluso si ella supiera la razón por la que no le agradaba, no tenía intención de cambiarla. No había ninguna razón para mejorar las cosas entre ellos.

Quizás sería mejor que siguieran odiándose y resintiéndose a la distancia como lo hacían ahora. Podría ser peor si se enamoraran como cualquier otra pareja... no habría infierno como ese.

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—Hubo un momento de consciencia, pero luego se volvió a dormir.

La mano de Mikhail, que estaba examinando los documentos, se detuvo. Su concentración en el trabajo se vio interrumpida al instante y se le formó una arruga en la frente.

—Cartoon.

—Sí, Su Gracia.

—¿Pregunté por esa mujer?

El único sonido que resonaba débilmente en la oficina era el de los papeles revolviendo.

No apartó la mirada de los documentos.

—…no preguntó.

—Pero ¿Por qué mencionar algo que ni siquiera pregunté?

—Pido disculpas. Me excedí.

Mikhail asintió levemente y continuó leyendo los documentos.

—Parece que las exigencias de la familia real están aumentando.

—No tengo intención de escuchar, así que no te preocupes.

—No podemos seguir ignorándolo, ¿No? La fecha de la boda también ha sido anunciada.

—No importa. No me interesa si se celebra en cualquier lugar, en cualquier momento y quién asista. Solo hay que informarles que lo hagan de forma sencilla y que lo finalicen rápidamente.

—Además, con Lady Dahlia enviando su respuesta como le plazca, ¿Qué deberíamos hacer con la recepción a la que asistirá Madam, mi señor?

—¿Tengo que explicar personalmente cada pequeño detalle?

—El lugar al que Lady Dahlia respondió es una familia leal. Incluso durante la época del rey Konrad, apoyaron firmemente al segundo príncipe.

Si ella anunciaba su asistencia y luego no iba, seguramente causaría una fricción innecesaria.

—Bueno, eso es conveniente. Si dejamos que otros se ocupen de nuestros asuntos, ella sabrá lo que sucederá.

—Entonces no haré nada. ¿Su Gracia la acompañará?

Mikhail inclinó la cabeza ligeramente mientras miraba a Kartho.

—Bueno, no estoy seguro.

Tenía curiosidad por saber cómo se deformaría ese lindo rostro. ¿Sería incómodo ir acompañado? ¿Sería incómodo ir solo?

Una sonrisa tiró de las comisuras de la boca de Mikhail.

—Dicen que hay que podar las rosas cuando se marchitan. Pero si no se hace bien, las ramas se van secando y muriendo.

Hubo varias razones para ello. Podría ser que hubiera demasiada humedad o que el agua fuera demasiado escasa. También podría deberse a la transferencia de bacterias por no desinfectar las tijeras.

Las rosas requieren mucho cuidado a pesar de su belleza.

Sin embargo, algunas no mueren y brotan nuevos tallos.

Esperaba que ella no muriera y que resistiera, de esa manera, ella experimentaría la desesperación que él había soportado durante tanto tiempo.

—Lleguemos tarde.

No estaría de más sembrar la expectativa de que podría convertirse en una aliada.

Había que arrancar la flor cuando estaba floreciendo hermosamente, porque entonces la tristeza y la desesperación también aumentarían. Así que esperaba que no se marchitara, sino que sus pétalos florecieran aún más.

Continuaría marchitándose, floreciendo y no muriendo hasta el día en que todas las personas que estaban a su lado desaparecieran y ella se quedara sola.

Sólo después del día en que ya no quedaran expectativas ni esperanzas, finalmente obtendría la libertad que tanto había deseado.

Traducido por: Valiz

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