Trabajando En Una Mansión Embrujada – Novela Capítulo 12

[Traductor: P꒪˙꒳˙꒪]

Capítulo 12

Lily quería abandonar la finca en ese mismo instante, pero la realidad no era como una novela. A menos que estuvieran planeando huir en medio de la noche con nada más que la ropa puesta, necesitaban reunir dinero y solicitar un permiso de viaje. El permiso era especialmente importante. Para salir de la ciudad, tenían que presentarlo a los guardias en la puerta. Si las atrapaban intentando salir ilegalmente, el castigo mínimo era trabajo forzado, y el máximo, ejecución inmediata. Para una anciana y una joven como ellas, escapar ilegalmente ni siquiera era una opción.

"¿Conoces a un falsificador?" "¿Tú lo conoces?"

El silencio llenó el espacio entre ambas. Habían vivido vidas alejadas del crimen. Claro, conocían la palabra por las novelas, pero ni Julia ni Lily tenían la menor idea de en qué calle empezar a buscar.

Lily preguntó con duda: "¿Crees que podamos conseguir el permiso de forma segura?" "Tendremos que intentarlo."

A diferencia de los permisos de reubicación, que requerían la aprobación del lord, los permisos de viaje a corto plazo podían ser emitidos por la oficina mientras tu historial estuviera limpio. Eso sí—si deslizabas un pequeño soborno.

"Está bien. Entonces dejemos todo listo hoy y partamos mañana a primera hora."

En resumen—tampoco se fueron a la mañana siguiente. A pesar de que Julia había vendido algunos libros viejos para conseguir dinero rápido, había informado a la señora Brown que desocuparan el cuarto e incluso reservado un carruaje con anticipación. Por supuesto, el problema era el permiso.

"¿Todavía no ha sido aprobado?"

Lily, sosteniendo su bolso de viaje, le preguntó al empleado. Llevaban esperando en la sala desde hacía cinco horas. En un momento incluso las hicieron salir durante una hora por la hora del almuerzo.

El empleado respondió con una expresión aburrida: "Estas cosas no ocurren así como así. O esperan pacientemente, o tendré que pedirles que se retiren por interrumpir el servicio."

¡Entonces devuélveme el soborno que tomaste esta mañana! Habían entregado discretamente el equivalente a casi tres meses de gastos para facilitar las cosas—y aun así las estaban tratando como basura.

Pero sin ningún poder en la situación, Lily solo pudo tragarse su enojo y volver al lado de Julia. Aún no podía entenderlo. Su solicitud había sido impecable. Una visita a sus padres en Drindle, un historial limpio, Julia Dienta registrada como desempleada, y Lily como trabajadora. Incluso habían dado un generoso “agradecimiento”. No había razón para que tomara tanto tiempo.

"Esperemos un poco más", la consoló Julia, pero los nervios de Lily ya estaban al límite. Había pasado demasiado tiempo. Si las palabras de Angela eran ciertas, ella debería haber regresado ayer por la tarde. No cabía duda de que Wolfram ya lo sabía.

¿Debían rendirse con el permiso y pensar en otra cosa? Pero no se le ocurría nada. Solo era una sirvienta con habilidades para la limpieza—no una maestra del disfraz ni alguien con un cuerpo de acero. No tenía ningún contacto con grupos criminales ni mercenarios.

En ese momento, la oficina se tornó ruidosa, y el director junto con todos los empleados se apresuraron hacia la entrada. Sintiéndose inquieta, Lily aguzó el oído.

"...Barón Burnett, ¿cómo se encuentra su condición...?" "No es nada seri—"

¡Wolfram había llegado! Lily contuvo el aliento. Con cada paso, los sonidos de los pasos y las voces se acercaban más.

"¿Dónde está la señorita Dienta?" "Está por allá."

Agachada torpemente, Lily miró rápidamente a su alrededor buscando una ruta de escape.

"Lily, ¿qué sucede?" "Oh, no. Shh, shh."

Justo cuando le pedía silencio a Julia, los pasos se detuvieron. Lily no pudo obligarse a mirar en esa dirección.

"Señorita Dienta, ahí está usted."

Su voz era tan cortés que le dio escalofríos. Temblando de miedo, alzó la vista—y vio a Wolfram en un estado que no había imaginado. Antes de poder contenerse, preguntó: "¿Está bien?"

Wolfram tenía una venda enrollada en la cabeza. Había algunos rasguños en su mejilla, y otra venda era visible bajo una de sus mangas.

"No es nada serio."

Wolfram se giró hacia el director que lo había acompañado.

"Gracias por informarme. No olvidaré este favor." "Gracias, señor."

El director hizo una reverencia con una sonrisa radiante y dio unas palmaditas en el hombro del empleado que estaba a su lado. Ese hombre había estado a cargo del permiso de Lily. Su expresión también era alegre.

Lily lo entendió en ese momento—por más que esperaran, nunca les darían ese permiso. Observó en silencio, atónita, cómo los hombres volvían tranquilamente a sus asientos, charlando como si nada hubiera pasado.

"¿Es usted la señora Julia Dienta?" "Sí, soy yo, pero..."

Julia se levantó de su asiento. Lily, dudando, también se puso de pie e hizo las presentaciones: "Abuela, este es el Barón Wolfram Burnett. Es un asistente cercano del Lord Kashimir y mi superior." "Es un honor conocerle, Barón."

Julia lo saludó con un gesto compuesto y elegante.

"Por favor, levanten la cabeza. Hablemos de todo en el carruaje."

Lily soltó un grito de sorpresa.

"¡A-Abuela no tiene por qué involucrarse!"

"Sí, sí tiene."

Lily miró alternativamente a Wolfram y a Julia.

"¿Involucrarse? ¿Qué quieres decir… u-un rehén?"

"¿De verdad vamos a tener esta conversación aquí?"

La forma en que evitó responder… solo podía significar que planeaba llevársela como rehén. Tenía sentido. Si alguien era capaz de planear un accidente, por supuesto que también consideraría tomar un rehén.

Lily se interpuso rápidamente entre ellos.

"¡No necesitas un rehén! Volveré tranquila, solo por favor, no le hagas nada a mi abuela."

Todas las miradas se volvieron hacia ellos. Wolfram frunció el ceño, pero Lily se mantuvo firme, decidida a no moverse.

Se llevó los dedos a la frente y le susurró lo suficientemente bajo como para que solo ella lo oyera.

"La señora Dienta viene con nosotros por el puesto de traductora. Se ofreció voluntariamente. Así que deja de decir tonterías sobre rehenes."

"¿Por el trabajo de traductora? Espera… no me digas que era la única postulante…"

Lily, bajando la voz para igualar la de él, dio un respingo repentino.

"¡Abuela! ¡No me dijiste nada!"

"Quería darte la sorpresa en el castillo. Pero después de escuchar tu historia, cambié de opinión y decidí no mencionarlo. Pensé que era un tema innecesario."

El ceño de Wolfram se frunció aún más.

"Insististe tanto en la seguridad, ¿y ahora ya le contaste todo?"

Lily respondió sin ningún pudor:

"La abuela es familia. De todos modos, ya lo oíste. Ese asunto ya no tiene nada que ver con ella, así que por favor déjala ir. Si no lo haces, no daré ni un paso más."

Wolfram empezó a morderse el labio como alguien en aprietos. Cerró los puños con fuerza.

¿Iba a golpearla por desafiar a un noble? Si ese era el precio por resistirse, lo aceptaría.

'No voy a retroceder. Esta vez, yo protegeré a la abuela.'

Lily apretó la mandíbula y se preparó para el impacto.

Pero en lugar de golpearla, Wolfram dejó caer los brazos con resignación. Parecía alguien que se había rendido por completo cuando dijo:

"Está bien. Solo tú, entonces. Por el amor de todo lo sagrado, regresa al castillo aunque sea un segundo antes. Incluso ahora, Su Señoría…"

Lily parpadeó. La arrogancia y el tono clasista habían desaparecido por completo.

Teniendo en cuenta las vendas y su actitud inusualmente desesperada, era evidente que el Duque de Kashimir estaba causando otro desastre. Y, por supuesto, su fuga era la razón.

Tan solo imaginarlo desatando su furia por su ausencia la hacía sentir tanto miedo… como un extraño malestar en el estómago.

Se recompuso y preguntó de nuevo, solo para asegurarse:

"De acuerdo. Es una promesa. Confiaré en que no harás nada extraño con mi abuela después de que me haya ido."

Wolfram asintió con solemnidad. La forma en que su cuerpo ya estaba medio girado hacia la salida dejaba claro que su única prioridad era llevarla de vuelta al castillo cuanto antes.

Lily sintió que un pequeño peso se aligeraba en su pecho. Si había logrado asegurar la seguridad de Julia, entonces su intento de escape no había sido completamente en vano.

Se volvió hacia Julia, que se había mantenido en silencio todo ese tiempo.

"Lo siento, abuela. Las cosas terminaron así. He causado un gran alboroto. Ni siquiera sé si la señora Brown te dejará recuperar la habitación."

El rostro de Julia era serio, como si estuviera haciendo cálculos en su cabeza.

"Si ya consiguió un nuevo inquilino, por favor escríbeme. Intentaré solucionarlo de alguna manera."

Pero Julia negó con la cabeza.

"Iré contigo al castillo."

"¡Dijiste que cancelabas tu solicitud para ser traductora!"

Lily preguntó, desconcertada.

"¿No vas a volver al castillo?"

"Sí, voy a volver."

No había nada que hacer. Ahora que Wolfram la tenía, no había salida. Y, siendo sincera, estaba siendo relativamente indulgente con ella.

Mientras el contrato de trabajo siguiera vigente, Lily no tenía derecho a quejarse incluso si la castigaban de inmediato.

Pero eso era su problema, no el de Julia. Julia no tenía nada que ver con todo esto.

Honestamente, Lily empezaba a sentirse dolida. Julia había visto con sus propios ojos cuánto se había esforzado por salvarla. Ese esfuerzo debería haber significado algo. Si lo respetaba, no podía hacer esto.

"Abuela—"

Julia la interrumpió con firmeza.

"Si ese lugar es realmente tan peligroso, no hay manera de que te deje ir sola. Soy tu tutora, y tú eres mi única nieta. Ya tomé una decisión, así que no me hagas repetirlo."

Y cuando Julia usaba ese tono, nadie en el mundo podía hacerla cambiar de opinión.