Renací Como Una Chica Dragón Con Un Sistema- Novela capítulo 5

Capítulo 5 - Templo antiguo, segunda parte

Por supuesto, el valor de Kana sólo le alcanzó para llegar hasta las majestuosas puertas del templo.

— ¿Este templo no es demasiado grande? Quiero decir, sé que soy pequeña, pero ¿por qué este templo es tan enorme?

Kana no se equivocaba al creer eso. La entrada era al menos decenas de veces más alta que el humano más alto. Pero lo que hacía que Kana se sintiera aún más insegura a la hora de entrar en el templo eran todas las figuras talladas que había en las columnas del templo que rodeaban las puertas e incluso en las mismas paredes. En ellas había talladas diferentes tipos de criaturas que Kana nunca había visto antes. Su conocimiento era muy limitado, pero podía afirmar que lo más probable es que no fueran nada que viviera en el planeta tierra.

— Vamos, Kana, aún tienes que hacerlo aunque este lugar parezca espeluznante —se animó a sí misma mientras daba un paso adelante y se adentraba en la oscuridad más allá de las puertas del templo. Justo cuando todo su cuerpo estaba dentro, la habitación se iluminó de repente con una luz azul espeluznante que hizo que Kana temblara de pies a cabeza— ¡Al diablo con esto! Prefiero arriesgarme y caer al fondo del abismo.

Kana se dio la vuelta rápidamente e intentó volver corriendo por la puerta, sólo para chocar contra una especie de pared invisible.

— Pequeña, parece que sueles hablar sola.

Una tranquila voz femenina surgió de la nada, haciendo que Kana volviera a temblar de pies a cabeza, su cuerpo entero empezó a sudar de miedo y predeciblemente empezó a temblar.

— Fan-fanta…¡Fantasma!  —gritó Kana. Todo su cuerpo temblaba mientras se hacía un ovillo, haciendo todo lo posible por taparse los ojos con la cola.

— ¡Pequeña, no tienes por qué estar tan asustada! —aquella presencia femenina se sintió apenada al ver lo asustada que estaba Kana.

— ¡No me comas! ¡No tengo buen sabor! Mi pequeño cuerpo de lagarto es fibroso ¡Te daré ardor de estómago! ¡Incluso me han metido una piedra en el trasero! ¡Incluso ahora, acabo de orinar un poco! No querrás comerte un lagarto que se hace pis encima, ¿verdad? Tendría un sabor asqueroso —gritó Kana con la esperanza de salvar su vida. No le importaba lo vergonzosas y degradantes que fueran sus palabras. Siguió divagando hasta que la voz femenina no pudo más.

— ¿¡Quieres dejarlo ya!? No pienso hacerte daño ni comerte —Gritó la voz femenina. Su voz sonó como un trueno, haciendo que Kana dejara de hablar al instante. Sus pequeños ojos de lagartija tenían lágrimas mientras se asomaba por detrás de su cola.

— ¿En serio? —preguntó Kana al ver por fin la figura de quién le hablaba. Delante de ella había una hermosa mujer con una larga cola y cuernos que sobresalían de su cabeza. Pero aparte de estos dos rasgos, parecía humana. Sus cuernos eran negros como la noche, al igual que las escamas de su cola y tenía un hermoso pelo negro que le llegaba a la cintura. Lo único de otro color era su vestido blanco, lo suficientemente largo como para cubrirle los pies, y su piel blanca como la nieve. Era absolutamente hermosa. Kana levantó la cabeza y miró a la mujer hasta que se dio cuenta de algo importante. El cuerpo de la mujer era semitransparente, fue entonces que volvió a entrar en pánico:— ¡Aah! ¡Un fantasma!

— ¡Ya para con eso! En serio, ¿cuánto miedo le tienes a los fantasmas? ¿Alguna vez has visto un fantasma antes? —La hermosa mujer gritó mientras se agarraba la cabeza, jamás había pasado por una situación similar, incluso cuando estaba viva.

— No, no lo he visto…—respondió Kana con sinceridad.

— ¿Entonces cómo sabes que todos los fantasmas son seres aterradores que van por ahí comiendo cosas? —preguntó la bella mujer con una voz mucho más suave. Esto hizo que Kana se animara a mirarla una vez más. No importaba cuánto la observara, no había nada en ella que la hiciera parecer una especie de fantasma aterrador que había venido a comérsela.

— Lo siento…—Kana bajó la cabeza en señal de disculpa, pero seguía creyendo que debía ser cautelosa con la mujer. Esta actitud la había adoptado debido a las múltiples malas experiencias en su vida pasada. Cuando Kana era solo una huérfana indefensa conoció a una mujer que fue muy buena y amistosa con ella pero solo porque pretendía venderla a un viejo repugnante. Había oído por casualidad a la mujer hablando por teléfono y una vez que escuchó que pretendía venderla, rápidamente se escapó.

— No necesitas disculparte, niña. Me llamo Lysairt, sé que mi forma puede asustarte, pero juro por la diosa dragón Rilneas que nunca te haré daño. De hecho, deseo ayudarte. Verás... Es triste decir que puede que seas la última de nuestra especie —La expresión de Lysairt se volvió solemne mientras hablaba y al pensar en la extinción total de su especie se le llenaron los ojos de lágrimas.

— ¿Qué quieres decir con ¨nuestra especie¨? No me parezco en nada a ti. Sólo soy un pequeño lagarto de alas rojas —Kana sabía que no tenía rasgos humanos, no se parecía en nada a la mujer que tenía enfrente.

— Eso es porque aún eres joven. Pero debo preguntarte por qué sigues pensando que eres un lagarto. No eres una lagartija, sino una cría de dragón, querida.

[Traducido por: Yves  ૮ ˙Ⱉ˙ ა ]

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