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Renací Como Una Chica Dragón Con Un Sistema- Novela capítulo 46

—Si bien es cierto que no todo el mundo viene con malas intenciones; también es bueno mantener la guardia alta contra aquellos que no conoces bien. —Cecilie se acercó, uniéndose a la conversación.

La princesa Tilia se incorporó y sonrió—. Ya lo sé. Ahora mismo, sólo hay dos personas en las que puedo confiar plenamente, y están delante de mí.

—¿Oh? ¿Y Pepelt?—preguntó Kana.

—Pepelt es digno de confianza, quiero decir de otra manera, yo no habría confiado en él para llevarme al Reino Rural. Pero él todavía me trata como una princesa. Alguien a quien sólo respeta y muestra preocupación porque ostenta un título. No lo veo como una persona de plena confianza, a diferencia de ustedes dos, que me han tratado como a una persona normal. —Explicó la princesa Tilia.

—Ya veo. Me sorprende bastante que confíes fácilmente en nosotras. —A Cecilie le parecía que la princesa Tilia confiaba en la gente con demasiada facilidad. —En cualquier caso, mientras estés con nosotras, puedo prometerte que haremos todo lo posible por protegerte.

Kana miró a la princesa Tilia como si intentara decidir algo—Lysairth, ¿qué piensas de Tilia?

—Es difícil de decir. Es joven e ingenua, pero eso también la hace digna de confianza. Por ahora, digo que es digna de confianza. Si fuera mayor que Cecilie, no confiaría en ella en lo más mínimo. Pero aún no está en edad de casarse, por eso no había dicho nada en contra de ayudarla. —Lysarith sabía que las cosas no siempre eran así. Los hijos de los nobles empiezan a parecerse a sus padres desde una edad temprana. Si los padres son buenos, los hijos serán buenos. Si sus padres son malos, serán malos. Pero para alguien como la princesa Tilia, su situación es diferente, ya que no es criada por sus padres, sino por las criadas que le han sido asignadas.

—Entonces la ayudaré todo lo que pueda—. Decidió Kana. La princesa Tilia le caía bien; era alguien con quien se llevaba bien. Al igual que Cecilie, se sentía cómoda a su lado.

—Si deseas ayudarla, entonces debes tener cuidado. Debemos entrar en el Reino Rural justo antes de la noche de luna llena. En ese momento, nadie podrá molestarte. Sólo entonces podrás comenzar realmente tu crecimiento para volverte fuerte y lanzar hechizos 'geniales'. Así que Kana, asegúrate de anteponer tu vida a la de los demás. —Lysairth estaba realmente preocupada. Kana parecía ser de las que nunca dejan atrás a los que ve como amigos, sin preocuparse por su propia vida. Aunque Lysairth respetaba este aspecto de Kana, también le desagradaba. Kana era probablemente la última de su especie. Si moría, no quedaría nadie que mantuviera a la raza dragón.

—Mmm —Kana asintió sin pensárselo mucho. Ella, por supuesto, no quería perder su propia vida, pero también era alguien que no podía abandonar a sus amigos. Kana dio una patada con los pies, deslizando su cuerpo un poco más fuera de la parte trasera del vagón.

—Kana, cuidado que te vas a acabar cayendo si nos...— Cecilie fue a advertir a Kana, pero ya era demasiado tarde. El vagón chocó contra una roca saliente y Kana salió despedida por la parte trasera, aterrizando de bruces antes de detenerse por completo.

—¡Ahh! ¡Kana! —Gritó la princesa Tilia mientras saltaba de la parte trasera de la carreta. El vagón chocó de nuevo contra una roca, haciéndola perder el equilibrio y salir volando por la parte trasera. Dio una maravillosa voltereta y rodó varias veces antes de detenerse. Tenía los brazos y las piernas extendidos y estaba tumbada boca abajo, sin moverse.

Cecilie no sabía si reír o llorar ante la situación. Pero de una cosa estaba segura. —¡Pepelt, cabrón, para el maldito carro y aprende a conducir!—

Pepelt, que estaba distraído mientras conducía después de oír cómo la princesa Tilia no confiaba plenamente en él, volvió en sí al oír a Cecilie gritarle. —¿¡Qué!? ¿Qué ha pasado?

—¡Tú eres lo que ha pasado! ¿No sabes cómo evitar las grandes rocas? Has mandado a volar a Kana y a Tilia.—gritó Cecilie mientras saltaba de la parte trasera del carro para ver si las dos estaban bien.

Kana estornudó varias veces, con el hocico lleno de tierra y polvo. Se levantó lentamente y sacudió el cuerpo. —¡Qué susto!—

—Kana, ¿estás bien? gritó Cecilie mientras corría hacia ella.

—¡Mmm! Sí, estoy bien. Pero, ¿por qué está Tilia tumbada así?—. Preguntó Kana al ver que Tilia también estaba de bruces en la carretera.

—¡Juro que las dos son tan parecidas! —Cecilie dejó escapar un suspiro mientras se acercaba a Tilia. Le dio la vuelta con cuidado, y era evidente que Tilia se había dado un buen golpe. Tenía la cara llena de tierra y arañazos.

—¡Princesa! ¿Quién te ha podido hacer esto? —Pepelt se acercó corriendo e iba a empujar a Cecilie lejos de Tilia cuando Celie se levantó y le dio una patada en el pecho, haciéndole caer de culo.

—¡El que le hizo esto fuiste tú!

[Traducido por: Yves  ૮ ˙Ⱉ˙ ა ]

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