Renací Como Una Chica Dragón Con Un Sistema- Novela capítulo 40

—¡En fila!—Gritó el hombre de armadura que se encontraba sentado sobre su caballo de barda negra—¡Atención, capturaremos al dragón! ¡Háganle el menor daño posible! Nuestra información dice que este dragón tiene el estado de un recién nacido. También hay una chica humana que debemos capturar viva.

Otro hombre, que parecía ser el general principal de toda la división de treinta mil hombres, levantó la mano en el aire antes de gritar: —Magos, Arqueros ¡Fuego a discreción!

En ese momento, los magos y los arqueros no sabían qué hacer. Acababa de decir que debían capturar vivos al dragón y a la muchacha, pero ahora les pedían que los bombardearan con ataques a distancia. ¿Qué pasaría si mataban accidentalmente a uno de ellos o a los dos? Para empezar, la idea de tener a tantos hombres aquí parecía demasiado exagerada. En este momento, muchos de ellos estaban teniendo dudas. La idea de matar accidentalmente a uno de los objetivos y ser culpados por ello les hizo vacilar. Nadie quería perder la cabeza por un accidente cuando sólo cumplían órdenes.

—¡Qué demonios están esperando, fuego! —Gritó enfadado el hombre de la armadura completa tras ver como miles de magos y arqueros se mantenian indecisos a la hora de atacar.

Pero su indecisión pronto sería algo de lo que se arrepentirían. Una luz blanca y brillante brilló sobre ellos. Cada uno de los hombres miró al cielo y vio formarse un intrincado círculo mágico. Ni uno solo sabía si se trataba de un ataque enemigo o de un ataque aliado, ya que se trataba de un ejército mezclado que se había unido en el último segundo. Debido a esto, ni una sola persona fue a defenderse, y antes de que supieran lo que realmente estaba pasando, llovió el caos.

Las flechas de luz cayeron sobre los soldados, matándolos en masa. El pánico y el caos desataron la confusión en todo el ejército. Cecilie, que seguía junto a la cueva, se maravillaba de su propio logro con su nueva habilidad llamada lluvia infernal.

—¡Kana, tu turno!

Cecilie y Kana decidieron atacar, por lo que Cecilie utilizó su nuevo movimiento definitivo solo para empezar. Los resultados de este nuevo movimiento fueron mucho mejores de lo que nunca hubiera imaginado.

—¡Al ataque! —Kana avanzó, esquivando entre los árboles hasta llegar a la primera línea del ejército.

Debido a la situación detrás de ellos, la primera línea ni siquiera miraba a Kana. Así que pudo atacar fácilmente. Un chorro de llamas salió disparado de su boca, extendiéndose en arco e incendiando todo lo que tocaba. Los soldados con armaduras pesadas gritaron de dolor mientras eran literalmente cocinados por las llamas. Ni siquiera los que tenían magia de agua pudieron hacer nada, ya que la llama de Kana no era una llama corriente.

—¿¡Qué están haciendo!? ¡Vuelvan a form- aaah! ¡Caliente! ¡Ahhh!— El hombre que estaba sentado en lo alto de su caballo de escamas negras estaba completamente envuelto en llamas, al igual que el resto de sus hombres.

Un mar de fuego se extendió sobre ellos, el fuego de Kana consumía al ejército rápidamente.

—Kana, extiende aún más las llamas —le ordenó Lysairth. Kana hizo lo que le decían y balanceó la cabeza hacia delante y hacia atrás, extendiendo aún más las llamas hasta encender absolutamente todo a su paso.

La batalla acababa de empezar, y sólo con dos ataques habían diezmado buena parte de las fuerzas de los humanos. Pero esto era sólo porque todos ellos eran un desastre desde el principio. Tenían tantos hombres y una sola persona dirigiéndolos, y dicho líder acababa de ser incinerado por Kana. Ahora, sin capacidad para reorganizarse, la mayor parte de la retaguardia ya estaba huyendo, viendo la devastación que tenían delante. Este era el problema de utilizar ciudadanos normales como soldados y aventureros, ellos no arriesgarían sus vidas aunque el dinero fuera realmente bueno a menos que supieran que podían ganar.

Ahora mismo, lo que quedaba del ejército era solo la primera línea del personal militar de Walter Lambfield, y estaban completamente arrasados.

Kana volvió rápidamente hacia donde estaba Cecilie y observó la carnicería que habían creado. Cecilie miraba asombrada lo que habían hecho: —Ummm... Creo que podríamos haber ganado...

—Eso espero...— Kana ya no quería lidiar con aquellos humanos. En todo caso, quería que se fueran y la dejaran en paz. Sólo quería subir de nivel y conseguir hechizos geniales, pero estos humanos se lo impedían. Incluso ahora, ni siquiera estaba ganando experiencia, ya que estaba atascada en el nivel 10 y no podía evolucionar todavía. Ni siquiera había tenido la oportunidad de ver sus opciones de evolución.

Parecía que la suerte estaba de su lado, y la guerra anticlimática que debería haber sucedido terminó con una completa desorganización del ejército masivo teniendo la mayoría de ellos en retirada, mientras que otros miles perdieron la vida. Los que quedaron se vieron atrapados entre arriesgar sus vidas o huir. Afortunadamente, todos decidieron huir. El mar de llamas y carne quemada fue suficiente para disuadirles de intentar continuar la misión.

Kana y Cecilie observaron atentamente la situación hasta que las llamas de Kana finalmente se apagaron y el humo se disipó. Sólo entonces respiraron aliviadas al ver que no venía nadie más. Incluso Lysairth dejó escapar un suspiro de alivio, pero aún así sabía que no era el momento de celebrarlo.

—Kana, parece que esta vez hemos tenido suerte, pero puede que la próxima no la tengamos tanto. Deberíamos aprovechar esta oportunidad para abandonar estos bosques y este país.

[Traducido por: Yves  ૮ ˙Ⱉ˙ ა ]

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