Renací Como Una Chica Dragón Con Un Sistema- Novela capítulo 53

—¿Eh? ¿Qué tiene que ver que yo sea virgen? —Creige frunció el ceño mientras miraba a su amigo de toda la vida—. Escucha, no has dejado de traer a chicas del burdel que se desnudan tan pronto como están a solas conmigo. ¿Por qué demonios querría salir con una fulana? Ni hablar de meterme en la cama con ellas, ni siquiera les echaría un vistazo a sus asquerosos cuerpos. Quiero decir, ¡incluso me obligaste a tener una cita con una de ellas, era casi igual que un cerdito! ¡Ni siquiera tenía forma humanoide! ¡Sin mencionar que sudaba y apestaba tanto que casi vomito! ¡Me costó todo lo que tenía no decirle nada grosero!

—¡Eso fue grosero! Peggy era una chica muy dulce. ¡Ahora está traumatizada porque no pediste más que carne de cerdo del menú! Quiero decir, ¿quién demonios pide seis raciones de bacon cuando está en una cita con alguien de la raza porcina? Corrían rumores de que acabarías cocinando a la pobre chica —Baldswin deseaba saber qué demonios pasaba por la cabeza de su amigo.

—Se me antojó tocino por alguna maldita razón… El punto es que ¡Me enviaste a una cita con un cerdo! De todas formas, deja de intentar tenderme una trampa. No quiero a ninguna chica que sólo piense en intentar atarse a mí. Además, ya sabes que los de mi clase no son bien recibidos en muchos sitios. —Creige sacudió la cabeza y volvió a mirar el horno antes de fruncir el ceño—¡Maldita sea! Este era mi último trozo de acero frío.

—¡Ahh! No tienes remedio —Baldswin se frotó la cabeza de frustración por su amigo de tanto tiempo—. Espera, ¿a dónde vas?

—Se me acabó el acero frío; tengo que ir a por más —Creige respondió mientras salía de la trastienda y recogía su chaqueta—. Vigila la tienda por mí. Volveré en unos días.

— ¡Bien! ¡Por eso sigues siendo virgen! —Baldswin escupió al suelo antes de ir a colocarse detrás del mostrador.

—Baldswin, ya has dicho lo mismo dos veces. Quizá deberías pensar más en tu mujer en lugar de si es que yo estoy echando un polvo o no. De todos modos, volveré dentro de unos días, no dejes que nadie intente convencerte de que bajes los precios. Si encuentro que falta un solo cobre, te haré soltarlo.

—¡Ya largate! —Baldswin vio a Creige salir de la tienda y dejó escapar un suspiro—. Crees que no eres lo suficientemente bueno para ninguna de estas chicas sólo porque eres de raza demoníaca... ¿Cuándo aprenderás que a nadie le importa eso aquí, en Martillo de Piedra... Pero espera... ¿De dónde demonios va a sacar acero frío? ¡Todo es administrado por el rey!

***⚔***

En la víspera del segundo día, tras llegar al Reino Rural, Kana y su grupo llegaron al borde de la cordillera.

—Kana, un poco más arriba hay una cueva abandonada. Aunque parece que la temperatura es mucho más fría que aquí abajo. Pero será el lugar perfecto para tu evolución —Lysairth había estado buscando el lugar perfecto para que Kana evolucionara de forma segura desde que entraron en el bosque—. Sugiero que Cecilie y la humana se queden abajo. Las temperaturas de ahí arriba no son algo que puedan soportar, mientras que al ser un dragón, el frío no te afecta.

—De acuerdo, gracias por avisarme —Kana se alegró de tener a Lysairth a su lado para informarle de estas cosas. Kana se giró y miró a Cecilie y a la princesa Tilia:—Hay una Cueva en lo alto de la montaña que será perfecta para mi evolución. Pero es mejor que ustedes dos no vengan, ya que las temperaturas son extremadamente bajas. Incluso podrían morir congeladas.

—¿Estás segura? Si pasa algo...— Cecilie estaba muy preocupada. No quería dejar que Kana atravesara sola su evolución— ¿Y si intentamos buscar un nuevo lugar?

—Ya es demasiado tarde. Cecilie, estaré bien. Te veré por la mañana, ¿vale? —Kana se levantó sobre las piernas y abrazó a Cecilie. Sentía que era agradable tener a alguien que se preocupara por ella.

—De acuerdo, aquí estaremos. Por favor, ten cuidado...— Cecilie acarició la cabeza de Kana.

Kana agitó la cola antes de darse la vuelta y saludar con la cabeza a la princesa Tilia para luego correr montaña arriba, clavando las garras en el acantilado para empezar a trepar. Con una pata sobre la otra, pasó casi una hora trepando por la ladera de la montaña hasta que por fin llegó al saliente donde estaba la cueva. Kana miró la cueva que tenía delante y pensó que no parecía hecha de forma natural.

—Lysairth, ¿esta cueva está hecha a mano?

—Desde luego que lo parece. Pero no parece que nadie haya estado aquí en años. Debería ser segura. —Lysairth solo podía esperar que estuviera en lo cierto.

—De acuerdo, bloquearé la cueva con algo de nieve. Por si acaso. —Kana empezó a recoger la nieve de alrededor y la empujó hacia la entrada. Con la cantidad de nieve que había en el suelo, tenía mucha con la que trabajar. Se aseguró de poner suficiente dentro para terminar el hueco de la entrada cuando terminara.

—Kana, no puedes bloquearla del todo, tienes que permitir que entre la luz de la luna. Elegí esta cueva no sólo porque parecía segura, sino porque la luna brillará en su interior toda la noche. Lo mejor es no bloquear la entrada totalmente.

[Traducido por: Yves  ૮ ˙Ⱉ˙ ა ]

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