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Renací Como Una Chica Dragón Con Un Sistema- Novela capítulo 23

Capítulo 23 - Trabajando en equipo con los humanos, segunda parte

Después de un tira y afloja, Kana finalmente le dio a Cecilie la mitad de su último conejo asado. Sólo porque ya estaba llena y no quería desperdiciar nada de comida.

—Ustedes dos se han hecho muy amigas. —dijo Renne mientras se sentaba junto a Cecilie.

—¿Quién podría ser amigo de un apestoso humano? Solo le di mi comida porque yo ya estaba satisfecha. —protestó Kana. No le gustaban los humanos. Sólo se llevaba bien con ellos para cumplir su parte del trato. Quería su caña de pescar, anzuelos, bolsa y ropa de cama.

—¡Quién es amigo de este lagarto! —Cecilie cruzó los brazos sobre el pecho y se apartó de Kana. Al ver esto, todos se quedaron boquiabiertos, ya que no hacía más que unos segundos que estaban charlando alegremente.

—Está bien, como quieras. Vamos a levantar el campamento. Kana, ¿verdad? ¿Te importa si acampamos aquí? —preguntó Thane.

—Está bien, pero haganlo un poco más lejos de mí. No quiero que el olor de los humanos me arruine el sueño. —respondió Kana mientras se alejaba un poco más de Cecilie.

—Puedes dormir sin preocupaciones Kana, si hacen un movimiento sobre ti, te despertaré. —respondió Lysairth. Como no era más que un alma, no necesitaba dormir y podía sentir cualquier presencia hostil a su alrededor. Así que Kana podría dormir con estos cinco humanos sin ningún peligro.

—Mmm... Gracias, Lysairth. Ya empezaba a sentirme cansada. Um... Lysairth... ¿Crees que podemos confiar en ellos? —preguntó Kana. Creía que confiar en Cecilie estaba bien, pero notaba cierta indiferencia hacia ella por parte de los demás. Así que incluso no confiaría en Cecilie del todo.

—Nunca se puede confiar plenamente en un humano. Pero por lo que veo, Cecilie no parece albergar ningún tipo de resentimiento. En cuanto al resto, yo los vigilaría de cerca. Pero aun así, ten cuidado también con Cecilie. —Lysairth no se fiaba de los humanos, no después de lo que le había pasado. Se podría decir que los odiaba, pero no tenía problemas en utilizarlos cuando necesitaba algo. Como ahora, cuando Kana estaba consiguiendo algunas cosas que necesitaba para ayudar a los aventureros.

A la mañana siguiente, la luz brillaba mientras Kana se despertaba lentamente. Estiró las patas delanteras y luego las traseras antes de echar un vistazo a su alrededor. Parecía que todos los humanos dormían excepto Cecilie. Estaba ocupada agitando una daga corta a poca distancia. Kana se acercó a ella y la vio agitar la daga.

—Creía que usabas un arco.

—¿Hmm? —Cecilie se quedó helada y se giró para ver a Kana sentada mirándola. Al ver que no era nadie más, siguió practicando sus balanceos— Sí, es mi arma principal, pero si voy a estar sola después de esta búsqueda, necesito recuperar mis habilidades con una daga. Hace mucho que no practico mis golpes. Si no supiera luchar al menos con una arma como esta, estaría muerta muy rápido.

—Ya veo ¿Por qué haces un trabajo que puede costarte la vida? —preguntó Kana con curiosidad. Se preguntaba qué clase de vida tenía Cecilie. Por alguna razón, podía ver un poco de sí misma en los ojos de Cecilie.

—Porque no tengo otra opción. —dijo Cecilie, dejando de practicar y acercándose para sentarse junto a Kana. Echó un vistazo al campo de sus compañeras, después de no ver ningún movimiento, continuó— Verás, yo no tengo familia. Fueron asesinados por un noble que se había enamorado de mi madre, o al menos eso he averiguado. Entonces yo tenía doce años. Ese noble envió a sus hombres a mi casa para llevarse a mi madre. Mis padres me escondieron en una trampilla bajo el entarimado, que se utilizaba para almacenar alimentos.

»Oí discutir y a mi madre gritar. El olor a hierro llenó rápidamente mi nariz. Luego oí a uno de los hombres que vinieron decir algo así como que primero jugarían con ella. Lo que oí a continuación fue algo que desearía no haber oído nunca. Después, aquellos hombres se rieron mientras salían de mi casa y le prendían fuego. Mientras las llamas se extendían rápidamente, no tuve más remedio que salir del lugar donde me escondía e intentar escapar. Pero cuando corrí a la habitación delantera. Encontré el cuerpo sin cabeza de mi padre tendido en un charco de sangre. Mis lágrimas que ya fluían fluyeron aún más. Intenté arrastrar el cuerpo de mi padre fuera de la casa muchas veces, pero estaba demasiado débil para moverlo.

»Las llamas crecían demasiado y me obligaron a salir corriendo del edificio en llamas. No tengo ni idea de si mi madre está viva. Lo único que sé por toda la información que he reunido hasta ahora es que fue un noble quien se la llevó. Su razón fue porque se enamoró de ella. A veces desearía no ser humana; entonces podría...»

—¿Cecilie? —Una voz llegó desde atrás, interrumpiendo a Cecilie. Las dos se giraron para ver a Renne de pie junto al fuego, mirando a su alrededor.

Kana volvió a mirar a Cecilie y le hizo una simple pregunta:—¿Odias a los humanos?

Cecilie miró a Kana y sonrió de verdad por primera vez en mucho tiempo:—Si pudiera, los mataría a todos. —Le dio una palmadita en la cabeza a Kana antes de levantarse y caminar hacia donde estaba Renne.

Kana se quedó pensativa durante un rato. Sabía que los humanos eran repugnantes. Eran codiciosos y egoístas. Sólo se preocupaban de sí mismos. Cecilie pensaba igual que ella. Excepto que Cecilie era capaz de ganarse la vida como aventurera en este mundo. Kana se preguntó si ella hubiera hecho lo mismo si hubiese nacido como humana en este mundo. No estaba segura. Pero tenía la certeza de que utilizaría su vida para ganarse la comida a diario, igual que como hacía en su vida pasada. Había una diferencia entre ella y Cecilie, este mundo tenía un gremio de aventureros para personas humanas mientras que para Kana no había nada como eso. Por eso, sufría mucho más. Kana suspiró mientras susurraba.

—Ella es como yo...

[Traducido por: Yves  ૮ ˙Ⱉ˙ ა ]

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