Renací Como Una Chica Dragón Con Un Sistema- Novela capítulo 48

La onda expansiva del ataque envió una oleada de energía que desgarró el suelo, lanzando rocas y tierra en todas direcciones. Kana clavó las garras en el suelo y agarró a Cecilie, que salió despedida hacia atrás por la onda de energía de la explosión. Incluso envolvió a Cecilie con la cola para intentar protegerla. Un aire caliente y vaporoso pasó junto a las tres chicas cuando el ataque mágico finalmente amainó. El polvo comenzó a asentarse lentamente, revelando un gran cráter de unos metros de profundidad. Algunas partes del suelo aún brillaban en rojo y humeaban, mostrando lo peligroso que había sido aquel ataque.

—¿Qué demonios ha sido eso?— Kana miró atónita el lugar donde una vez estuvieron parados. No podía imaginarse escapando de un ataque así.

—Juicio Divino... La iglesia quiere matar a Tilia. Kana, ¡tenemos que irnos rápido! —Cecilie agarró la pata de Kana y tiró de ella mientras se alejaba de la zona de destrucción. Kana sujetaba con fuerza a la princesa Tilia en la espalda mientras seguía corriendo.

***⚔***

—Su santidad...— Un hombre con armadura se acercó al hombre de la túnica blanca.

—¿Habéis encontrado al conejo? —Preguntó el hombre de la túnica blanca.

—No, su santidad. No sabemos qué medios utilizó para escapar, pero pudo liberarse de nuestras ataduras y desapareció —Dijo tembloroso el hombre de la armadura. Tenía mucho miedo del hombre de la túnica blanca.

—Usted y sus hombres recibirán su castigo cuando regresemos. Por ahora, podemos decir que la Princesa está muerta públicamente. Así, si está viva, le será más difícil armar un escándalo. Este mundo no es un lugar para otras razas. La raza humana dominará a todos esos engendros del demonio. —dijo el hombre de la túnica blanca fríamente mientras miraba el cráter que tenía delante. El viento agitaba su túnica blanca. Tras una larga mirada a la destrucción, se dio la vuelta y se alejó. El hombre de la armadura le siguió rápidamente.

—¿Por qué hay tantos baches? ¿Kana?— La princesa Tilia se despertó lentamente al ser zarandeada.

—¡Tilia, por fin estás despierta! Te juro que nunca he visto a nadie que pudiera dormir con tanta facilidad! —se quejó Kana mientras seguía corriendo. No tenían tiempo para detenerse en ese momento. Sólo podían seguir corriendo con todo lo que tenían.

—¿Eh? ¿Qué ha pasado?

—Tilia, ¿sabes si la iglesia quiere matarte? Nos atacaron e incluso usaron el Juicio Divino. —explicó Cecilie.

—¿Qué? —Todo el cuerpo de la princesa Tilia temblaba de miedo. Había oído hablar de ese hechizo y de cómo si más de un sacerdote lo lanzaba, podrían acabar con todo un reino con facilidad. Esta es una de las razones por las que la Teocracia Yuthia fue capaz de mantener su posición en este continente.

—Por ahora, aguanta Tilia, tenemos que cruzar la frontera lo antes posible —Dijo Kana mientras aceleraba el paso.

—Aunque ya no siento esa presencia, deberías seguir adelante. A su velocidad actual, las dos deberíais llegar a la frontera por la mañana. —Lysairth se sorprendió al ver la destrucción que los humanos podían hacer ahora. Ese hechizo por sí solo podría matar fácilmente a un dragón o dos. Que los humanos tuvieran a una persona tan horripilante de su lado no era nada bueno.

—Mmm... Yo también quiero irme de aquí cuanto antes. —Kana estaba totalmente de acuerdo con lo que decía Lysairth.

Las chicas siguieron corriendo hacia la frontera del Reino Rural durante toda la noche. No fue hasta el amanecer cuando por fin vislumbraron el muro fronterizo.

—Cecilie, ¿alguna idea de cómo pasar la frontera? Si intentamos cruzar de la forma normal, acabaremos siendo atrapadas al instante. —preguntó Kana.

—Para serte totalmente sincera, Kana, no estoy segura. Si aún estuviéramos en el carro, podríamos pasar fácilmente el control fronterizo, pero ahora no. He estado pensando por qué la iglesia atacaría así, y debe ser por Tilia. Tilia, ¿mencionaste a alguien tus planes de ir al Reino Rural? —Cecilie sabía que para que Tilia pudiera salir del castillo, debía haber pedido ayuda a alguien. Esta ayuda le permitió llegar hasta las ciudades fronterizas donde se encontró con Pepelt.

—¿Tilia?— Kana gritó. Estaba empezando a preocuparse por lo callada que estaba Tilia.

—¿Eh? Ahh… Lo siento... Sólo estaba pensando que no importa qué, voy a tener que hablar con el rey bestia. Y espero que Pepelt esté bien...— La princesa Tilia empezó a darse cuenta de que para cambiar las cosas, puede que necesite su título de princesa después de todo.

—Tilia, ¿hablaste con alguien sobre tus planes de avisar al Reino Rural? —volvió a preguntar Cecilie.

—Sólo con la persona más cercana en la que confiaba plenamente, mi doncella personal.

[Traducido por: Yves  ૮ ˙Ⱉ˙ ა ]

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