Trabajando En Una Mansión Embrujada – Novela Capítulo 1

[Traductor: P꒪˙꒳˙꒪]

Capítulo 01

"¿¿El edificio principal?? ¿Me estás pidiendo que me encargue del edificio principal?"

Lily estaba horrorizada.

"Estás bromeando, ¿verdad?"

"¿Parezco alguien que bromea?"

La mirada de la jefa de criadas era aguda. Lily supo instintivamente que sería mejor cambiar de actitud antes de que todo empeorara.

"N-no, por supuesto que no..."

Mientras negaba con la cabeza, su cabello, trenzado de forma sencilla, se mecía sobre su espalda. Era de un castaño claro brillante, casi anaranjado.

"Pero, jefa, tú sabes, ¿cierto? El edificio principal... es..."

Aunque habló con cautela, casi murmurando, la expresión de la criada se oscureció de inmediato.

"¿Cómo te atreves a hablar de esos rumores tontos en este lugar?"

La jefa de criadas había trabajado en el castillo del Duque durante muchos años y trataba el honor de la familia como si fuera propio. Era natural que se enfadara al escuchar semejantes cosas.

Pero Lily no tenía opción. La habían empujado a convertirse en la criada del edificio principal.

"¡No son rumores tontos! ¡Todos dicen que lo han vivido realmente!"

"¡Señorita Dienta!"

La voz de la jefa de criadas se elevó aún más.

"¿Estás diciendo que en esta noble casa de Casimir realmente hay fantasmas? ¿Eso estás tratando de decir?"

Lily quería gritar: "¡Sí, eso mismo!" pero no tenía el valor. Solo murmuró: "Pero aún así..."

La criada suspiró y se presionó la frente. Lily sentía lo mismo.

'¡Marie dijo que es real! ¡Es totalmente real!'

Marie era la mejor amiga de Lily. Se habían hecho cercanas por la similitud de sus nombres y porque ambas eran sirvientas de bajo rango.

Desafortunadamente, Marie había sido asignada al edificio principal unos días atrás y había estado trabajando allí desde entonces. Justo después de su primer turno, dijo esto:

—Esa vez, de repente... ¡bang! La puerta se abrió sola. No había nadie adentro, y todas las ventanas estaban cerradas. Ni una brisa podía entrar. Entonces, ¿quién más podría haber sido? ¡Tenía que ser un fantasma!

Había muchas historias además de la de Marie que daban fe de la presencia de fantasmas en el edificio principal. La criada que trabajó allí antes que ella se lastimó con una ventana que se rompió sin motivo alguno y tuvo que renunciar.

También se reportaban incidentes frecuentes como libros que caían de los estantes o sillas que se movían solas.

Lily Dienta odiaba absolutamente todo lo sobrenatural. Solo escuchar las historias de Marie le causaba pesadillas.

Juntando las manos, suplicó con seriedad:

"Por favor, señora. Incluso limpiaré los establos. Puedo hacerme cargo de todos los baños del castillo yo sola. Sabes que la limpieza es mi especialidad. Así que por favor, no me envíes al edificio principal. ¿Por favor?"

"Sí. La limpieza es tu especialidad".

El rostro de Lily se iluminó por un momento, pero se vino abajo rápidamente con las siguientes palabras de la jefa de criadas.

"Entonces ve a limpiar el edificio principal".

"¡Jefa de criadas!"

"Todo lo que tienes que hacer es abrir las ventanas de vez en cuando y quitar el polvo. ¿Por qué elegirías un trabajo más difícil cuando tienes uno fácil justo frente a ti?"

¡Porque está embrujado, por eso!

La respuesta no dicha de Lily era evidente en su expresión rebelde.

La jefa de criadas la observó detenidamente.

Oh, no... fui demasiado lejos...

Lily sintió un escalofrío recorrerle el cuello.

Por supuesto, sabía que lo mejor era no contrariarla. La jefa de criadas controlaba el destino de todas las sirvientas. Hacerla enfadar nunca era una buena idea.

"Si lo vuelve a decir una vez más, simplemente aceptaré".

Lily tragó saliva.

"Ja, ja..."

La jefa miró hacia el techo y soltó un largo suspiro.

"Lily Dienta".

"Sí, Jefa de Limpieza".

"Veinte por ciento".

La jefa levantó dos dedos.

"Te daré un aumento del veinte por ciento. Como pago por hacer un trabajo de limpieza tan fácil. Incluso tendrás un día libre pagado una vez al mes. Tu abuela vive cerca, ¿no? Podrías ir a visitarla".

Lily parpadeó varias veces.

"¿Qué dices? ¿Aún no te interesa? Si no, supongo que tendré que encontrar a otra persona..."

"¡Lo haré! ¡Definitivamente quiero limpiar el edificio principal!"

Cambió de opinión en un abrir y cerrar de ojos. Para una sirvienta de bajo rango, sin muchas esperanzas de ascenso, el bono extra era demasiado tentador para rechazarlo. Casi podía escuchar el tintinear de las monedas en su cabeza.

"Bien. Tampoco planeo cargarte con esto por mucho tiempo. Solo será hasta que Su Gracia despierte. Después de eso, volverás a tus deberes habituales".

"Sí, Jefa de Limpieza".

Correcto. Pensar en positivo. Como dijo la jefa, no había mucho que hacer.

El Duque llevaba en coma más de tres semanas, y pocas personas visitaban el castillo. Solo una parte del edificio principal estaba abierta, y el piso donde se encontraba el Duque era atendido personalmente por la jefa de criadas.

En otras palabras, esta era una oportunidad de oro. Solo tenía que mantenerse firme e ignorar a cualquier fantasma.

"Oh, una cosa más".

Angela, la jefa de criadas, habló como si acabara de recordarlo.

"No me gusta que el nombre del Duque sea arrastrado por tonterías triviales".

Apenas comenzó a hablar, Lily supo que eso era algo a lo que debía obedecer sin objeciones.

"Si algo se rompe, solo repórtalo para que lo reparen. Si te lastimas, ve al médico. No hay necesidad de añadir rumores innecesarios cuando Su Gracia ya está enfermo. ¿Entiendes?"

"Sí, sí. Por supuesto".

"Confío en ti, ya que detestas ese tipo de chismes de todos modos".

"Sí, Jefa de Servicio. Lo tendré en cuenta".

Ser asignada a una mansión embrujada solo porque odiaba los fantasmas... Lily realmente sintió lo injusto que era el mundo cuando Angela agitó la mano, indicando que la conversación había terminado.

Lily salió de la oficina y soltó un largo suspiro en el pasillo.

A fin de cuentas, esta era una oportunidad. Aunque trabajara diez años más, su salario nunca subiría tanto.

Aunque fuera temporal, no importaba. Si sumaba ese dinero a lo que ya tenía ahorrado, podría invitar a su abuela a cenar en Año Nuevo o comprarle un buen par de zapatos como regalo.

'Bien. Solo cerraré los ojos y lo haré. ¡Puedo con esto! ¡No tengo miedo...!'

Lily rezaba para que su codicia fuera más fuerte que su miedo.

Al día siguiente, Lily recogió los productos de limpieza del cobertizo de herramientas del edificio principal y comenzó por el primer piso.

El edificio principal estaba en silencio. Aunque estaba ansiosa por el momento en que un fantasma pudiera aparecer, la calma constante poco a poco tranquilizó sus nervios.

Además, el trabajo era ridículamente fácil. Como no tenía que preocuparse de encontrarse con nobles, se movía con libertad, y el primer piso fue limpiado en un instante.

Lily recogió sus cosas con una expresión radiante.

¡Esto es pan comido! ¡Ni siquiera me he topado con un fantasma!

La esperanza floreció dentro de ella. Tal vez la jefa, Angela, tenía razón después de todo.

Los fantasmas eran solo rumores tontos. El castillo era viejo, y la gente simplemente exageraba al relacionar los muebles rotos con la enfermedad del duque.

Llena de esperanza, Lily se dirigió al segundo piso. Pero en el momento en que miró por el pasillo, se dio la vuelta de inmediato y corrió hacia atrás.

De pie junto a la ventana, había una figura irreal.

¡Un fantasma!

Los ojos de Lily se abrieron tanto que parecían salirse.

¿Por qué? ¿Por qué justo mientras trabajo? ¡Nadie había visto un fantasma hasta ahora!

Había muchas historias sobre sucesos fantasmales, pero nadie los había visto con sus propios ojos. Lily había pensado que para ella sería igual.

Pero eso lo cambió todo. Limpiar después de desórdenes repentinos era una cosa, pero enfrentarse directamente a un fantasma estaba en otro nivel.

Lily respiró profundamente y se frotó los ojos con ambas manos.

¿Tal vez había visto mal? ¿O tal vez, por miedo, confundió una columna o estatua con otra cosa?

Aferrándose a esa esperanza, se asomó con cautela.

El resultado fue el mismo. Una figura translúcida, formada solo por luz y sombra, estaba parada mirando por la ventana.

De inmediato, sacudió la cabeza hacia atrás.

'Oh, Dios mío, lo sabía. ¡Sabía que había fantasmas!'

El mareo por el terror la invadió.

"V-v-verdad. Olvidé terminar de limpiar el primer piso. Sí, sí..."

Murmurando tonterías, Lily bajó apresuradamente las escaleras.

Se colocó junto a la ventana más alejada de las escaleras y balanceó su plumero, tratando de calmarse mientras repasaba mentalmente lo que había visto.

El fantasma tenía la apariencia de un noble alto. Aunque había cierta distancia, le resultaba extrañamente familiar.

Lo cual era extraño, porque una criada de bajo rango no debería reconocer la cara de ningún noble.

Pero si conocía al fantasma o no, realmente no importaba. Lily suspiró profundamente.

¿Qué hago con el segundo piso?

Quería huir del edificio principal inmediatamente, pero esa no era una opción. Si mostraba debilidad en su primer día, seguramente caería en desgracia con la criada principal.

De repente, recordó el consejo de su abuela:

Lily, cuando eso pase, finge que no lo ves ni lo oyes. Tampoco le hables. Actúa como si no te hubieras dado cuenta. Esa es la mejor manera de evitar problemas.

A su abuela siempre le habían gustado las historias de fantasmas y lo sobrenatural, contándole tales relatos casi todos los días.

En ese momento, Lily había llorado mucho por miedo, pero mirando hacia atrás, se dio cuenta de que ese consejo había sido útil.

Sintiéndose agradecida con su abuela, Lily se acercó para enfrentarse al segundo piso.

"Está bien... finge que no lo ves, finge que no lo ves..."

[¿Qué estás fingiendo no ver?]

Lily cerró los ojos. Sus piernas cedieron y se estrelló contra el suelo. Su desespero se alargó.

[Puedes verme...]

Una voz resonaba dentro de su cabeza, no como una voz normal, sino con un tipo de vibración surrealista.

[¿Verdad?]