Renací Como Una Chica Dragón Con Un Sistema- Novela capítulo 61

Reino del Martillo de Piedra

Creige entró en su tienda con muchas cosas en la cabeza. Ahora que había conseguido su frío acero y estaba de vuelta. Las imágenes de la niña que dejó atrás aparecieron en su mente.

—¿Debería haberme quedado a ayudarla? —No pudo evitar preguntarse si había hecho bien en volver a casa, dejándola sola. Normalmente sólo le preocuparía crear sus armas, pero ahora... Estaba perdido. No estaba seguro de si estaba preocupado por ella debido a sus instintos demoníacos o si era porque estaban casados. Una cosa era segura: no permitiría que su esposa sufriera ningún daño.

Creige se rascó la cabeza con frustración—Debería terminar esa espada... Espera... ¿Y si...? —Una idea vino a su mente, y una sonrisa se dibujó en su rostro. —Usaré ese mineral celestial y le haré un arma...—Como no quería que su nueva esposa sufriera ningún daño, fabricarle un arma para protegerse era una idea excelente.

—¡Creige! —gritó Baldswin al entrar en la tienda. Una chica impresionantemente hermosa le seguía.

Esta chica era de la tribu de los lobos. Su hermoso cabello plateado, que le llegaba hasta la mitad de la espalda, ondeaba al caminar. Sus ojos azul cielo recordaban a un cálido día de verano. Cuando se mezclaban con su hermoso rostro, su piel blanca como la nieve y un cuerpo que a cualquier hombre le encantaría tocar, su aspecto era tan encantador que algunos pensarían que era un súcubo mítico.

—¡Eh, Creige! —Baldswin se acercó y golpeó a Creige en la cabeza, interrumpiendo sus pensamientos. —Cabrón, ¿por qué demonios sonríes?

—No tiene nada que ver contigo, Baldswin. Ahora, si me disculpas, tengo un trabajo muy importante del que ocuparme —Creige quería empezar a trabajar lo antes posible en el arma de su chica. Cuanto antes se la entregara, mejor. Quería garantizar su seguridad tanto como fuera posible. Sabía que sólo por haberle colocado un marcador que le permitiera teletransportarse hasta ella en cualquier momento, siempre existía la posibilidad de que la mataran en un instante. Pero con un arma hecha de mineral celestial del mismo cielo, ella podría resistir cualquier ataque el tiempo suficiente para que él llegara.

—¡Tú! ¡Joder! Date la vuelta ahora mismo y mira a quién te he traído. —Baldswin agarró el brazo de Creige, obligándole a darse la vuelta, y señaló a la chica lobo que tenía detrás. —Creige, sé que no prestas atención a nada dentro de la capital excepto a tus armas, pero esta chica de aquí es la belleza número uno de todo Martillo de Piedra, y me preguntó específicamente si podía conocerte.

La chica lobo se sonrojó al dar un paso adelante, extendiendo la mano para estrechar la de Creige mientras se presentaba: —Me llamo Filina. Es un placer conocerte por fin.

Creige miró la mano extendida frente a él y frunció el ceño. Sólo miró a la chica antes de darse la vuelta y alejarse, dejando a Filina y Baldswin de pie mirando su espalda que se alejaba. Baldswin dejó escapar un suspiro sabiendo que esto iba a suceder. Se volvió para decirle a Filina que lo olvidara, pero antes de que pudiera decir nada, ella dio un pisotón y echó a correr tras Creige.

—¡Mierda, esto no será bueno!

Filina no sabía cómo era Creige en realidad e irrumpió directamente en la forja—¿¡No estás siendo algo grosero!? No hay hombre vivo que no quiera estar conmigo, y yo vengo ofreciéndome a ti, ¿y tú me ignoras? ¿Te estás haciendo el difícil?

—Fuera…—Creige pronunció dos palabras sin volverse siquiera a mirarla mientras se dirigía a una gran caja fuerte que había en un rincón de la forja.

—¿¡Tú!? ¿¡Me dices que me vaya!? ¡Ja! ¡No me iré hasta que prometas casarte conmigo! —gritó Filina de repente. Ya les había dicho a todas sus amigas que iba a casarse con el chico más guapo de todo Martillo de Piedra. Ella, como la chica más guapa del reino, podría conseguir fácilmente al tío más bueno. Pero ahora que él estaba frente a ella, se estaba avergonzando a diestra y siniestra. Primero la ignora y luego le dice que se vaya. ¡Cómo podía soportar algo así! Ningún chico la había tratado así antes.

—Lo diré una vez más. He dicho que te vayas. Si no te vas, te echaré a la fuerza. —Creige dio una advertencia más mientras sacaba un mineral cristalino de su caja fuerte. Mirar el mineral y pensar en que el arma que iba a fabricar para Kana la haría feliz le hizo sonreír.

—¡No te vayas! Tienes que casarte conmigo aquí y ahora.  —Filina aún conservaba su orgullo. No podía aceptar el hecho de que hubiera un tipo que la ignorara y no quisiera casarse con ella.

—Como quieras. —Creige seguía sin darse la vuelta mientras agitaba la mano detrás de él. Filina sólo sintió una suave brisa antes de encontrarse volando hacia atrás como una cometa atrapada en una violenta tormenta. Salió volando de la herrería hacia la tienda, atravesó la puerta y se estrelló contra la pared del edificio de enfrente, quedando inconsciente.Su cuerpo quedó incrustado en la pared.

—¡Mierda! ¡Sabía que esto pasaría!

[Traducido por: Yves  ૮ ˙Ⱉ˙ ა ]

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