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Nunca Quise Tener Un Hijo Suyo Novela capítulo 56

—Si no asiste, lo descubrirán pronto porque los asientos están asignados. Ignorar la invitación no será una buena idea para nadie.

—Preferiría ir con la señorita.

—Dahlia no puede ir.

—…entonces, ¿Puedo fingir que estoy enferma?

—¿Una persona enferma asistiría a la fiesta del Conde Ablio?

No había forma de escapar. A Emilia no le desagradaba la ópera; de hecho, disfrutaba del arte y la literatura. Simplemente le frustraba tener que ir con la peor compañía posible.

—No pensaba que hubiera una opción.

Su apetito desapareció.

Perdió las palabras ante su actitud, como si todo fuera tan obvio. Sus declaraciones siempre superaban las expectativas, dejándola atónita.

¿Cómo podía alguien ser tan consistentemente desafortunado?

Emilia sonrió levemente, tomando un sorbo de vino tinto.

—Lo dudo.

—Terminemos la comida. Yo me iré primero. Parece que perdí el apetito por culpa de alguien.

—Tiene un estómago delicado.

—Sí, me cuesta comer con personas que no me agradan.

Emilia se levantó de su asiento.

—Parece que la maestra de etiqueta de la familia Loren no era excelente.

Dahlia habló mientras metía un trozo de carne en la boca.

—Parece que hermana necesita reaprender a esconder las emociones. No debe ser fácil para hermano.

—Tal vez ambos aprendieron de la misma persona. Son bastante similares.

Debe ser difícil ser igualmente desafortunado. Cada vez que él hablaba, parecía pinchar los sentimientos de las personas. No quería quedarse allí por más tiempo y salió rápidamente del comedor.

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—¿Señora, está bien?

—Creo que algo le han añadido.

Dell giró los ojos mientras observaba a Emilia, quien seguía vomitando a pesar de varios intentos sin mejora.

—¿Llamo al doctor?

—Está bien. Debo mejorar en un momento.

Sin embargo, incluso después de tomar un medicamento digestivo, no sirvió de nada.

—Su complexión no se ve nada bien. Esto podría convertirse en un gran problema…

Bueno, eso no sería tan malo.

Emilia sonrió levemente a Dell.

—Señora, no quiere asistir a la fiesta, ¿Verdad?

—Si Dell lo piensa, probablemente los demás también lo vean igual.

—Preferiría que no fuera si se siente así.

Jaja. Emilia soltó una risa mientras tomaba té caliente. Sintiendo incomodidad y amargura, colocó un paño tibio sobre su estómago.

La habitación, que había estado fría después de encender la chimenea para contrarrestar el clima fresco, ahora se sentía cálida. Dell sudaba, pero no lo mostró.

—Tengo que ir a la ópera aunque realmente no quiero.

—Es la primera vez que el Duque va a la ópera. De hecho, nunca ha hecho nada más que trabajar.

—Es típico.

—De hecho, incluso los sirvientes probablemente piensan lo mismo. El Duque es tan perfecto.

—De verdad. Dell, ten cuidado también. No escuches las peticiones de la sirvienta del anexo.

—Ah… hoy, una de las sirvientas de la casa principal fue castigada y expulsada por hacer esa solicitud.

—Ya atrapó a la rata.

—¿Qué?

—Olvídalo. Hablar contigo parece haber aliviado un poco mi estómago.

—El efecto del medicamento probablemente esté haciendo efecto. Por favor, descanse.

Dell levantó la manta, limpiando el sudor frío que Emilia había derramado con un pañuelo.

—Señora, necesita mantenerse saludable.

Emilia sonrió ante sus palabras.

≫ ────•◦ ✦ ◦•──── ≪

Afortunadamente, después de una buena noche de sueño, Emilia se sintió mucho mejor cuando despertó.

Resultó que el día antes de la fiesta también era el día de la presentación de la ópera. Emilia terminó de vestirse y miró al espejo.

Recogió su cabello trenzado y lo colocó en un recogido, insertando horquillas de perla aquí y allá para hacerlo elegante sin ser demasiado extravagante. El simple vestido verde con bordado dorado se veía encantador.

Se puso guantes largos de satén y no olvidó llevar un abanico.

—Hoy el clima está bonito, así que podría ser buena idea llevar un parasol.

—Pasaremos por el Parque Epfora en el camino, así que caminaremos.

—Es un poco estrecho y complejo para que una carreta pueda navegar.

El Parque Epfora tenía espacios escondidos donde las parejas solían reunirse. Además, los senderos estrechos lo hacían adecuado para caminar.

A lo largo del largo lago, a veces los botes flotaban en los días soleados.

—Si el Marqués Kerren envió una invitación a la ópera, debe ser sin duda el Teatro Chatelet.

—¿Te gusta la ópera?

—Simplemente la admiro. ¿Cómo podría no ver una ópera? Solo iría a un pequeño teatro a ver actores amateurs.

—Te contaré todo cuando regrese.

—¿De verdad?

—Sí, si mis impresiones son suficientes.

—Escucharlo me hará feliz. Incluso disfrutar de la actuación de los amateurs fue encantador, pero si son actores profesionales, la señora seguramente se enamorará profundamente del encanto de la ópera, ¿No?

—Dell, realmente parece que amas la ópera.

—¡Además, la actriz más famosa de Bartsch, Clouet, está interpretando el papel principal femenino esta temporada!

Dell habló con entusiasmo sobre la ópera, compartiendo detalles de su profundo interés. Emilia escuchaba en silencio las historias de Dell.

—Es una obra basada en la historia de Romeo y Julieta. Será verdaderamente magnífica.

De todas las cosas...

Aunque era una obra maestra, no se sentía complacida.

De alguna manera, la intención detrás de dar la invitación no parece tan pura.

Traducido por: Valiz

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