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Renací Como Una Chica Dragón Con Un Sistema- Novela capítulo 67

Kana miró al hombre que buscaba a su alrededor la causa de la destrucción y sonrió. Puso las manos en la cadera, levantó la nariz al aire y dijo con suficiencia.

—¡Yo lo he conseguido!

El hombre se quedó mirando sin comprender a la niña que tenía delante antes de soltar una carcajada:—Eres una auténtica listilla, ahora quítate de en medio. —El hombre dio un paso adelante, queriendo tirar a Kana a un lado, pero cuando su mano tocó su hombro y trató de empujar, sintió como si estuviera tratando de mover una montaña—¿Qué?

—¡No me toques!— gritó Kana y empujó al hombre con todas sus fuerzas. El hombre salió volando, estrellándose contra el muro que cubría la roca y la tierra del otro lado, creando en él un agujero con forma humana. Los gritos del hombre se fueron apagando poco a poco, como si estuviera muy lejos.

—Ummm, Kana, ¿verdad?— Kiliffia miró incrédula la destrucción y el agujero con forma humana—¿Eres una diosa?

—¿Hmm? ¿Diosa?— Kana se lo pensó un momento antes de sonreír alegremente y cruzar los brazos sobre el pecho—¡Pues sí, lo soy!

***⚔***

Tumbada en un sofá mirando la pantalla, una chica zorro de nueve colas empezó a atragantarse con la uva que acababa de llevarse a la boca. Sei, que estaba sentado en el suelo, le dio rápidamente una copa de vino para que se tragara la uva.

—Yuthia, ¿estás bien?

—¡Ja! Creía que me iba a morir. Esa niña va a ser mi muerte. Es la quinta vez que casi me atraganto o escupo la bebida gracias a sus payasadas. —Yuthia aún tenía la cara roja de toser.

—Bueno, es todo un personaje. —Sei rió entre dientes mientras le tendía una servilleta a Yuthia.

—¡Muy bien, sigan a esta diosa fuera de aquí! Pueden volver a ver a sus padres. —dijo Kana con orgullo, metiéndose de lleno en su papel de diosa. Lysairth iba a decir algo al principio, pero cuando vio que la esperanza volvía a los ojos de los chiquillos, decidió dejar las cosas como estaban.

—¡Sí! ¡Diosa Kana! —Gritó todo el grupo de niños.

Incluso Kiliffia miraba a Kana con destellos en los ojos. No podía creer que una diosa hubiera bajado de los cielos para salvarla. Inmediatamente asumió el papel de organizar a los niños y hacer que siguieran a Kana. También empezó a contar las maravillas de la diosa Kana. Kana se sentía orgullosa de sí misma, a pesar de que las historias que Kiliffia contaba a los niños eran falsas, más falsas que la afirmación de Kana de ser una diosa.

Kana llevaba a los niños a remolque mientras caminaba por el pasillo. Lysairth le indicaba cómo salir de aquellos búnkeres subterráneos. Las paredes, el suelo y el techo eran de piedra. El agua goteaba de pequeñas grietas en la piedra, haciendo que todo el lugar oliera a humedad.

—Kana, ya casi has llegado, pero parece que hay un grupo grande de gente que viene hacia aquí desde fuera. Sugiero que los niños se escondan. —Lysairth pudo percibir a unas veinte personas abriéndose paso hacia la zona subterránea.

—Mmm —La expresión de Kana se volvió seria, sabiendo que no era el momento de bromear—.Kiliffia, quédate aquí con los niños. Ahora vuelvo.

—¿Eh? ¿Nos dejas? —Kiliffia extendió rápidamente la mano y agarró la de Kana.

Kana se giró, sonrió a Kiliffia y dijo: —No te preocupes. Volveré, te lo prometo. La zona está llena de secuestradores. No quiero que ninguno resulte herido o vea lo que está a punto de ocurrir. Así que sean fuertes y ayudenme a cuidar de los niños.

Kiliffia miró a Kana con los ojos llorosos. —Mmmm... ¡Haré todo lo posible por protegerlos!

Kana sonrió y se marchó por el pasillo, dejando al resto atrás. Kiliffia miró la espalda de Kana, que era más pequeña que la suya, pero parecía tan fiable. Un pensamiento vino a su mente mientras sus mejillas se sonrojaban ligeramente. —Me pregunto si padre lo permitirá...—Sacudió la cabeza y sonrió alegremente mientras se giraba para mirar a los chicos, todos mirándola con expresiones confusas—La diosa Kana ha ido a ocuparse de los malos. Debemos esperar aquí su regreso. Pero no se asusten la Diosa Kana dijo que todo estará bien y que ella regresará pronto.

De vuelta en la ciudad, Cecilie entró en la tienda de armaduras Triten canturreando. Frechet vio lo feliz que estaba Cecilie y pensó que su hija había sido encontrada y rápidamente corrió hacia ella.

—¿Dónde está Kiliffia?

—No estoy segura, pero estoy segura de que llegará pronto. —respondió Ceilie. Estaba muy segura de que todo iría bien.

—¿Eh? —Frechet estaba confundido acerca de lo que Cecilie quería decir y luego miró a su alrededor en busca de la niña que se fue con ella—¿Dónde está la pequeña?

—La secuestraron. —respondió Cecilie mientras se sentaba en un banco. Su actitud y sus palabras no concordaban. Frechet no entendía por qué la chica estaba tan tranquila cuando la pequeña también había sido secuestrada.

—Si la secuestraron, ¿por qué estás aquí? ¿Por qué pareces feliz por ello? —Gritó Frechet. Pero de repente, el suelo bajo sus pies comenzó a temblar.

Al sentir la vibración, Cecilie sonrió y dijo:—Debería llegar en breve.

Kana caminó por el pasillo y dio tres vueltas para encontrar a un grupo de hombres que se dirigían hacia ella.

—¡Miren, hay una de esas mocosas! ¿Cómo salió?

—No importa, solo agárrenla y vámonos. No importa lo que haya pasado aquí abajo, no podemos dejar que ninguna de esas mocosas se vaya; ¡valen una fortuna!

[Traducido por: Yves  ૮ ˙Ⱉ˙ ა ]

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