Renací Como Una Chica Dragón Con Un Sistema- Novela capítulo 64

—Sé lo que quieres decir. La cola de la madre de Kiliffia también era esponjosa. La primera vez que me sentí atraído por ella fue por su cola. Sorprendentemente, también hice lo que tú hiciste y le esponjé la cola en público sin su consentimiento. Ese día vi estrellas en más de un sentido. Me pegó tanto que temí no poder tener hijos. —El corpulento hombre se secó las lágrimas de los ojos—. Por desgracia, la madre de Kiliffiaf falleció. Pero esta niña es mi orgullo y mi alegría. Si fueras un hombre, ¡te habría matado sin pensármelo dos veces! ¡Jajaja! Menos mal que no lo eres.

—Ahh, lo siento, mi nombre es Frechet Triten. ¿En qué puedo ayudarlas, señoritas?— Preguntó Frechet con una gran sonrisa en la cara.

—Bueno, en realidad vinimos a buscar una armadura de cuero para Kana. —.contestó Cecilie.

—Hmmm... Lo siento muchacha, no tengo nada para alguien en forma de dragón —Frechet dio una sonrisa irónica.

—Papá, volveré a salir a hacer publicidad. —gritó Kiliffia mientras salía corriendo de la tienda. Parecía querer mantenerse lo más lejos posible de Kana.

—De acuerdo, ten cuidado. —le gritó Frechet antes de volverse y mirar a Kana y al resto. —Podrían hacer un pedido especial, pero no estaría hecho hasta dentro de bastante tiempo.

—Lo siento. Pero la ropa que buscamos no es para un dragón. ¿Le importa si Kana utiliza tu trastienda para cambiarse rápidamente? —preguntó Cecilie. Se dio cuenta de que Frechet pensaba que necesitaban una armadura para la forma de dragón de Kana.

—Está bien. —Frechet estaba ligeramente confundido, pero aceptó de todos modos.

Cecilie sacó la camisa de Creige de la bolsa de Kana y se la dio a Kana.

—Ve atrás, transfórmate y ponte esto por ahora.

—¡De acuerdo! —Kana cogió la camiseta y caminó hacia el fondo. No mucho después, volvió a salir en su forma humanoide. Sus pequeños pies se podían oír, causando sonidos de golpeteo mientras corría de vuelta de la habitación de atrás.

—Que me aspen. Nunca pensé que llegaría el día en que conocería a una semibestia con dos formas. Y encima tan joven—. Frechet sonrió cálidamente a Kana—. Pequeña dama, serás muy guapa cuando seas mayor. Estoy seguro de que todos los hombres intentarán casarse contigo dentro de unos años.

—De hecho, ya tengo marido, ¡y es muy guapo! —Kana hinchó las mejillas y mostró su dedo anular, mostrando la unión, provocando el descontento de Frechet.

—¿Qué puto lolicon se aprovecha de una niña pequeña? —Frechet gritó de repente con rabia. Toda su cara se puso roja. ¡Se notaba que estaba realmente enfadado!

—Ahh, Frechet, relájate. En realidad no fue culpa del hombre. Kana obligó al pobre hombre a una ceremonia de atadura. Y para ser sincera, la que se está liando en este matrimonio es Kana porque era bastante guapo. —Explicó Cecilie, intentando calmar la rabia de Frechet.

—¿Oh? ¿La niña fue la que lo forzó? ¡Jajajaja! ¡Me hubiera encantado ver la cara del hombre entonces! —El humor de Frechet cambiaba tan rápido que era difícil seguirle el ritmo—. Pero en realidad, señorita, tengo una armadura que le vendría bien. Normalmente no vemos muchos semibestias con alas, pero tengo este conjunto aquí.

Frechet fue detrás de su mostrador y sacó una caja de madera que contenía varios conjuntos de armaduras de cuero. Eran todas iguales, pero de distintos colores:—Esta armadura es muy ligera y se parece más a la ropa de diario que a una armadura real. Cada conjunto consiste en unos pantalones cortos y un top con un par de botas altas hasta los tobillos. También tendrán una magia especial, como todas mis armaduras de piel de bestia, que crecerá con el usuario. No dudes en probarla.

Kana miró la ropa con entusiasmo. La parte de arriba sólo cubría el pecho, pero estaba diseñada así para permitir la apertura de las alas. Y los pantalones cortos, aunque cortos, tenían una abertura para la cola. Kana sonrió y acercó la ropa a su pecho como si fuera el tesoro más preciado del mundo.

—¿De verdad puedo probármelas?

—Mmm... Adelante. —Frechet sonrió y asintió con la cabeza. Los ojos de Kana se abrieron de par en par por la emoción, y corrió rápidamente hacia el exterior.

—Misha, ¿puedes ir a ayudar a Kana a cambiarse? Estoy segura de que no podrá hacerlo sola. —Cecilie se volvió hacia Tilia y le preguntó.

—Claro. —respondió Tilia y corrió detrás de Kana.

—Señorita, veo que tienes dos jóvenes entre manos, así que debo advertirte. Últimamente ha habido muchos secuestros. Te sugiero que seas lo más cuidadosa posible y los vigiles bien. —advirtió Frechet.

—Lo haré. ¿Sabes si sólo tienen como objetivo a los semibestias o también a los humanos, o niños?— preguntó Cecilie.

—Ambos. Niños de todas las edades también. Parece que el rango de edad es básicamente cualquier persona menor de quince años de edad. —Se oyó un fuerte estruendo, y un hombre con una armadura pesada entró corriendo en la tienda.

—¡Frechet! Alguien se ha llevado a Kiliffia. —Gritó el hombre de la armadura pesada. Se notaba que estaba sin aliento por lo pesada que era su respiración.

—¿Qué? —gritó Frechet mientras se levantaba.

—Todo lo que sé es que tu hija estaba haciendo lo suyo cuando de repente se desmayó y un hombre con una capa negra apareció de la nada y la agarró. Antes de que pudiéramos hacer algo, se teletransportó. Debido a la capa, ni siquiera pudimos ver su rostro. Frechet, sé que me encargaste que la cuidara estos últimos días. He fallado a tu confianza...

[Traducido por: Yves  ૮ ˙Ⱉ˙ ა ]

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